El sector tecnológico es uno de los pocos que se mantuvo indemne en medio de la crisis del coronavirus. Con el bolsillo de los argentinos duramente golpeado, esta industria pudo salir a la búsqueda de nuevo talento, especialmente apalancada por la necesidad constante (y, ahora, urgente) de aplicar innovación a todas las industrias

Al día de la fecha, la industria argentina del software tiene una necesidad mínima de 7.000 nuevos profesionales y, el año pasado, 14.000 puestos quedaron vacantes, según la CESSI. La demanda es tal que los salarios ofrecidos superan en un 40% al promedio del mercado laboral, mientras que referentes del sector aseguran que estamos hablando de "el aceite del motor de la reactivación económica".

A lo largo de la última década el mundo vio el surgimiento de numerosas iniciativas que intentan achicar la brecha de oferta y demanda de recursos humanos IT. Universidades, bootcamps y otras ofertas educativas instauraron trayectorias relevantes y cortas para incrementar la cantidad de desarrolladores/as en el mercado laboral y así promover el desarrollo de la región. 

Los profesionales IT son de los más demandados en el mercado.

Sin embargo, la realidad refleja una paradoja cuando se analiza el mercado laboral IT. Mientras que existe una demanda de programadores muy alta, por otro lado, los desarrolladores trainee (cómo se denomina a los perfiles recién egresados) encuentran numerosos obstáculos a la hora de encontrar su primer empleo en la industria. 

Las empresas están buscando perfiles con algo de experiencia para evitar procesos de inducción costosos (en términos de mentoreo) y frustrantes (cuando terminan con la persona permaneciendo por un período corto en el puesto). 

En este contexto nació Alkemy, una empresa argentina que busca "trazar puentes" entre el recién egresado y su primer trabajo en la industria IT. "Nuestro objetivo es ‘agrandar la torta’ de contratación y facilitar el proceso para las empresas", cuenta a iProUP Jean Pierre Saint-Hubert,  CMO de Alkemy.

Fundada por Federico Repetto, Valentina Aragona, Luciano Szuldman, Yamil Rabbat, Saint-Hubert y Luciano Allegro, la compañía tiene su formato de trabajo bien claro: durante 10 semanas, la empresa le propone a desarrolladores trainee un formato de aprendizaje en la práctica para acelerar y fortalecer habilidades técnicas y blandas. 

A lo largo de estas semanas de práctica en equipo, los Alkymers (como le dicen a las personas que pasan por el programa) aceleran sus habilidades para que, una vez que ingresan a una empresa Alkemy partner, la capacitación in-house sea lo más corta posible. Cada ticket de práctica, cada ejercitación y desafío, está diseñado para acelerar una habilidad puntual que, del otro lado, la empresa requiere.

Cerrar la brecha

"Existe un real skill gap y esto genera un gran ‘dolor’ entre las empresas y las instituciones educativas", comenta Federico Repetto, cofundador y CEO de la firma. 

En estas 10 semanas, los Alkymers desarrollan código junto a otros, participan en espacios de mentoría, emplean metodologías ágiles, y participan de talleres para fortalecer su perfil profesional y desarrollar habilidades blandas centrales: trabajo en equipo, resolución de problemas, comunicación y capacidad de aprendizaje. 

Al unirse al programa, los Alkymers ingresan a una comunidad que los acompañará a lo largo de toda su carrera como desarrolladores. 

Como detallan sus creadores, ningún elemento es elegido al azar, la práctica busca imitar en todos sus aspectos al ámbito laboral real. Asimismo, Alkemy crea alianzas estratégicas con empresas de diversas industrias que sponsorean las trayectorias y buscan contratar a sus programadores una vez que finalizan el programa.  

En la primera edición se anotaron más de 1.000 personas, lo que demostró la necesidad real del mercado y lo innovador de su propuesta.

A nivel negocio, la compañía ofrece una especie de "escuelita marca blanca". Es decir que las empresas pagan un fee por tener su propio programa con Alkemy, con prácticas enfocadas en sus soluciones y tecnologías.

Por parte del estudiante, no debe pagar ningún tipo de arancel. "Las empresas ven nuestra solución como un vehículo real para generar capacitación efectiva. Gracias a nuestro enfoque podemos ofrecer laboratorios customizados, a medida de cada empresa y, para los chicos, no hay una relación comercial o contractual y se da todo en un ambiente de práctica", suma Repetto.

El objetivo es simple y claro: "Alkemy llegó para acelerar carreras que construyen futuro con el propósito de convertir a América Latina en el próximo hub de talento a nivel mundial", concluyen sus responsables.

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