Durante la Operación Kryptos, como fue llamado el plan, también se decomisaron 13,8 millones de reales brasileños ( u$s 2,6 millones). Igualmente, consiguieron 100 libras esterlinas, dólares y euros.
También se decomisaron 21 vehículos de lujo, varios relojes de gran valor y joyas, según informó la policía brasileña, el pasado 25 de agosto.
De acuerdo al organismo policial esta podría será la mayor incautación de bitcoin y otros activos que han hecho hasta los momentos.
La compañía tenía su sede en la Región de Lagos, Río de Janeiro. Desde allí establecieron una red en la que hacían ofertas públicas con un contrato de inversión, ofreciendo retornos de 10% del monto invertido por los clientes.
Además, GAS no contaba con registro previo ante los organismos reguladores de las criptomonedas en Brasil.
La operación se llevó a cabo en Río de Janeiro, São Paulo, Ceará y el Distrito Federal, donde fueron arrestadas cinco personas. Entre los detenidos se encuentra Glaidson Acácio, propietario de una consultora de bitcoins.
Tanto Acácio como el resto de los involucrados, enfrentan cargos por los presuntos delitos de gestión fraudulenta e imprudente de institución financiera clandestina, emisión ilegal de valores sin registro previo, organización delictiva y blanqueo de capitales. De ser condenados, podrían pasar 26 años tras las rejas.
La policía también explicó que, Acácio con su empresa movilizó durante los últimos seis años, las transacciones financieras de la empresa sumaron aproximadamente u$s 30 millones de dólares. La mitad de las transacciones ocurrieron durante los últimos 12 meses.
Tras el arresto de Acácio, los inversionistas recibieron audios en grupos de WhatsApp, creados con el fin de calmar a los usuarios de GAS, según la prensa local.
En los audios, un representante de Glaidson Acácio aseguraba que seguirían trabajando. «El trabajo de GAS no depende de Glaidson, como él mismo dijo en la última reunión, seguiremos adelante».
El llamado de Glaidson, a través de un vocero, es que considera natural que lo sucedido genere conmoción entre todos los involucrados, pero pidió paciencia porque tienen la «certeza y la convicción» que superarán este trance.
«Transmítele a nuestros clientes confianza. Que tengan paciencia, especialmente con los nuevos clientes», dijo Glaidson a un portavoz de GAS.
Es de destacar, que la compañía no cuenta con una página web, ni redes sociales y el teléfono disponible en el Servicio de Impuestos de Brasil se encuentra fuera de servicio.
Acácio, hasta el 2014 trabajó en un restaurante como mesero y 7 años después llegó a amasar una fortuna de más de u$s 30 millones, informó un medio brasileño.
Casado con la venezolana Mirelis Díaz Zerpa, Acácio llevaba una vida de lujos con mansiones, pero con casi ninguna exposición pública en las redes sociales.
Su abogado considera que el arresto del empresario fue una sorpresa. Reconoció que tener 20 millones de reales puede ser una exageración, pero no pueden decir que provenga de una actividad ilegal.
Muchos inversionistas y consultores de GAS, salieron a las calles para pedir la libertad Acácio. Específicamente se agolparon en las puertas del canal de televisión Red Globo por exponer el presunto esquema Ponzi.
Los inversionistas aseguran que ni Acácio ni la empresa han cometido delito alguno, porque les ha pagado los fondos a tiempo e incluso por adelantado en todos los años que tiene operando.
«Queremos que Acácio sea liberado, estamos aquí frente a la inmundicia de Red Globo, en protesta contra Globo, Globo distorsiona cada información. GAS en 9 años siempre ha pagado bien, somos una familia», expresó uno de los manifestantes.
Fuente: CriptoNoticias