Actualmente, los usuarios de empresas tecnológicas conocen que estas compañías almacenan toda clase de datos sobre ellos, al aceptar las ventanas emergentes de las cookies de una web o al otorgar el visto bueno a las condiciones de uso de una determinada aplicación.

Sin embargo, la información varía mucho de una firma a otra: algunas compañías archivan nombres, fecha de nacimiento y dirección de email, pero otras pueden llegar hasta saber ciertos gustos, peso, altura, pasatiempos o mascotas. También pueden almacenar información bancaria, otras redes sociales y datos publicados en ellas.

Sobre esto, es innegable que a casi todos les ocurrió el siguiente hecho: momentos posteriores a ver una reseña de un producto en una página web, encontrarse con un anuncio de exactamente ese bien o servicio en el feed de otra aplicación (Instagram, Facebook, etc).

Esto es porque las aplicaciones que se usan y páginas que se visitan a diario recopilan una gran cantidad de datos sobre nuestra persona que, en muchos casos, se transmiten a terceros.

El uso de los datos personales varía mucho según la compañía, aunque lo más común es que se orienten a la publicidad segmentada, sobre la cual estas empresas obtienen esa información.

Por supuesto, esto no debería ocurrir sin nuestro permiso, por lo que normalmente tenemos que aceptar una larga lista de términos y condiciones previo a usar una aplicación.

Pero, hay una realidad detrás de esto. Y es que, para crear efectivamente una cuenta en estas plataformas, nos vemos prácticamente obligados a aceptar esos términos y condiciones, aún si la persona misma no desea que su información sea manejada al antojo del servicio correspondiente.

No obstante, los usuarios todavía tienen la capacidad de recuperar el control y limitar el acceso de los sitios web, las redes sociales y las aplicaciones a los datos personales. "El usuario tiene más control del que cree a la hora de decidir quién puede ver sus datos y qué se puede hacer con ellos", aseguró Shane McNamee, director de Privacidad de Avast.

Conocimiento sobre nuestros datos ofrecidos

El año pasado, el gigante estadounidense Apple llevo a cabo una iniciativa para facilitar a los consumidores la comprensión del tipo de datos que reúnen las aplicaciones y cómo son usados. La multinacional introdujo etiquetas de privacidad en su App Store, para que los desarrolladores se vean obligados a enumerar lo que recogen sus aplicaciones.

Estas etiquetas clasifican los datos personales en 14 categorías, entre las que se incluyen el historial de búsqueda en internet, la ubicación, la información de contacto, las compras, otros datos de uso y los contactos.

La firma pCloud hizo uso de esta data para analizar diversas aplicaciones populares con respecto al nivel de datos de los usuarios recogidos y compartidos con terceros para fines comerciales.

 

De acuerdo al gráfico elaborado por pCloud, que brinda una selección de estas apps, Instagram se destaca como la más "invasiva", al compartir más información personal con terceros. La plataforma insignia para los influencers recopila y comercializa datos de 11 de las 14 categorías enumeradas (es decir, un 79% de la info).

La segunda aplicación con mayor recopilación e intercambio de información personal es Facebook, que comparte con los anunciantes el 57% de los datos personales de sus usuarios.

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