Occidente suma una nueva medida a su ofensiva económica y diplomática contra Rusia. Una, en esta ocasión, tan excepcional que el ministro galo de finanzas, Bruno Le Maire, ha llegado a referirse a ella como "el arma nuclear financiera":  'desconectar' a Moscú de SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecomunication), el principal sistema que utilizan los bancos para despachar pagos seguros y rápidos a nivel internacional. Eso sí, no será una desconexión  global, de todo el país. La medida se centrará solo en "determinados bancos" para lastrar su operativa.

El objetivo es el mismo que persiguen tanto la UE y EEUU desde que Rusia activó la invasión de Ucrania: lastimar su hucha y restarle capacidad para financiar la guerra. La medida, adoptada por la UE de forma coordinada con Estados  Unidos, Reino Unido y Canadá, la anunció ayer por la noche la presidenta de la Comisión Europea (CE), Urusla von der Leyen, y se implementará "en los próximos días" junto a otras acciones diseñadas paran que limitar la capacidad del  Banco Central Ruso de echar mano de sus reservas internacionales para paliar el paquete de sanciones.

"Nos comprometemos a garantizar que los bancos rusos seleccionados se eliminen del sistema de mensajería SWIFT. Esto asegurará que estén desconectados del sistema financiero internacional y perjudique su capacidad para operar  globalmente", recoge un comunicado emitido por la Casa Blanca y sus aliados internacionales distribuido por la agencia Reuters.

La desconexión de los bancos rusos de SWIFt traería serias consecuencias económicas a Rusia, pero también a los países que la implementan

Alcance de la desconexión de SWIFT

La medida se adopta después de que los diferentes socios acordasen su alcance exacto. La propuesta habría partido de los países bálticos y, en un primer momento, se acogió con cautela en la UE y EEUU. Según detalla The Guardian, los  primeros en apoyar la decisión fueron Reino Unido y España. El jueves, durante la reunión del Ecofin, Le Maire reconocía que había países que dudaban todavía sobre si era el momento de adoptar la medida y el propio Ejecutivo alemán  admitía estar valorando "cómo limitar los daños colaterales" de la desconexión de SWIFT. La ofensiva finalmente se dirigirá a ciertos bancos del país, no contra todo el sistema ruso. Antes, eso sí, deberá ratificarse en una cumbre de  ministros de Asuntos Exteriores de la UE prevista para hoy.

¿Qué alcance puede tener la medida? Von der Leyen explica que "cortar a los bancos les impedirá realizar la mayoría de sus transacciones financieras en todo el mundo, bloqueará efectivamente las exportaciones e importaciones rusas" y  "perjudicará su capacidad de operar a nivel mundial". Como recuerda El País, la desconexión del sistema SWIFT ya se puso sobre la mesa en 2014, cuando Rusia invadió la península de Crimea. Entonces su propio ministro de Finanzas  calculaba que la medida podría generar una caída de aproximadamente el 5% en el PIB. La medida sí llegó a aplicarse —de forma total— en Irán, donde tuvo un impacto económico considerable.

Su efecto está relacionado, en buena medida, con el papel que desempeña SWIFT, el principal sistema de mensajería empleado por los bancos para lograr transacciones seguras y rápidas a nivel internacional. Hace dos años, por ejemplo, la  plataforma sumaba a diario alrededor de 38 millones de movimientos. Expulsar a un país, o en este caso un grupo de bancos, de SWIFT equivale, así, a aislarlo del sistema bancario global. El mecanismo, privado, es empleado por 11.000  entidades repartidas por todo el planeta y tiene sede en Bélgica, lo que lo liga a las leyes europeas.

La retirada forzada del sistema SWIFT de Rusia es una medida que muchos ya estaban pidiendo

Su impacto podría ser sin embargo menos intenso que el dibujado por quienes lo equiparan a una suerte de "bomba nuclear" financiera. Desde el banco ruso VTB se apuntaba hace poco que podrían seguir usando otros canales para las  transacciones. Otra opción es echar mano de países como China, que dispone de su propio sistema de pagos, CIPS (Cross-Border Interbank Payment System). La propia Rusia impulsó uno tras la amenaza de 2014, el SPFS. La desconexión de Rusia  también podría comprometer el papel preponderante del dólar en los mercados internacionales. Para esquivar en parte las sanciones, Moscú podría echar mano también de las criptomonedas, indicó Xataka.

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