Podría parecer de ciencia ficción, pero llevar los centros de datos al espacio podría solucionar muchos de sus retos, y traer grandes beneficios

En un mundo digitalizado, donde todo parece estar en la nube, nos olvidamos muchas veces que toda esa información, todo ese almacenamiento y poder de cómputo, tiene que estar en algún lado.

Es así que de la mano de la Nube y el uso de nuevas tecnologías, crecen los centros de datos físicos alrededor del planeta. Y eso genera muchos desafíos. Hay que brindarles energía implementando soluciones sustentables, hay que lograr encontrar lugares remotos para aumentar la seguridad, hay que ampliar las líneas de comunicación, hay que refrigerarlos, y más, y eso no es fácil.

Es por ello que cada día es más complicado encontrar lugares dónde instalarlos. No por nada es común que se haga en desiertos, donde está la ventaja de la energía solar y se escapa de los desastres naturales. O hasta en el océano, donde la refrigeración es el tema mejor solucionado. como en proyecto Microsoft Natik.

Pero desde la Unión Europera han dado un paso más allá en esto: ¿y por qué no mandarlos al espacio?

El espacio, la nueva frontera

Créase o no el espacio es una opción para llevar los datacenter

Sí, así es, la Unión Europea está considerando enviar centros de datos al espacio, con el objetivo de llevar a cero las emisiones de carbono, optimizar los gastos de mantenimiento, independicarlos de la red eléctrica, cada día más costosa en Europa, etcétera.

El proyecto se llama ASCEND (Advanced Space Cloud for European Net Zero Emission and Data Soberanía), y es acompañado por la empresa Thales Alenia Space.

Y hay razones. Por ejemplo, según la Escuela Superior de Tecnología de la Universidad de Quebec (Canadá), el incremento exponencial de la computación genera el 4% de los gases de efecto invernadero producidos por la actividad humana. 

Asimismo estas infraestructuras consumen entre el 2% y el 3% mundial de energía ahora y creciendo el doble cada año. Llegarán a suponer el 10% del total global.

Esto cambiaría en el espacio, con centros de datos alimentados por energía solar, del rango de megavatios, y se conectarían a la tierra por medio de enlaces ópticos. Se ahorraría mucho en refrigeración, por ejemplo, por la simple razón que es espacio ya es frío, con muy bajas temperaturas.

Según apunta El País, la Sociedad Nuclear Española calcula que para estas instalaciones se precisan entre 4.000 y 5.000 millones de euros y se cree que es posible que su construcción será "sin astronautas, completamente automática". De hecho, la instalación se ensamblaría con robots y diseñaría un centro modular con paquetes electrónicos fáciles de llevar en una lanzadera reutilizable y ensamblable.

Y ni hablar que estarían a salvo de cualquier desatre natural que los pueda impactar en tierra, sobre todo ahora con las visibles consecuencias del cambio climático.

Esta imagen la próxima vez podría ser de algo en órbita

Aún hay mucho que estudiar y planear, pero en algunos años no sería extraño que el primer catacenter sobre las nubes ya esté en funcionamiento, indicó Xakata.

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