Esta segunda década del siglo XXI es un punto de inflexión en la historia de las organizaciones, porque en todo el mundo y simultáneamente, se sincronizaron los relojes, se detuvieron las actividades, revisaron los modelos de negocio y se pusieron todos en marcha nuevamente con un nivel de aceleración y transformación más profundo del que parecía que el curso normal del tiempo traía aparejado.

Con el nuevo escenario reconfigurado, la tecnología pasa a ocupar un lugar central en cada organización, en cada equipo y para cada empleado. Y se vuelve tan visible porque es el consumidor el que se lleva toda la atención, quien como integrante externo del ecosistema, elige comprar y ser fiel a la marca que más invierta en cuidarlo, recibirlo y retenerlo.

Entonces las empresas tienen que competir con más tecnología por cada consumidor y para ello, armar sus equipos con los mejores colaboradores que pueda, en el momento indicado y en el cargo indicado, porque sin la gente adecuada, ninguna organización va a poder cumplir su propósito.

Todo esto transforma a la competencia por el mercado y sus consumidores en una pelea por incorporar y retener a los talentos clave.

Lo cual se puede lograr poniendo el eje en la experiencia del colaborador y cuidar el lineamiento de los intereses entre empresa y empleado, incorporando la tecnología dentro de los siguientes puntos:

Podemos asegurar que la tecnología es protagonista en cada una de estas ideas y de cada instancia del "employee journey", término utilizado para describir la experiencia del empleado en una empresa desde que es reclutado y contratado, realiza el onboarding, se desarrolla, se lo reconoce, progresa y sale.

Puede hacerse con tecnología propia o con soluciones digitales elaboradas por un tercero, pero lo que cada empresa tiene que decidir es qué estrategia adoptar, en que tecnologías invertir, tercerizando aquellas que no sea necesario construir ni que sean propias porque no son un factor crítico de éxito para el negocio, integrando en cada instancia tecnología el toque humano, que logra niveles de empatía y fidelidad complementarios a los de cualquier herramienta que pueda utilizarse.

La tecnología tiene un impacto clave en la retención del talento, porque ahora las organizaciones se encuentran dispersas fuera de la oficina, conectadas de una nueva manera, con necesidades de flexibilidad y capacitación distintas a las de hace tan sólo 3 años y dentro de un escenario competitivo que exige el máximo nivel de detalle para crear y conservar valor, ahora no sólo para accionistas y consumidores sino también para la retención del talento que hace que eso sea posible.

*Por Federico Carrera, Managing Partner High Flow-Grupo DNA   

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