El mundo de los smartphones de divide en dos grandes lanzamientos cada año. Uno, en febrero, tiene como protagonista a Samsung y suele funcionar como una "declaración de intenciones" de Android.

El segundo gran momento, claro está, ocurre en septiembre, cuando Apple presenta su nueva generación de teléfonos iPhone. Allí, la firma de Cupertino redobla la apuesta y suma más leña a un fuego que alimenta el círculo virtuoso entre ambas compañías: lo que una hace debe ser superada por la otra.

El 20 de febrero no será un día más para la firma surcoreana, ya que presentará en San Francisco (a escasos 30 minutos en tren de la sede central de su gran rival) el esperado S10, producto que, a priori, será la punta de lanza de una nueva generación de móviles "ultra premium".

Mucho se ha hablado del dispositivo, en todas sus versiones. Tal es así que quedan pocos misterios de cara a su esperado anuncio. Las filtraciones se han convertido, a estas alturas, en un condimento más para las gigantescas campañas de marketing que rodean a este tipo de productos.

Apple y Samsung lo saben más que nadie. Cada nuevo "leak" se traduce en cientos de titulares de noticias alrededor del mundo, al punto de que se habla del S10 desde incluso antes de que se presentará el S9, en 2018.

Esta práctica, sin embargo, tiene su efecto colateral: las presentaciones se han convertido en mega eventos sin sorpresas. Aun así, los "streams" de estos eventos suelen acumular millones de visitas: el fetichismo de la mercancía tiene nuevas implicancias en el siglo XXI.

Lo que se sabe

Es muy difícil que Samsung sorprenda al mundo con una función revolucionaria que no haya sido revelada ya en alguna filtración previa del S10. Mucho se ha dicho y mostrado, por lo que queda poco lugar para un anuncio de último momento.

Fotografías, videos y especificaciones se han esparcido a lo largo y ancho de la web, cubriendo cada aspecto del teléfono en profundidad. Incluso, la información más importante fue revelada por la propia empresa hace unos meses.

En diciembre, en el marco de la conferencia anual de Qualcomm, en la que estuvo presente iProUP, la empresa surcoreana confirmó que utilizará en una de las versiones del S10 el nuevo chip Snapdragon 855 5G, convirtiéndose así en el primer fabricante en ofrecer un smartphone preparado para redes de quinta generación.

Este detalle es sumamente importante, por varios motivos. 2019 será el año en el que se desplieguen las primeras redes 5G comerciales, por lo que Samsung estará preparada para brindar a sus usuarios velocidades de conexión inéditas para el segmento móvil, hasta 100 veces superiores al actual 4G.

Por otro lado, el uso de estos chips repercutirá en el costo de los equipos. Se espera que la versión 5G del S10 (lamada S10 X) tenga un precio superior a los u$s1.000. Algunos rumores, incluso, se animan a ubicar el modelo tope de gama (S10 5G) en el orden de los u$s1.800. Definitivamente, será para pocos.

Se espera que sean tres versiones las que conformen la encarnación de la familia Galaxy: el S10 Lite o E, el S10 "estandar" y el S10 Plus. Cada una representará, respectivamente, un segmento de precio distinto.

Otra posibilidad es que se muestre el S10 F, una variante plegable. El primer prototipo fue presentado en noviembre, pero no hay más información al respecto, ya que se trata de un concepto con mucho por explorar aún.

Las características, claro está, serán distintas en cada modelo. De acuerdo con las filtraciones publicadas hasta la fecha, así estará equipado cada uno:

Galaxy S10 Lite (E)

Galaxy S10

Galaxy S10 Plus

Seguramente Samsung revele algunos detalles extra, como los esperados lectores de huellas ubicados debajo de la pantalla (algo que ya ha implementado OnePlus en el 6T) y su nuevo diseño frontal sin biseles, que ya se han visto en varias fotos y videos.

Esta nueva estética, que deja atrás al "notch" o muesca que tienen la mayoría de los equipos actuales de gama alta (popularizado por el iPhone X) muestra un frente de "pura pantalla", interrumpido únicamente por un pequeño punto donde se ubica el lente de la cámara frontal.

Respecto al software, habrá pocas sorpresas. El sistema operativo será Android 9 Pie con One UI, la capa de personalización de Samsung que, se espera, presente novedades en su asistente virtual Bixby. La inteligencia artificial es una de las grandes cuentas pendientes de la compañía, por lo que se espera una fuerte apuesta en esa tecnología.

Desde ya, la palabra final la tendrá la propia empresa, cuando se enciendan las luces del escenario que tiene preparado en el norte de California para presentar al mundo lo que, espera, sea el nuevo paradigma en las comunicaciones móviles para los próximos años.

En 9 años mucha agua ha corrido debajo del puente. Si el primer Galaxy S representó una de las primeras propuestas serias para competirle al iPhone, las generaciones siguientes fueron la confirmación de que el ecosistema Android era tan competente en términos de rendimiento y capacidad como el celebrado iOS.

El nuevo round entre las dos maneras de ver al móvil como una herramienta fundamental en el día a día de cientos de millones de personas en todo el mundo se jugará en pocas horas. Dependerá de Samsung dar el primer golpe de 2019 y esperar la furibunda réplica de Apple, más sedienta de sangre que nunca.

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