El 8 de agosto del año 1986 fue la última emisión mundial de la serie furor El auto fantástico (Knight Rider), protagonizada por David Hasselhoff y su vehículo KITT, un Pontiac Firebird Trans-Am V8 que incluía varios desarrollos que parecían de ciencia ficción para los 80'.

KITT era auto "inteligente" que podía conducirse solo, interactuar con su dueño a través de un reloj, procesar información del contexto que lo rodeaba a través de diversos sensores y estaba programado para cumplir con los más altos estándares de seguridad para nosotros y los otros. Probablemente, KITT sirvió de inspiración para varios de los ingenieros que hoy, 35 años después, se desempeñan en la industria automotriz de Renault.

Unos de los vehículos futuristas que ya comenzó a rodar en las calles de Francia es el prototipo del Renault SYMBIOZ. Este demo car es un vehículo autónomo, eléctrico y conectado tecnológicamente para mejorar el bienestar y desarrollar una experiencia única, que encarna la visión de la movilidad de la marca para el futuro.

SYMBIOZ posee una automatización de conducción de nivel 4, también conocida como mind-off, tecnología que libera a los conductores de las tareas de conducción y vigilancia cuando cambian al modo autónomo, con capacidad de garantizar la seguridad en caso de un incidente excepcional en su entorno. 

La tecnología actual permite hacer realidad los sueños de tres décadas atrás gracias a los más de 30 sensores exteriores (radares, sistemas de medición y detección de objetos mediante láser, cámaras, ultrasonidos) distribuidos en la superficie del vehículo, conexión 5G, tablero con pantalla multimedia y sistema de sonido. Adicionalmente, está diseñado para producir cero emisiones durante su uso.

Pero lo interesante que permite el auto fantástico de hoy es la experiencia mejorada y personalizada para el conductor y los pasajeros. El vehículo reconoce a los ocupantes a través de sus teléfonos inteligentes y así pueden interactuar con el auto, incluido el ajuste del asiento, el aire acondicionado, las opciones de música, la navegación en pantallas multimedia, el tipo de iluminación en el interior, etc. 

Como en la vieja serie, el conductor también puede interactuar de forma remota con elementos exteriores (como su casa) verificando lo que sucede allí, usando una vista de cámara de 360​​° en la pantalla en el tablero o ajustando la configuración de calefacción después de salir de casa o antes de llegar, por ejemplo.

Esta pantalla digital consta de tres pantallas que muestran información en tiempo real sobre la conducción, la navegación y el confort de la cabina, además de permitir el entretenimiento a bordo, como ver una película en alta definición.

La experiencia no solo termina allí: cuando el conductor pasa a la modalidad de conducción autónoma podrá vivir una experiencia de realidad virtual inmersiva y contemplativa que utiliza en tiempo real los datos dinámicos del vehículo, así como los objetos detectados por los sensores, permitiéndole conectarse con sus auriculares y viajar a paisajes naturales y surrealistas.

Una experiencia de conectividad realmente impresionante del SYMBIOZ es pasar por un peaje de autopista en modo autónomo. Este experimento de comunicación vehículo-infraestructura (V2X) utiliza los protocolos establecidos en el proyecto europeo SCOOP, en particular 5G WiFi (largo alcance). El conductor puede sentarse y relajarse, con el coche cuidando cada paso, para un viaje ininterrumpido en conducción autónoma.

"Autónomo, eléctrico y conectado, el SYMBIOZ Demo Car aprovecha la excelencia tecnológica desarrollada por nuestros ingenieros y socios para llevar a nuestros diseñadores de productos y expertos a un campo de exploración totalmente nuevo", señala Mathieu Lips, director del proyecto SYMBIOZ Demo Car.

Y concluye: "Han sido capaces de reinventar la experiencia en el automóvil e imaginar una forma totalmente nueva de viajar mientras se conduce el coche. Todo ello conservando la opción del placer de conducir. Así es como imaginamos el futuro de la movilidad personal en Renault", aseguró 

*Por Diego Pasjalidis, Head of Innovation & Digital STEFANINI Argentina

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