Las posibilidades de autogestión crecieron de manera exponencial con la transformación de las relaciones comerciales.

Los nuevos paradigmas de eliminación de intermediarios, auditabilidad y transparencia se formaron como un valor agregado que hace al atractivo de contratación. 

Además de hablar de criptomonedas, smart contracts y "tokenización" de activos, se encontraron nuevos modos asociativos, disruptivos, dinámicos, pero carentes de regulación legal. 

Por eso, es el caso de las Organizaciones Autónomas Descentralizadas.

Las DAO (Decentralized Autonomous Organization) son asociaciones controladas por algoritmos. 

Su función es a través de la ejecución de smart contracts y tecnología blockchain. No están relacionadas a régimen legal alguno y se deshacen de los intermediarios. 

¿Qué es una DAO?

Por tal motivo, los analistas deslizan que la figura humana perdió el plano central. 

Las DAO funcionarían sin una gestión jerárquica, es decir, no necesitarán de organismos de gobierno. 

Las tomas de decisiones estarán bajo el código prescrito, es decir, del smart contract y su programación. 

Las reglas se programaron previamente y se coordinaron a través del consenso. 

Tras la finalización de la programación, entrará en plano la financiación. 

Para ello la DAO se sirve de activos digitales, de tokens que poseen una certificación de autenticidad. 

Las DAO eliminarían la figura del humano, es decir del intermediario. 

Luego de cumplir la etapa de financiación, la DAO decidirá cómo invertir o gastar sus activos, con un consenso de antemano. 

Si bien no existe ninguna estructura jerárquica controlante, los "accionistas digitales" podrán presentar propuestas y colocarlas a consideración. 

Ventajas de las DAO

Se reconoció que esto traerá ventajas, ya que se eliminarán intermediarios, se abaratarán costos y la operatoria quedará encriptada. 

Otra característica es que las DAO podrán ofrecer servicios a nivel global y ampliarán las oportunidades de negocios. 

Tras esta etapa, la DAO podrá funcionar y evitar la burocracia normativa y administrativa de las legislaciones clásicas en la materia comercial. 

Desventajas de las DAO

Las desventajas permanecerán en dos aspectos centrales. Por un lado, la automatización total de procesos no es simple. 

Las DAO (Decentralized Autonomous Organization) son asociaciones controladas por algoritmos.

Por otro lado, la carencia de legislación en la materia las vuelve contrarias a las leyes de varios países. 

Aunque la carencia de estructura jerárquica brindaría una mayor democratización, este modelo no resolverá la situación de un "socio mayoritario". 

Tampoco contemplarán como serán los conflictos internos societarios, la jurisdicción en donde serían dirimidos, entre otras cuestiones. 

Este sistema asociativo estará ligado a dos factores, uno la evolución tecnológica y la regulación interna de cada estado.

¿Qué uso tiene un Smart Contract5?

a) Préstamos: como sistema de almacenamiento de información y ejecución. Ante incumplimiento del deudor, el contrato activa la garantía

b) Sucesiones: estableciendo el modo en que se reparte el acervo sucesorio entre los herederos. Fallecido el causante, el contrato inteligente reparte los activos de forma automática

"Smarts contract", la nueva manera de hacer negocios.

c) Operaciones de criptoactivos: programando operaciones de compra venta

d) Seguros: Utilización de seguro descentralizado P2P, en el cual un grupo de personas podría autoasegurarse aportando capital por ellas administrado. Cancela la necesidad de intervención de una compañía aseguradora

Esta modalidad de contratación acarrea nuevos interrogantes: ¿Cómo "conoce" el Smart contract aquello que debe de ejecutar? y ¿Qué sucede si las condiciones, el entorno en que fue suscripto el contrato inteligente se modifican?: Además de aquello para lo que fue programado el contrato, el smart contract se sirve de oráculos: agentes que recopilan y verifican información del mundo real, la adicionan en la blockchain, para ser utilizada por el contrato.

La cuestión del consentimiento como eje del perfeccionamiento de todo contrato, se halla en crisis ante la irrupción de las relaciones de consumo y los contratos de adhesión. Los smart contracts complejizan aún más el debate.

El consumidor ya no solo se encuentra prestando un mero consentimiento informado o asintiendo su adherencia al contrato, sino que, además lo hace en un medio digital, dentro de un contrato "escrito" en lenguaje de programación que bien puede desconocer. Se tornaría en ineficaz la información recibida por el consumidor a efectos de que este preste su consentimiento por no comprender el hecho tecnológico8.

Las relaciones económicas se han digitalizado. Los cuerpos normativos y sus intérpretes deben actualizarse permanentemente con el fin de brindar solución y previsibilidad a las relaciones jurídicas. La utilización masiva de este formato de contratación quedará sujeta a la voluntad de los organismos jurisdiccionales en cuanto a la adquisición del conocimiento tecnológico necesario para comprender su uso.

Deben adecuarse las legislaciones, ya que han perdido la batalla contra la aceptación social del avance y posterior uso de las nuevas herramientas tecnológicas. No se trata de legislar para destruir o prohibir, sino para acompañar y armonizar.

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