La compañía estadounidense de alquiler de vehículos con conductor Lyft ha marcado un primer precio de 87,24 dólares por acción en su debut en la bolsa electrónica Nasdaq, donde ha empezado a cotizar este viernes bajo el símbolo 'LYFT', revalorizándose un 21,2% respecto de los 72 dólares por papel fijados en su oferta pública de acciones.De este modo, el principal competidor de Uber, de la que también se espera que dé el salto al parqué en los próximos meses, alcanzaría una valoración de unos 29.500 millones de dólares.

Lyft comenzó a operar en 2012 y, a cierre de 2018, contabilizó 18,6 millones de conductores activos, que son aquellos que han realizado al menos un viaje durante el último trimestre. Asimismo, registró 30,7 millones de clientes y hasta 178,4 millones de recorridos.

La compañía centra su negocio en el alquiler de vehículos con conductor. No obstante, a finales del año pasado decidió entrar en los segmentos de las bicicletas compartidas y los patinetes eléctricos. También está realizando varias inversiones en el desarrollo de tecnologías de conducción autónoma.

¿Demasiado rápido?

Tanto Uber como Lyft tienen un punto en común: pierden mucho dinero y su modelo económico implica ciertos riesgos.

Cuando oficializó su proyecto de entrada en bolsa este mes, Lyft informó de pérdidas de 911 millones de dólares en 2018, 32% más que en 2017, con un volumen de negocios de 2.200 millones de dólares, lo que equivale a duplicar los ingresos alcanzados en 2017 y sextuplicar los contabilizados durante el ejercicio 2016.

No obstante, los gastos crecieron al mismo ritmo, pasando de 1.035 millones de dólares en 2016 a 1.768 millones de dólares en 2017 y hasta los 3.134 millones de dólares en 2018.

El analista Richard Windsor, autor del blog especializado en la tecnología Radio Free Mobile, opina que Lyft se ha precipitado con su ingreso en Wall Street.

"Lyft se tira piedras a su propio tejado al entrar en bolsa porque creo que la compañía no está bastante preparada para afrontar la mirada atenta de los mercados", considera Windsor. Según él, la empresa "pierde una ventaja importante respecto a Uber", ya que la cotización la volverá menos "flexible" ante la competencia.

Para Daniel Ives, analista en Wedbush Securities, la introducción en bolsa de Lyft supone un giro para el sector tecnológico y de los VTC, pero la empresa deberá afrontar grandes desafíos: la competencia de Uber, la falta de rentabilidad y la incertidumbre regulatoria, por ejemplo respecto a los taxis tradicionales.

Respecto al vehículo autónomo, Lyft está detrás de Waymo, el modelo de Google, considerado como el más avanzado en el sector.

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