La evolución constante de la tecnología hace difícil predecir cuáles serán los próximos pasos en materia de innovaciones para el agro, dos rubros que vienen desarrollandose mutuamente cada vez más desde hace ya un tiempo.

La oferta existente de tecnología es muy variada: herramientas eléctricas y neumáticas para realizar torques con precisión, alternativas energéticas sostenibles, tecnología de sensores, creación de gemelos digitales en el mundo offline e Inteligencia Artificial para diagnosticar fallos.

Panorama del agro nacional

Según Lucas Dardano, gerente de Línea de Negocio para la división General Industry en Atlas Copco Argentina, la fabricación de maquinaria agrícola en la Argentina está centralizada principalmente en Santa Fe y Córdoba.

En términos económicos, los tractores presentan el nivel de facturación más alto, seguido de las sembradoras y cosechadoras respecto al 2020. Al mismo tiempo, Dardano remarcó que las exigencias del mercado obligan a los equipos pesados a implementar funciones que antes solo se encontraban en el sector automotriz, como tecnología GPS, funciones de escaneado del terreno o motores híbridos.

Ante este contexto de evolución constante, las tecnologías emergentes de la Cuarta Revolución Industrial aportan la agilidad necesaria para aumentar hasta en un 40% la producción de maquinaria agrícola.

En este contexto, surgen interrogantes como: ¿Está el sector preparado para afrontar la transformación digital? ¿Cuáles son las tecnologías disponibles en el mercado capaces de catalizar la fabricación inteligente de orugas, sembradoras y cosechadoras?

Las tecnologías emergentes de la Cuarta Revolución Industrial aportan la agilidad necesaria para aumentar hasta en un 40% la producción de maquinaria agrícola

Para Dardano, en la actualidad, un 10% del sector transita este cambio, mientras que otro 45% restante aún no se encuentra preparado para encarar la digitalización de sus procesos productivos.

Las ventajas que presentan las herramientas tecnológicas para la industria son muy variadas. Estas pueden resumirse en:

1) Reducción de costos

Hoy existe la posibilidad de conectar todas las herramientas electrónicas y procesos de ensamble en una plataforma universal agiliza la fabricación. Esto, al mismo tiempo, representa un menor costo para el productor.

2) Mejora la calidad

Con los avances tecnológicos actuales, desde el controlador central, el director de planta puede saber en un segundo lo que está pasando en cada una de las estaciones de ensamble y corregirlo en caso de que haga falta.

Por ejemplo, detectar si el torque del neumático del tractor es eficiente o si, por el contrario, el operario se olvidó de ajustar alguna pieza. Además, se pueden generar alarmas sobre determinadas tareas que se reconocen como incompletas o ineficientes.

3) Simplificación del tiempo

Una solución considerada revolucionaria en el rubro es la posibilidad de tener conectadas las herramientas eléctricas y neumáticas para obtener de ellas datos en tiempo real.

La reducción del tiempo de inactividad y la mejora de la calidad de la línea de producción son algunas de las exigencias más importantes para los fabricantes. 

4) Aumento de la transparencia de los datos

Analizar la información obtenida permite, entre otras cosas, identificar una posible falla en las herramientas que intervienen en el proceso de fabricación de orugas, sembradoras y cosechadoras.

De esta manera, a partir de la presencia de parámetros anormales de funcionamiento es posible reconocer los equipos defectuosos, mejorando la eficiencia significativamente. Los flujos de Big Data también brindan la oportunidad de construir fábricas de réplicas en otros mercados.

5) Ahorro de energía

El cambio climático es el mayor desafío de la actualidad. Con la utilización de herramientas eléctricas en los procesos de producción se emite un 46% menos de CO2 (dióxidos de carbono) en comparación con una unidad impulsada por diésel.

A paso lento pero seguro la industria agropecuaria avanza hacia la industria 4.0. Algo que, en opinión del gerente de Atlas Copco, representa nuevos desafíos para el sector que atañen al análisis de los datos para la toma de mejores decisiones relativas a minimizar los defectos, optimizar la productividad y alcanzar la reducción del consumo de energía (reducción de la huella de carbono).

La tecnología le aporta al agro numerosas ventajas para hacer del sector más productivo

Las agtech argentinas en alza

Endeavor lleva adelante desde hace tiempo programas de incubación y aceleración de emprendimientos, y en los últimos años contribuyó al desarrollo de varias agtech argentinas.

Uno de esos casos es Agidea, nacida en la localidad bonaerense de Pergamino para hacer que las empresas agropecuarias produzcan alimentos de una forma más segura, sostenible y de alta calidad con un menor impacto ambiental.

Fundada por Mariano Battista y Gonzalo Grigera, dos ingenieros agrónomos que combinaban experiencias en el ámbito de compañías multinacionales privadas y de la investigación científica, y que compartían el espíritu emprendedor, actualmente emplea a más de 100 profesionales y amplía su oferta de soluciones a la industria agroalimentaria.

Agidea articula con las empresas que desarrollan nuevas semillas, productos para la protección de cultivos, y productos biológicos promotores del crecimiento de los  cultivos más amigables con el ambiente.

Otra de ellas es Deepagro, fundada en la localidad santafesina de Casilda por Juan Manuel Baruffaldi, licenciado en Ciencias de la Computación con especialización en  Inteligencia Artificial y Computer Vision.

DeepAgro es una empresa de software basada en inteligencia artificial, que desarrolló SprAI, un sistema inteligente de detección de malezas para realizar una aplicación selectiva de herbicidas en cualquier etapa del crecimiento del cultivo de soja, que permite ahorrar hasta 70% en agroquímicos dependiendo de la cantidad de malezas en el lote.

DeepAgro es una empresa de software basada en IA, que desarrolló SprAI, un sistema inteligente de detección de malezas para realizar una aplicación selectiva de herbicidas

También está Sima, surgida en la Universidad Nacional de Rosario, de la iniciativa de Andrés Yerkovich, Gerónimo Oliva y Mauricio Varela.

De ahí sale la app de Sima que luego se complementó con una plataforma web que desarrollaron Agustin Rocha y Pablo Etchanchu, cofundadores también, y dio como resultado una gran base de datos de conocimiento agrícolas que conduce a productores y empresas a tomar decisiones basadas en datos, principalmente para la producción de cultivos extensivos.

Fuera del universo Endeavor aparecen otras agtech como B.I.F.E., emprendimiento de Juan Craveri, presidente de los laboratorios que llevan su apellido.

Esta agtech utiliza técnicas de cultivo celular para desarrollar un sustituto de la producción de carne tradicional, que presenta amplias ventajas en materia de salud,  medioambiente y sustentabilidad.

El desarrollo de proyectos Agtech locales también ha ayudado al crecimiento del agro

Si bien en el mundo existen laboratorios, grupos de investigación y startups que comenzaron a desarrollar esta tecnología desde hace varios años, B.I.F.E. es la primera compañía argentina que se encuentra desarrollando la tecnología para obtener carne animal a partir del uso de técnicas de cultivo en el laboratorio, y la  primera en Latinoamérica que llevó a cabo una degustación privada.

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