En Argentina, la startup espacial TLON Space no sólo está dando un vuelco a lo establecido, sino que está perturbando el sector con la innovación.
El sector espacial atraviesa el momento más disruptivo de la historia. En 2021 se batió el récord de intentos de lanzamiento orbital en un año, algo que no sucedía desde la época de la carrera por conquistar el espacio.
Desde las nuevas misiones de exploración hasta el regreso a la Luna con el Artemis de la NASA, pasando por el crecimiento exponencial de los satélites de órbita baja, el sector está siendo impulsado a nuevos niveles por la entrada de nuevas empresas privadas espaciales.
Mientras la humanidad se adentra en una nueva era espacial, el sector sigue dominado por las principales empresas de Estados Unidos, Europa, Rusia, India y China.
Sin embargo, en Argentina, la startup espacial TLON Space está perturbando el sector con la innovación. Su cohete ultraligero, Aventura I, lleva la ingeniería espacial al límite para ofrecer servicios de lanzamiento internacionales sostenibles, de bajo coste y personalizados de alta velocidad.
En el sector espacial, el coste de un kilo en órbita rige la industria. Para reducir estos costes, las empresas y organizaciones construyen cohetes de gran tamaño. Cuanta más carga útil pueda llevar un cohete al espacio, menor será el coste, pero los satélites tienen que compartir su camino hacia la órbita.
Además, los cohetes grandes son extremadamente caros de construir, mantener y operar. Los cohetes pequeños, reutilizables y de bajo coste resolverán este problema.Sin embargo, los avances tecnológicos impidieron su construcción, hasta ahora. En este sentido, el cohete de TLON Space es un santo grial largamente buscado.
"El Aventura I resume un sistema de lanzamiento revolucionario, que se compone de 18 innovaciones tecnológicas propias, que hemos desarrollado a lo largo de estos últimos 17 años", expresó Luis María Monsegur, copropietario y COO de TLON Space.
TLON Space reformuló la ecuación de Tsiolkovsky, conocida por la NASA como la "ecuación de la tiranía de los cohetes".
Esta ecuación calcula las complejas relaciones entre la masa, la velocidad, el combustible y el peso de un cohete. Durante mucho tiempo obligó a los cohetes a ser grandes para albergar el combustible necesario para escapar de las fuerzas de la Tierra y llegar al espacio.
"Hoy podemos afirmar que (el cohete Aventura I) es una tecnología robusta y probada que nos ha llevado a reconfigurar la ecuación de Tsiolkovsky que establece la relación de masa como relación peso-potencia", añadió Monsegur.
"Estas innovaciones que revolucionarán la industria aeroespacial se basan en tres conceptos: el peso del vehículo, la energía del propulsor (combustible y oxidante) y el rendimiento del motor", detalló Monsegur.
La startup también está innovando en combustibles. La empresa diseñó los motores ECOSTAR para el cohete teniendo en cuenta la sostenibilidad desde el principio. "Por eso decimos que (el cohete) es ecológico, ya que su combustión no contamina el medio ambiente", explicó.
A medida que aumentan los lanzamientos de cohetes a la órbita, las emisiones de carbono están en el punto de mira, y la presión para que la industria se vuelva ecológica es cada vez mayor.
"Utilizamos alcoholes en combinación con peróxido de hidrógeno, lo que hace que toda la operación de combustible sea de bajo coste y de sencilla ejecución logística", añadió Monsegur.
No se pueden negar los beneficios de los nuevos servicios de cohetes de bajo coste, a pequeña escala y de rápido despliegue. Con esta visión, la empresa espera construir 200 vehículos cohete al año, reduciendo drásticamente el tiempo y los costes medios de fabricación de cohetes de la industria.