El confinamiento permitió que los argentinos que están en una situación económica más o menos holgada pudieran generar un ahorro con la plata que no gastaron en bares, restaurantes, espectáculos, gimnasio, peluquería, nafta, transporte, etc.

En muchos casos, ante la imposibilidad de comprar dólares para atesorar, volcaron el excedente a la refacción o a la remodelación de algún ambiente de la casa, cambiaron muebles, pintaron y compraron electrodomésticos, entre otras alternativas.

Se trata de soluciones domésticas para no perder ante la inflación, que cerró 2020 en torno al 36% y en el marco de un esquema de restricciones muy rígidas, que desalienta la compra de divisas para ahorro, modalidad muy arraigada entre los argentinos.

En el caso de las empresas, implementaron una estrategia similar: a las restricciones cambiarias que ya venían afectando desde antes de la pandemia, se sumaron dificultades extra: ¿cómo hacer frente a los compromisos habituales (pago de sueldos, alquileres, deudas comerciales), con muchas actividades prácticamente paradas y la cadena de pagos muy resentida?

En ese escenario, el principal objetivo fue asegurar un cuadro de ingresos y egresos equilibrado y mantener un mínimo de stock para mantenerse en el mercado de manera competitiva.

Cubierta esta necesidad, el excedente que no pudo llevarse al dólar como reserva de valor en muchos casos se volcó a:

Con la nueva Ley de Economía del Conocimiento, se espera que se incremente aun más la inversión en estas iniciativas. En ese sentido, la reglamentación enumera las actividades que serán promovidas y cómo serán consideradas las inversiones en capacitación e I D.

Prepararse para cuando se reactive el mercado

Héctor Lew, CEO de la firma Megatech, indica a iProUP que muchas empresas cubrieron su proyección de necesidades futuras con algunos activos (bonos dólar linked), se han puesto al día con sus compromisos con proveedores y, lo más importante desde el punto de vista estratégico, a "stockearse" en talento y equipamiento.

En el segmento de firmas vinculadas al sector de la Economía del Conocimiento se destinó mucho dinero a proyectos de investigación y desarrollo con el objetivo de transformarse digitalmente.

Como parámetro, su compañía desembolsó en este concepto entre un 4 y 5% durante 2020, contra el 2% del año previo. Los fondos fueron destinados al desarrollo de apps, a la implementación de estrategias web de marketing 4.0 para posicionar la empresa, a la mejora de procesos internos, a sumar inteligencia artificial, automatizar procesos y hasta la creación de un chatbot.

"La inversión en talentos está muy ligada a la imposibilidad de acceder al dólar. Apuntamos a ser más competitivos para cuando el mercado se reactive, porque entendemos que el billete verde está retrasado y que los salarios necesitan una recomposición", asegura.

Y añade: "Todo lo que podamos hacer para mejorar la operatividad de la compañía, lo estamos haciendo ahora porque sabemos que más adelante va a ser más difícil".

Marketing y algo más

Pablo Iacub, presidente de Calipso, coincide en que ante la falta de acceso al mercado de cambios, las empresas buscaron cubrirse con bonos atados al billete verde. Aunque confiesa que "la promesa de que el Gobierno te devuelva esa inversión actualizada al dólar, tampoco genera tanta confianza en la gente".

Lo que no se destinó al mantenimiento de oficinas (porque el personal estaba trabajando desde su casa) se volcó a innovación y desarrollo. Calipso canaliza un 14% a este rubro. "Estamos obligados por la Ley de Software, pero además siempre tuvimos una gran vocación de desarrollar I D y eso se nota en la tecnología incorporada a nuestro producto", remarca a iProUP Iacub.

No obstante, se queja de que las leyes laborales no alientan la contratación de gente para desarrollos de innovación, y las empresas terminan trabajando con equipos externos.

Entre los proyectos que están encarando, está la mudanza a nuevas oficinas en Canning, lo que se lleva gran parte del capital. Pero además apunta a expandirse a nuevos mercados en el exterior e interior del país, porque "la pandemia terminó con la ubicación", dice Iacub.

En este marco, llegará al segmento de Pymes en México, lo que requerirá una importante inversión en profesionales. "Uno de los grandes proyectos es la mexicanización de nuestro producto, que nos lleva muchas horas, pero se pagan en pesos", afirma.

La innovación en los genes

"Más allá de las restricciones cambiarias, el sector de empresas de tecnología suele invertir de manera casi permanente en I D, ya que es fundamental para el negocio", indica a iProUP Patricio Pagani, fundador de Black Puma y Socio Fundador de ASEA.

Para el ejecutivo, el mercado se está volcando con más fuerza a la investigación y desarrollo. Su empresa nació hace dos años, durante el cepo instaurado por Macri y acentuado por su sucesor, Alberto Fernández. "Siempre tuvimos un gasto importante en esa área, para nosotros es fundamental", aclara.

Así, el 30% de la inversión se destina a ese concepto y el 70% restante a un mix de instrumentos financieros. "Buena parte de lo que ganamos se reinvierte en capacitación y lo que queda en caja está protegido en una cartera con diferentes fondos de inversión. En caso de una devaluación, no tengo el problema que genera comprar dólares en el mercado informal", agrega Pagani.

Capacitar a las personas: la mejor inversión

El sector de la Economía del Conocimiento goza de buena salud. Las empresas, pequeñas y medianas, no entraron en recesión ni evidenciaron un derrumbe en ventas incluso en el momento más crítico del aislamiento social y preventivo obligatorio (ASPO) durante el segundo trimestre del año.

De hecho, en ese período, mientras las pequeñas y medianas empresas manufactureras mostraban una caída interanual del 10%, las del sector del conocimiento crecían un 14%, señalan desde la Fundación Observatorio Pyme. En ese sentido, si hubiera que identificar un problema que sufre la industria, queda claro que es la escasez de profesionales 4.0.

El valor de Mercado Libre es su capacidad intelectual vinculada al softare

Para Gustavo Solima, vicepresidente de la Cámara de la industria Argentina del Software (CESSI), la situación con el dólar es parte de la coyuntura económica argentina, pero invertir en talentos y en capacitación sobrepasa cualquier escenario.

"Hay que sumar talentos y desarrollos. Eso tiene mucho más valor que la capitalización en dólares. Conseguir a las personas que lleven adelante esos proyectos es la piedra basal", enfatiza en diálogo con iProUP.

En esa línea, para Solima, el talento no es comparable con ninguna apuesta financiera, en un contexto en el que hay más puestos que cubrir que gente para poder ocuparlos.

"Mercado Libre vale u$s100.000 millones en Wall Street y su marca es la capacidad intelectual desarrollada a través del software, del concepto de retail, de la plataforma de ecommerce, del concepto de fintech. Esa innovación se la dan las personas. Independientemente de que Galperin sea un genio, hay un equipo detrás", enfatiza.

La reciente reglamentación de la Ley del Conocimiento ofrece un incentivo adicional para seguir "stockeando" talento e innovación: para ingresar y permanecer en el régimen de promoción las compañías deben invertir en:

Además, describe las tres categorías del concepto de Investigación y Desarrollo:

De este modo, las empresas del conocimiento tienen una gran oportunidad para seguir creciendo en un 2021 que no presenta buenas perspectivas para el resto de las industrias. Los recursos stockeados durante este tiempo serán el salvavidas que les permita mantenerse a flote y seguir innovando para cuando todo vuelva a la normalidad.

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