El concepto de movilidad está cambiando en todo el mundo y son cada vez más las compañías que se suman a este segmento con sus propios desarrollos. Algunas, del ramo tecnológico, comienzan a adoptar características propias de la industria automotriz, mientras que fabricantes de vehículos, por el contrario, adoptan perfiles más cercanos al de las empresas de Silicon Valley.

Según señala el informe Autotech: The Mother of All Tech Battles elaborado por el banco de inversión GP Bullhound, las tecnológicas "cuentan con una ventaja clara en términos de escala: tienen mayores beneficios y crecen más deprisa, y su capitalización agregada es casi diez veces superior a la de las empresas de automoción. Por ello, tienen una mayor capacidad para financiar proyectos de investigación y expandirse a nuevas áreas".

Alphabet, casa matriz de Google, cuenta con Waymo, su propia unidad de coches autónomos, y ha invertido en compañías como Lyft o Lime.

Apple, que también trabaja en un proyecto de coche sin conductor, tiene su sistema de entretenimiento CarPlay, ha invertido en Didi y ha adquirido start up de movilidad como Mapsense o Perceptio.

Por su parte, Intel pagó 15.300 millones de dólares por la empresa israelí de tecnología para el coche autónomo Mobileye; mientras que Samsung adquirió por 8.000 millones de dólares Harman para tomar posiciones en el vehículo conectado. De esta manera, estos gigantes tecnológicos lideran el ránking de operaciones del sector autotech de los últimos dos años.

Asimismo, los fabricantes de automóviles no se han quedado quietos. La mayoría tienen planes agresivos que contemplan, inversiones, fusiones y adquisiciones. "Siguen teniendo la relación con el cliente y experiencia de años en la comercialización de los vehículos", señala Miguel Kindelán, responsable en España de GP Bullhound.

Volskwagen, por ejemplo, ha comprometido inversiones de 44.000 millones de euros en coches eléctricos y autónomos hasta 2023; Ford se ha marcado el objetivo de lanzar 40 nuevos modelos de vehículos eléctricos antes de 2022, y Toyota espera lograr un nivel cuatro de autonomía en algunos coches en 2020.

Kindelán destaca además la estrategia de Seat, que acaba de presentar en el MWC su propuesta de coche para la movilidad urbana y su concepto de automóvil conectado 5G junto a Telefónica.

Este mercado refleja además la creciente actividad de fusiones y adquisiciones. El año pasado, se cerraron 166 transacciones, más del doble que en 2014. Entre ellas, la compra por parte de Didi de 99 Taxis o la adquisición de Mobike por Meituan. Europa es el mercado más activo, puesto que congrega el 39% del total de transacciones. Sin embargo, en términos de valor supone un 7%, lo que refleja las dificultades de las start up de autotech europeas para escalar.

Kindelán señala que España es un mercado interesante en uno de los segmentos de esta nueva era: la movilidad compartida.

"Estamos viendo un gran despliegue de estos esquemas en grandes ciudades españolas, que son punta de lanza en Europa", explica.

Las escasas barreras de entrada y el hecho de que sea un sector poco intensivo en capital explican el boom de compañías en el ámbito de la micromovilidad, como las bicis o patinetes compartidos.

"Es un momento de prueba y error en un sector muy inmaduro. Iremos hacia una concentración", pronostica. Eso sí, a corto plazo no ve nuevos unicornios más allá de Cabify, la mayor start up española en esta nueva era de la movilidad.

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