En el marco de la pandemia, con sus sucesivos confinamientos y el distanciamiento social, hubo varios sectores beneficiado, sin embargo, hubo uno que fue de los menos pensados, el de las piscinas.

El pasado verano, estos productos se agotaron en cuestión de horas de todos los establecimientos españoles, llegando a generar una demanda inesperada que este 2021 se está volviendo a presenciar. Debido a esto, Swimmy creció como una alternativa segura y eficaz para los que solo desean una piscina para un determinado día o evento.

Nacida en 2017, en Francia, pero con un importante auge en los últimos meses, Swimmy se sentó en el país ibérico hasta el punto de ser una de las grandes revoluciones contra el calor y el coronavirus. Conocida como "el Airbnb de las piscinas", esta plataforma tiene similar funcionamiento a la compañía de alquiler de viviendas pero desde el punto de vista de una piscina y para un periodo de tiempo mucho más corto.

La app funciona tan fácil como seleccionar el día y las horas en las que se quiere acoger el evento y buscar la mejor ubicación a la situación de cada usuario. Una vez con la piscina escogida, todas son privadas y de particulares, los precios oscilan entre los 10 y 20 euros por persona, de media, para un disfrute total de las instalaciones que también pueden incluir, con un precio extra, estancias de una casa o comida y bebida a disposición del propietario.

El rol de le aseguradora Allianz 

Ideal para reuniones familiares, cumpleaños de los más pequeños o celebraciones con amigos, esta compañía ya tiene más de 120.000 usuarios, con mayor presencia en España y Francia. Ahora con intención de expandirse a Italia, Alemania y Estados Unidos, tal y como destacan a Idealista, en su página web se pueden encontrar más de 1.000 piscinas de diferentes tamaños, tipos y condiciones y siempre bajo la seguridad detrás de Allianz.

La forma más sencilla de compartir una piscina, para aquellos que no la usan más que unos determinados días a lo largo del año y para aquellos que no se pueden permitir el lujo, por espacio o dinero, de tener una en su propiedad. En lo que respecta al dueño, al igual que en Airbnb solo hay que disponer de la instalación, crear una cuenta verificada y subir un anuncio con todas las condiciones propuestas.

Fuente: El Economista.

Airbnb para Mascotas

Desde hace más de un año que experimentamos una "mamushka de crisis": la muñeca más grande representa la situación global, afectada por el COVID.

Dentro de ella la mamushka económica, propia de la situación de Argentina. Le sigue la cuarentena, una mamushka que afecta de manera diferente a distintos sectores y ciudades. Y la última, que representa la situación particular de cada empresa o emprendedor, con sus capacidades y recursos y, fundamentalmente, su mentalidad.

Nicolás Martínez, un joven porteño de 21 años, padeció como muchos otros los avatares de la cuarentena justo cuando estaba abriendo su gimnasio.

"Con los ahorros que teníamos, con mis socios decidimos invertir en un gimnasio y lo inauguramos justo cuando se declaró la cuarentena. No pudimos abrirlo, no teníamos ingresos y encima teníamos gastos de alquiler, deudas y quemamos todos nuestros ahorros. Fue desesperante", indica Nicolás.

Después de haber transitado los primeros meses de incertidumbre, el emprendedor comenzó a explorar dentro del su rubro si podíaDiego Pasjalidis para subsistir. Sin saber programar, se sumó a un amigo a desarrollar una app con inteligencia artificial para entrenar, pero no fue suficiente para saciar su sed emprendedora.

Luego de unos meses de explorar diferentes modelos de economía colaborativa, como UBER, Airbnb y Rappi, Martínez tuvo su momento eureka y dijo: "¿Por qué no crear un ‘Airbnb para mascotas’?". Y así fue.

 

Uniendo su pasión por el mundo digital y los animales, en poco tiempo desarrolló su sitio y finalmente lo lanzó el 1º de mayo.

"Fue algo totalmente inesperado. Lancé el sitio y en la primera semana recibí casi 6.000 mensajes de personas para ofrecerse como anfitriones, y unas 1.500 consultas de personas interesadas para averiguar detalles para dejar sus mascotas" indica Martínez.

Sin mucho más (ni menos) que una idea y su pasión, en un contexto de crisis y con una real necesidad de encontrar nuevas fuentes de ingresos, el sitio alojana.com fue una verdadera sorpresa para su creador. 

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