La Inteligencia Artificial (IA), se destaca por sus múltiples usos, de los cuales todavía muchos son desconocidos. Sin embargo, una página web, AI Anonymizer, permite que los usuarios creen réplicas ficticias de su rostro que conserven un cierto parecido, utilizando para ello la IA y con el objetivo de que protejan su identidad en Internet.

AI Anonymizer funciona a través de una página web a la que los usuarios pueden subir sus fotografías o las de otras personas para obtener retratos de personas parecidas generadores a través de mecanismos de IA.

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Cómo la inteligencia artificial es capaz de crear rostros falsos #inteligenciaartificial #fakes #rostros ♬ Blade Runner - Hans Zimmer & Benjamin Wallfisch

Su uso

Las fotografías resultantes son retratos en primer plano y con fondo plano de personas ficticias con el mismo sexo que el usuario y que guardan un cierto parecido, con una edad y aspecto físico similares. Puede usarse de forma gratuita y cuenta también con suscripciones de pago para mejorar la resolución de las fotos.

Para su funcionamiento emplea varios procesos de aprendizaje automático que permiten al sistema generar imágenes realistas pero falsas, prácticamente imposibles de diferenciar a simple vista, y "sin limitaciones de uso", según sus creadores en la web.

Entre las principales aplicaciones de AI Anonymizer se encuentran el desarrollo de bases de datos para aprendizaje automático la investigación académica, pero también el desarrollo de personajes para videojuegos.

Asimismo, los creadores de la herramienta han destacado que puede utilizarse para proteger la identidad de personas, como por ejemplo periodistas en países de riesgo o simplemente personas preocupadas por el uso de sus imágenes en la Red, que quieren mantener el anonimato en los avatares de sus cuentas de servicios digitales y redes sociales.

IA al volante

Las estadísticas de la Dirección General de Tráfico (DGT) revelaron que creció el protagonismo de los conductores de más de 65 años en los siniestros víales. De hecho, son el segundo grupo de edad con más víctimas por accidentes.

La pérdida de reflejos se suma como la causa de las colisiones y salidas de vía protagonizadas por este grupo de edad, que, por otra parte, esta formado por conductores prudentes.

Lo cierto es que las autoridades de Tráfico también señalan la pérdida de práctica de estos conductores como una de las posibles causas de la alta siniestralidad, ya que con el paso de los años se detecta una tendencia a conducir con menor frecuencia.

Por otro lado, en algunos lugares de los Estados Unidos, como California y Arizona, ya no es extraño ver este tipo de vehículos autónomos circulando en período de pruebas, aunque con un ser humano en su interior por si se produce un fallo y tiene que intervenir.

Las pruebas brindan resultados muy positivos y las autoridades ya están concediendo las primeras autorizaciones para que los autos puedan extender sus pruebas en zonas poco pobladas ya sin presencia humana en su interior. Esta será ya la fase definitiva para constatar si están preparados para funcionar sin ningún tipo de control humano.

Los vehículos autónomos han demostrado su buen funcionamiento en entornos más o menos controlados, pero ahora tienen que aprobar su asignatura pendiente: aprender a conducir en las grandes ciudades, en lugares en los que el caos domina y las infracciones a las reglas de tráfico son constantes.

Adivinar si un conductor se saltará un ceda el paso, pasará de largo cuando el semáforo está en rojo o no se detendrá en un stop es algo que precisa de un gran entrenamiento. En estos momentos, el conductor humano tiene este entrenamiento. Sin embargo el autónomo, no.

Para que sea fiable en diversos entornos, la inteligencia artificial (IA) necesita horas de entrenamiento en lugares tan diversos como Nueva York, París, El Cairo, Dakar o Shanghai, lugares que son una selva para el conductor, pero una selva en cada caso con sus convenciones sociales diferentes.

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