Cuando la pandemia azotó al mundo, el planeta entero cerró la mayor parte de su economía. Sin embargo, hay quienes aprovecharon el confinamiento para darle rienda suelta a sus proyectos y emprendimientos.

Es el caso de Ewan Begue (20), creador y CEO de Zafirus Technologies, una empresa de desarrollo de software que trabaja con aplicaciones, realidad aumentada e inteligencia artificial. Así, ofrece diversos servicios a empresas que estén buscando un "socio tecnológico" que las ayude a digitalizar su negocio.

"Por nuestro pasado de la tecnicatura en informática, siempre tuvimos el bichito de hacer cosas. Comenzamos con ReserBar, una aplicación de entregas gastronómicas que funciona en más de 50 bares de Rosario. Viendo que se venían la cuarentena y las restricciones supimos que no íbamos a poder operar y un poco por necesidad y otro poco por deseo decidimos abrir otro módulo de negocio que, en base al core tecnológico que teníamos, se pudo abrir fácilmente", recuerda Begue.

Hoy trabajan con tecnologías como la realidad aumentada y la Inteligencia Artificial, conceptos que a pesar de su corta edad conocen bien: "La realidad aumentada no es la innovación del futuro sino del presente", asegura el emprendedor.

Según Begue, "por supuesto que todavía queda mucho por hacer, no sólo en Argentina sino también en Latinoamérica: las empresas que lo están adoptando son early adopters que están apostando por una tecnología que todavía no es común, a diferencia de lo que pasa en otros lugares del mundo".

"Hablamos, por ejemplo, de que una persona pueda comprar una heladera y visualizar cómo va a quedar en su cocina con realidad aumentada. Hay mucho campo de acción y muchísimo por desarrollar", completa.

En cuanto a la Inteligencia Artificial, Begue también es optimista: "Creo que va a ser lo que se implante en el mercado porque básicamente todos los procesos se pueden involucrar con esa tecnología. Hay distintos tipos, por supuesto. Hay cuestiones de optimización, otras de reconocimiento visual, se pueden hacer muchísimas cosas y ya hay muchas empresas surgiendo y en auge que creo que van a aportar muchísimo valor a la industria de Latinoamérica y generar mayor competitividad a nivel continente". 

Además, agrega: "En el rubro tecnológico tenemos la fuerte ventaja de que tenemos un buen nivel de programación y que los costos en Argentina, comparados al resto del mundo, son accesibles. El único mercado de similares características sería la India, pero nosotros tenemos la ventaja del huso horario para trabajar con Europa y Estados Unidos".

"En relación a la realidad aumentada, estamos realizando un desarrollo con (la empresa de juegos para plazas) Crucijuegos que te permite, con una aplicación de celular, apuntar a un lugar y ubicar dónde va a estar el juego . La representación es totalmente fiel: lo que ves es cómo va a quedar. Además, te podés mover por distintas partes del juego y lo vas a ver como si ya estuviese construído", explica.

"También hacemos staffing. Es básicamente aumentar el área de sistemas de las empresas. Hay compañías que están muy sobrecargadas y nosotros les proveemos el equipo necesario para que ellos puedan cubrir su demanda o poder seguir creciendo si no son del área tecnológica", explica.

El trabajo es completamente a pulmón. El desarrollo inicial no tuvo inversión externa y se desarrolló exclusivamente con ahorros propios. Tanto Ewin como sus socios todavía son estudiantes y saben lo que eso significa siendo jóvenes empresarios: "Yo estudio ingeniería, Nicolás López (22), licenciatura en Informática; y Gastón Palumbo (22), Administración de Empresas. En un inicio, todavía cursabamos de forma presencial y en nuestro caso la virtualidad de la cuarentena nos benefició porque nos dio más tiempo para poder hacer cosas", asegura. 

"Sabemos que es un desafío cuando haya que volver porque vamos a tener que replantear cómo hacemos las cosas. Hoy, la empresa demanda mucho tiempo y no queremos poner un techo en el crecimiento, así que hoy estamos dando libres la mayoría de las materias", confiesa.

"Emprender y apostar todo el proyecto en definitiva no es una decisión complicada porque es lo que tenemos ganas de hacer cuando nos levantamos. Si bien llevamos la facultad en paralelo no es una decisión que nos de miedo o nos genere una situación de confrontación interna porque realmente lo disfrutamos. No lo sentimos como un trabajo; todavía lo seguimos sintiendo –y espero que así siga siempre– como un disfrute día a día", asegura Begue.

No sólo el rubro sino –tal vez– la generación a la que pertenecen, se reflejan en el modelo de compañía que quieren ser: "En lo que es cultura empresarial siempre dijimos que íbamos a replicar el modelo de la empresa en la que nos gustaría trabajar. Algo en lo que coincidimos y que hoy forma parte del ADN de Zafirus es que siempre vamos a ser 100% remotos", revela.

Y añade: "Nos gusta el horario laboral flexible. Estamos orientados a los objetivos; hay programadores que tal vez tienen familia y se sienten más cómodos trabajando de noche cuando ya están todos durmiendo y hay gente que todo lo contrario, entonces no vamos a limitar la capacidad productiva de nuestra gente por un capricho".

A pesar de todavía ser estudiantes, su trabajo en el campo les da una visión muy clara sobre lo que sucede en el mundo tecnológico. Begue indica que "en Argentina queda muchísimo por hacer. Hay muchas empresas que vienen del rubro tradicional y a las que se le podría agregar tecnología".

"Creo que tenemos el know how en el país y por eso tenemos una oportunidad de generar una economía del conocimiento muy grande, Incluso hay que trabajar en la parte académica, actualizar los planes de estudio es una necesidad muy importante para que tengamos una oportunidad de ser competitivos a nivel global", concluye.

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