"Estamos a las put**das. Es un mamarracho". Así, resumió en una frase el ejecutivo de una importante firma de alimentos 4.0, quien pidió a iProUP no ser nombrado. Varios de sus colegas tampoco desean ser mencionados y se limitan a responder: "Tiene razón".

El descontento se da a raíz de una medida propuesta por el Gobierno que golpea de lleno a los denominados alimentos "a base de plantas", una categoría que crece con fuerza a nivel global ante un público que reduce cada vez más la ingesta de ingredientes animales por cuestiones:

Además, para los hombres más poderosos del mundo, la alimentación del futuro es plant based: Bill Gates invirtió en Beyond Meat y Just; y Jeff Bezos en NotCo, la firma chilena que acaba de convertirse en unicornio.

A nivel local, el mercado también avanza vertiginosamente, a tal punto que se conformó recientemente la Asociación de Productores de Alimentos a Base de Plantas, que nuclea a unas 80 empresas de las más de 200 que existen en el país.

Pero una regulación propuesta por la Comisión Nacional de Alimentos (Conal) amenaza con desarticular una industria que podría traer divisas al país y ubicarlo como jugador de peso global dada su capacidad para producir comestibles.

Descontento

Bajo el argumento de tomar como base a una legislación europea, la medida de la Conal propone incluir los siguientes rótulos en los alimentos 4.0:

"Es una restricción: si bien yo produzco en mi planta 100% plant based, la mayoría de las empresas elaboran a fasón (en planta de terceros), por lo que es imposible que no haya trazas de ingredientes animales", revela a iProUP Francisco "Pancho" Piñero Pacheco, presidente de la asociación y fundador de Vegan Nature, uno de los principales jugadores locales.

El ejecutivo ejemplifica que los helados vegetales por lo general se elaboran en fábricas "tradicionales" y que, por más que se toman los cuidados pertinentes, no hay forma de asegurar que no haya presencia de lácteos. Lo mismo ocurre con hamburguesas, milanesas y otros artículos.

"Difícilmente no haya micropartículas de productos animales. La medida es inviable y no tiene sentido. Si me dijeras que hay riesgo de salud, como ocurre con el Sin Tacc para celíacos, estaría bien. Pero se trata una elección personal relacionada con los valores de cada uno", indica.

Piñero además remarca que "parece un avance, pero no lo es", además de indicar que no hacen falta certificaciones porque "ya existen varias, como V-Label (capítulo local de la norma europea) que entrega la Unión Vegana Argentina y una que estamos creando en la Asociación".

El directivo además indica que "está bueno que vayamos con la rotulación de cuánta azúcar o grasa tienen los alimentos, pero estaría bueno separar los matices entre los que hacen budines con ingredientes nobles y los que los hacen mezclando tres polvitos".

También remarca que el consumidor vegano está acostumbrado a leer etiquetas y sabe cómo comprar, por lo que no necesita de esas leyendas. "La ley de rotulado frontal está muy bien y en muchos casos nos beneficia, pero exigirnos cómo usar los términos vegano o vegetariano es un sinsentido", dispara.

Piñero además se mostró sorprendido con el hecho de que una norma que impacta sobre los alimentos 4.0 no haya consultada con la cámara que nuclea a las firmas del sector.

"Tenemos un canal de diálogo constante con el Ministerio de Desarrollo Productivo sobre cómo ampliar la producción, el empleo y exportar para que ingresen divisas", destaca.

El otro golpe

El uso de las leyendas y su certificación no es el único punto polémico de la norma. El otro está relacionado con los productos "análogos", es decir, las hamburguesas, helados y otros elaborados que replican la experiencia utilizando sólo plantas.

Según la propuesta de la Conal los productos plant based no podrán hacer referencia a alimentos de origen animal "con identidad definida establecida en el presente Código, ni tampoco utilizar términos o nombres de fantasía que hagan alusión a los mismos".

De esta forma, un medallón vegetal no podrá llamarse hamburguesa ni tener la palabra burger en su marca. Tampoco se podrá aludir a productos que tengan sabor a pollo, carne o jamón en un snack –por ejemplo– si dentro de su formulación sólo hay vegetales.

Francisco Piñero Pacheco (centro) junto al equipo de Vegan Nature

Para Piñero, se trata de otro sin sentido, que no hará más que confundir al consumidor, y subraya que en "muchos países podés encontrar queso sin proteína animal, e igualmente lo llaman queso".

"En lugar de yogur vegetal, esperan que pongamos agua fermentada a base de castañas. Tampoco podremos decir huevo para un sustituto. No se puede inventar nueva terminología en un mundo que corrió su eje. Estamos remando contra la corriente en el Amazonas", lamenta.

En ascenso

La demanda de productos plant based crece a paso firme en el país y no sólo por el público vegetariano. El propio Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA) puso un número a estos nuevos consumidores. De cada 100 argentinos:

Además, recientemente, las cadenas Mostaza y Burger King sumaron hamburguesas sin carne a sus menús. Hasta Marcos Galperin mostró interés en el sector: el fondo Meli Fund invirtió en Frizata, que fabrica, vende y distribuye congelados a domicilio y tiene la línea "Fri" sin carne, cuyos productos poseen huevos y lácteos, pero está trabajando en versiones veganas.

Si bien la Asociación de Productores de Alimentos a Base de Plantas aún no tiene cifras generales del mercado debido a lo reciente de su constitución, Piñero usa como ejemplo a su propia empresa para ilustrar el potencial de esta industria.

"En 2017, vendíamos 6.000 productos por mes, hoy estamos en más de 75.000", señala el ejecutivo. Es decir, su negocio avanza a una tasa anual compuesta de 88%.

Otro dato que muestra el crecimiento del sector son las dietéticas, que lideran el podio de las franquicias más exitosas debido a dos cuestiones de la pandemia: son comercios esenciales y el consumidor local prestó más atención a su salud ante la catástrofe sanitaria.

No solo eso: estos comercios también aumentaron su presencia en las aplicaciones de delivery Rappi y PedidosYA: tres de cada 10 tiendas de la sección Mercados corresponden a estos locales, una cifra que puede llegar hasta el 40% según la ubicación geográfica del usuario.

"Es una industria que no ha parado de crecer en una economía retraída en los últimos dos años. Hacemos productos nobles, en algún momento el Gobierno debería evaluar que en 20 años ayudaremos a bajar la tasa de enfermedades", revela Piñero, quien asegura desconocer el porqué de esta nueva medida.

Uno de sus competidores, que exigió mantener el off-the-record, asegura a iProUP que esta avanzada contra los alimentos 4.0 está relacionada con el lobby de las grandes alimenticias, algunas de las cuales ya están explorando los productos plant based ante la explosión de la demanda.

Piñero Pacheco no duda que primará la cordura y que la situación se encaminará

"Hay muchas empresas que quieren mantener el status quo. Por ejemplo, Hellman's tiene una mayonesa vegana y no va a cambiar la marca porque tiene espalda para pagar las multas. Van a matar a las firmas chicas y emprendimientos autogestivos", señala.

Otro empresario del rubro opina en el mismo sentido. "Me comentaron que es para equiparar en la góndola a las Oreo, que en Argentina son veganas, con nuestros productos que además son naturales, más sanos y no tienen químicos", dispara.

"Yo creo que primará la prudencia y la cordura, y a partir de un diálogo fluido, todas estas cuestiones se van a encaminar", afirma Piñero Pacheco.

La Asociación de Productores a Base de Plantas está por estas horas preparando una contrapropuesta que informe al consumidor, evitando las confusiones y permitiendo que el mercado continúe su expansión y la Argentina pueda convertirse en el granero del mundo de los alimentos 4.0.

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