Paul Allen, cofundador de Microsoft junto a Bill Gates, falleció este domingo en su hogar de Seattle luego de batallar durante los últimos meses contra un linfoma no hodgkiniano. El empresario y filántropo, que además era dueño de los Seattle Seahawks de la NFL y Portland trail Blazers de la NBA, tenía 65 años.

"Mientras que la mayoría conocimos a Paul Allen por su faceta como tecnólogo y filántropo, para nosotros era un muy querido hermano y tío, además de un amigo excepcional", escribió su hermana Jody en un comunicado.  Además, celebró que “la familia y los amigos de Paul estuvieron bendecidos por haber experimentado su ingenio, calor, generosidad y su profunda implicación".

Allen, que se alejó de Microsoft en 1983 por complicaciones con un cáncer, no solo superó con éxito la enfermedad, sino que continuó siendo uno de los principales accionistas de la firma junto a Gates y Steve Ballmer, lo que le permitió erigir una de las fortunas más grandes de Estados Unidos, calculada en u$s20.000 millones. Así, no solo emprendió una destacada labor filántropa, sino que además le permitió convertirse en un exitoso empresario deportivo, llevando a los Seahwaks a ganar su primer y único Super Bowl en 2014. También tuvo fuertes incursiones en el mercado inmobiliaro, con importantes desarrollos en el noroeste de Estados Unidos, y en el campo aeroespacial.

“Las contribuciones de Paul Allen a nuestra compañía, nuestra industria y nuestra comunidad son indispensables. Como co-fundador de Microsoft, en su propia manera discreta y persistente, creó productos, experiencias e instituciones mágicas, y al hacerlo, cambió al mundo. He aprendido mucho de él y su curiosidad y empuje por conseguir altos estándares son algo que continuará inspirándome a mí y a todos en Microsoft. Nuestros corazones están con la familia y los seres queridos de Paul. Descanse en paz”, declaró el CEO de Microsoft, Satya Nadella, en un comunicado.

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