Los emprendedores deben siempre recordar que son los autores de su propio destino, y los superhéroes e impulsores de su propia historia.

Para el que no escuchó hablar de Stan Lee, es el creador de historietas como Spider-Man, Hulk o Wolverine. De hecho, muchos de sus personajes son marcas conocidas a nivel mundial. El patriarca de Marvel Comics, que murió el pasado 12 de noviembre de 2018, inspiró a generaciones de niños y adultos por igual, independientemente de si eran fans de los cómics o de los personajes en el cine.

Hoy por hoy, el universo Marvel sigue desempeñando un papel importantísimo en la industria del entretenimiento. De hecho, las creaciones de Marvel han crecido en popularidad los últimos años. Además muchas personas han pasado su adolescencia consumiendo cómics tanto de Marvel como de DC, y ha inspirado a gran cantidad de ellos en intentar crear sus propios personajes.

Al alejarse drásticamente de los elevados semidioses que habitan el universo de DC Comics, Lee se aseguró que la magia surgiera de la creación de personajes que fueran realistas y cercanos, personajes con los que la gente se pudiera relacionar.

Por ejemplo, Spider-Man era un adolescente nerd, fotógrafo, cuyo ego resultó en la muerte de su amado tío. Los X-Men están inspirados en las luchas de Martin Luther King Jr y de Malcom X para lograr la igualdad de derechos civiles. Y aún así, Stan Lee se las ingenió para hacer que estos temas fueran interesantes para todos, niños incluidos.

Los personajes de Stan Lee triunfaron porque lograron ser relevantes para los lectores, pero él tuvo que enfrentar retos significativos durante su carrera. Sobre todo, le fue sumamente difícil ser tomado en serio en una industria que aún no se había ganado el respeto de otros escritores. Stan admitió que al principio le daba pena ser sólo un “escritor de cómics”.

Adicional a esto, ni Lee ni sus cocreadores tenían la astucia necesaria para navegar las complicadas decisiones de negocios relacionadas al tema de los derechos, la propiedad intelectual y las finanzas concernientes al crecimiento astronómico de los personajes que habían inventado.

Sin embargo, a pesar de los obstáculos, Lee logró tener éxito financiero y convirtió a los cómics, que algunos consideraban una forma glorificada de hacer libros para niños, en una expresión artística. Todo esto representa lecciones importantes para todos los emprendedores modernos. Aquí algunas citas que se le atribuyen a Lee y que resaltan esas lecciones:

1. “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad” Puede ser que este proverbio sea uno de los pedazos de sabiduría más importases que existen, casi junto a la regla de oro. Conforme vas escalando en la vida y vas teniendo mayor influencia, cuidar a los demás se hace más relevante.

Por ejemplo, un diseñar que es promovido a director creativo tiene más poder, pero también tiene una mayor responsabilidad con la empresa y con sus subordinados.

Que te importe la gente a tu alrededor es señal de buen liderazgo. Los directores en grandes empresas tienen una gran demanda de su tiempo, pero los mejores de los mejores recuerdan que son sus empleados los que hacen que la maquinaria funcione. Con Howard Schultz a la cabeza de Starbucks, la compañía consiguió beneficios extremadamente competitivos, incluso para empleados de medio tiempo incluyendo planes de apoyo para la educación y el ahorro.

La lección: Cuando vives a la altura de las grandes responsabilidades que tienes como dueño de un negocio y como líder, empezarás a tener ese gran poder del que Stan Lee habla. Es una ecuación que se alimenta a sí misma.

2. “La suerte es el mayor súper poder”

En ningún momento Lee minimizó la importancia del trabajo duro, pero intentó recordarse a sí mismo y a los demás que para avanzar en la vida se necesita algo más que talento y una ética laboral fuerte. La suerte interpreta un papel importante en el éxito de una persona, pero es fácil que los emprendedores olviden esto y se pregunten constantemente por qué no han llegado más lejos.

Con un valor neto de casi $70 mil millones de dólares a sus 33 años, Mark Zuckerberg es uno de los emprendedores más exitosos del mundo. Sería fácil para él pensar que fueron sus habilidades las que lo llevaron a donde está, pero él mismo admite que hay más en esta historia. “No llegas a ser así de exitoso sólo con trabajar duro o con tener una buena idea” dijo Zuckerberg. “Para que esto pase, tienes que tener suerte en la sociedad actual.”

Si los emprendedores no reconocen esto corren el riesgo de agotarse y tirar la toalla antes de tiempo.

3. “Sólo esperaba que los libros se vendieran y yo siguiera teniendo trabajo”

Es fácil que un emprendedor apasionado se atore en El Sueño. Independientemente de si quieren crear una marca internacional o competir con Google, sus objetivos no valen nada si no logran construir un producto que le guste lo suficiente a la gente como para comprarlo.

Stan Lee reconocía que su objetivo principal era crear un producto que la gente disfrutara y que fuera lo suficientemente bueno como para mantenerlo en el trabajo. Si construyes un producto que valga la pena y que tenga un impacto en tu audiencia, el éxito llegará con el tiempo.

Apple es un gran ejemplo de una compañía que crear productos que valen la pena. La interfaz amigable que pone en sus dispositivos demostró desde el principio la genialidad creativa, y cautivó a la audiencia de inmediato. Aunque muchas de sus características básicas hayan sido adoptadas por otras empresas, Apple pasó a la historia siendo el primero en tenerlas y sigue siendo una de las compañías tecnológicas más grandes del mundo.

De la misma forma en la que Stan Lee creó tantos personajes entrañables, nunca tuvo un enfoque pasivo a la hora de crear su propia marca. Aunque otros escritores y artistas como Jack Kirby y Steve Ditko hayan sido responsables de varias de las creaciones de Marvel, la habilidad de Stan para promover su propia narrativa es la razón por la que se le considera la deidad del universo Marvel.

Aunque su talento haya sido objeto de crítica en muchas ocasiones, esta es una habilidad que comparte con muchos de los titanes de la tecnología como Steve Jobs y Elon Musk. Mientras nosotros como emprendedores luchamos por conseguir nuestros sueños, debemos recordar que, en gran medida, somos los autores de nuestros propios destinos y los súper héroes de nuestras propias historias, concluye Entrepreneur.

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