En la que fue una de las operaciones que más dio que hablar estos últimos días, la semana pasada Metaverse Group, una filial de Tokens.com, empresa cotizada que se dedica a los criptoactivos y el metaverso, compró por algo más de 2 millones de euros terrenos baldíos, sin edificar.

Lo curioso es que los terrenos adquiridos por Tokens.com tienen una particularidad: no existen. Al menos, no como algo que forme parte del mundo físico, señala Business Insider.

El conjunto de 116 parcelas adquiridas por la empresa forma parte del mundo virtual de Decentraland, como la propia compañía explica en el comunicado en el que anunció la operación.

En concreto, se encuentran en lo que la empresa define como el "corazón" del distrito Fashion. Se trata de la zona que este mundo virtual reserva a los negocios relacionados con la moda.

¿Pagarías 2 millones de euros por un terreno que no existe?

La inversión guarda relación con el hecho de que, si las predicciones más optimistas de algunos de los expertos en estos entornos virtuales se cumplen, en unos pocos años los diseñadores más importantes del mundo batallarán por hacerse con un terreno para poder realizar sus desfiles y mostrar al mundo sus propuestas.

¿Pagarías 2 millones de euros por un terreno que no existe?

Al fin y al cabo, ¿hay un modelo más perfecto que un avatar? Las representaciones virtuales de las personas no cobran por desfilar, las prendas les encajan como un guante sin necesidad de retoques y llevan sin rechistar cualquier diseño sin importar lo inverosímil que parezca. Y ahí aparecerá Tokens.com.

La empresa podrá hacer con su parcela lo que quiera, desde construir sus propias instalaciones en mitad del distrito Fashion hasta vender sus terrenos al mejor postor.

Decentraland forma parte de una explosión cuyo origen es la suma de diversos factores. Nace, por una parte, del indiscutible éxito de videojuegos que se conocen como sandbox.

Estos ofrecen a los jugadores vastos mundos construidos bajo la premisa de que en ellos se puede hacer casi cualquier cosa en cualquier momento. Es el caso, por ejemplo, de Minecraft, el archiconocido sandbox de apariencia basada en bloques que en la última década se ha convertido en todo un fenómeno social.

Catapultado por la legión de streamers que habitualmente se dan cita en ellos durante horas y horas durante sus directos, con los años juegos como Minecraft pasaron de ser inocentes formas de entretenimiento a ser un espacio de encuentro en el que tener vida social.

En tanto, la superestrella inversora Cathie Wood asegura que el metaverso es una oportunidad multimillonaria que llegará a todos los sectores

Casi al mismo tiempo en que la fama de los sandbox crecía, lo hacía también la de las criptomonedas, divisas digitales controladas mediante una tecnología blockchain que, en principio, garantiza su control sin la necesidad de la intervención de ninguna banco central.

Llegado cierto punto, desarrolladores como el argentino Esteban Ordano se preguntaron si sería posible juntar ambas tendencias, es decir, crear un mundo virtual que se manejara bajo la lógica que rige las criptomonedas.

En ellos, los usuarios en vez de limitarse a construir las inmensas mansiones que se pueden encontrar hoy en Minecraft, se podrían dedicar a hacer negocios bajo las garantías que ofrece en teoría la criptografía. Uno de los resultados de esta mezcla es Decentraland.

Fundada en 2017 por Ordano, es un creciente mundo virtual con aspecto de videojuego que, sin embargo, conviene tomar muy en serio. En él, empresas como Tokens.com ya se preparan para hacer negocios con múltiples ceros.

Siguen esta misma línea espacios como The Sandbox, que se encuentra todavía en fase de pruebas tras empezar su desarrollo en 2012, o Axie Infinity. Este último es una versión criptográfica del popularísimo Pokemon y está moviendo ya auténticas fortunas de dinero.

En él es posible coleccionar y entrenar criaturas que pueden luchar entre sí y que luego se pueden vender a cambio de una importante cantidad de valiosas monedas digitales como ethereum.

A ellos se espera que se sume en los próximos años, con la fuerza de los millones que el gigante de las redes sociales quiere inyectar en él, Meta, el universo virtual con el que Zuckerberg apuesta el futuro de Facebook a lo que ya se conoce como web 3.0.

Se avecina, por tanto, una importantísima batalla entre universos virtuales en la que todavía es difícil vislumbrar si todas estas propuestas encontrarán la manera de especializarse y coexistir, si Zuckerberg las devorará a todas, si estas podrán con Meta o si acabarán uniéndose en una única gran propuesta, señala el sitio web.

Los negocios del futuro: ¿en entornos virtuales?

Ignacio Echeverría es un creador de contenido e inversor en entornos virtuales con unos 60.000 seguidores en su canal de YouTube que pasa cada día de 8 a 12 horas en webs 3.0.

En 2020 compró por unos 400 dólares una parcela en Decentraland. Por ahora, usó su terreno para construir una pequeña galería de arte donde el artista mexicano Basic ha podido vender ya una obra de arte por unos 1.000 dólares. Es solo el primero de los muchos beneficios que espera sacar del terreno.

Aunque reconoce que, por ahora, el usuario medio de Decentraland es el asiduo de internet con conocimientos en criptografía y programación, espera que su popularidad crezca exponencialmente. Por eso, no piensa vender.

"En unos años me imagino un entorno virtual lleno de marcas comprando terreno para poner tiendas virtuales con las que podrán acceder a quienes ya no se sienten atraídos por las webs convencionales", señala Echeverría.

En tanto, Álex Ruiz, creador de contenido con casi 30.000 seguidores e inversor en lugares virtuales, señala: "Creo que será un entorno seguro donde podremos ser quienes queramos, podremos llamarnos como queramos y donde podremos hacer casi cualquier cosa".

Para él, la irrupción de Facebook en estos universos ha sido el espaldarazo definitivo que necesitaba esta tecnología.

"Cuando Facebook anunció su metaverso, pasó un poco como cuando Elon Musk dijo que iba a permitir comprar sus coches con bitcoin. Necesitábamos esa confirmación, no es un empujón cualquiera. Aunque no sé si ahora unas tierras virtuales valen 2 millones de euros, es muy posible que pronto terminen valiéndolo", indicó.

También, Efraín García, profesor de Diseño en la Univsersitat Oberta de Catalunya, indicó: "Por experiencia te puedo decir que es más que posible que grandes empresas ya estén detrás de estos mundos virtuales, que necesitan unos niveles de inversión muy grandes para mantenerse. Es solo cuestión de tiempo que lo vayan haciendo oficial".

"Habrá interesantes experiencias democráticas como las que se están viendo estos días en El Salvador con las criptomonedas. Pero, al final, quienes están detrás del metaverso son los países con la economía más robusta, los que más fuertes son financieramente", explica García.

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