La batalla por coronarse como el "rey del streaming" está más reñida que nunca. Con el crecimiento a nivel global de Disney , la expansión de Amazon Prime Video, DirecTV Go y hasta YouTube, entre muchas otras firmas, Netflix ve cómo su hegemonía en el sector se ve amenazada.

Sin embargo, apareció una nueva plataforma que, con un modelo de negocios totalmente diferente, puede darle problemas a la gran N.

Se trata de Tubi, una empresa que tiene una propuesta de streaming gratuito pero con publicidad.

Con un mercado que se consolida a paso acelerado, esta opción llama la atención porque se trata de una alternativa más en el mercado y que busca conquistar a un público al que las otras opciones no llegan por una cuestión de precios.

Streaming, un ganador de la pandemia

La apuesta de Claro tiene sentido a la luz de un dato que contrasta con los números dramáticos de mora en el pago de servicios públicos como la electricidad: pese a la caída de ingresos que impuso la cuarentena, prácticamente no se verificaron bajas en los servicios de streaming de video y de audio.

Esos rubros ya no sólo confirman su estatus de estrellas de la pandemia sino que, para el mercado argentino, empezaron a dejar atrás su aureola de productos de lujo para pasar a ser percibidos como servicios esenciales.

La situación llevó a los veteranos del mercado de las telecomunicaciones a recordar lo ocurrido con la TV cable y la banda ancha de internet, que tras el colapso económico de 2002 eran rubros que seguían creciendo.

Ahora, con aumentos del tráfico de internet que rondan entre el 30% y el 50% según los operadores y las zonas, los servicios de video como Netflix, Amazon Prime Video, Flow, Movistar Play, y los de audio, como Spotify o Deezer se convirtieron en aliados indiscutibles de los ciudadanos obligados a mantenerse en aislamiento social preventivo y obligatorio.

Incorporados en plataformas de televisión paga o en combos de servicios múltiples de parte de las operadoras de telecomunicaciones, pareciera que ningún suscriptor duda de continuar adherido a estos servicios: porque ya forman parte de un nuevo comportamiento de consumo que, en este escenario mundial, se consolida, y porque si se lo contrata de manera individual su costo no hace la diferencia en la economía de un hogar medio argentino. Resultan más baratos que un delivery de comida en pleno confinamiento.

Y en tiempos donde los proveedores de estos servicios tienen prohibido cortarlos a aquellos clientes que no paguen tres facturas de manera consecutiva o alternada, las apps ya incorporadas en las propuestas múltiples gozan de una certeza adicional: continuarán facturando.

 

Esto que sucede en la Argentina es un reflejo más de lo que viene sucediendo en el mundo. Hace algo más de una semana, Netflix dio a conocer los números del primer trimestre del año, como continuación de una tendencia ya consolidada a  nivel planetario: sumó 15,8 millones de usuarios entre enero y marzo de 2020, cuando la expectativa era de siete millones para este período. Esto representó un crecimiento de 23% de manera interanual, lo que se tradujo en 183 millones de clientes en el mundo.

A nivel local los datos del mercado hablan de unos cinco millones de abonados hacia el tercer trimestre de 2019. En usuarios, son más por el efecto de las cuentas compartidas, aunque ahí resulta más difícil especular sobre el número real final de personas que consumen esta plataforma. Todo indica que esos valores están superados, básicamente a partir de la integración en las plataformas de video

Desde que se inició la cuarentena, el consumo de Netflix es uno de los que más subió entre los distintos prestadores de servicios de telecomunicaciones. Hasta la primera extensión, el videostreaming había crecido más de 24% en las redes de Telecom:  Flow había experimentado un aumento de 30%, seguido por Netflix con un 28% y luego, con el 19% de Youtube, de acuerdo a datos de la empresa.

En la última semana, este comportamiento de consumo tuvo algunas modificaciones: Flow continuó con el crecimiento de 30%, mientras que Netflix cayó 11 puntos, luego de haber registrado un 18% y Youtube se mantuvo en un 16%, de acuerdo a datos de Telecom.

Desde Telefónica expresaron que el consumo del tráfico en las primeras semanas de la cuarentena se incrementó un 35%, nivel que se esperaba para un lapso de 12 a 18 meses pero que se dio, prácticamente, en 15 días. El entretenimiento fue una de las principales razones de esta subida.

Hábito consolidado

Entre los distintos prestadores hubo coincidencia en que los aumentos de tráfico respondían, principalmente, al consumo de video por el hecho de que la gente estaba más tiempo en su casa, especialmente en el inicio de la cuarentena, donde se registró avidez por el consumo de entretenimiento. Pero también fue atribuible a un cambio de comportamiento que excede a cualquier coyuntura económica particular.

"No, no caen las suscripciones a los servicios de videostreaming. Los canales de TV lineales, de pago, son los afectados porque su programación está hecha con mucha anticipación. De hecho, su rating ha decrecido en torno al 20%. Los canales de noticias abiertos tienen una subida de rating por el consumo de noticias por el coronavirus, pero lo que más viene subiendo es el streaming de plataformas, en torno al 40% o el 50%, y esto mata al broadcaster y a la televisión lineal", dijo a iProfesional Horacio Gennari, fundador de Business Burean Vision.

Netflix, Amazon Prime Video, Youtube, Pluto, Qubit, Cine.Ar, Cont.Ar, conforman el pelotón de plataformas que ya están en el imaginario de los argentinos y que forman parte del mundo del streaming de video que, si se paga, no se mira con demasiada atención su costo, y si se consume de manera gratuita se lo aprovecha, aun cuando para muchos usuarios les llame la atención esa posibilidad tan amigable.

"Contrariamente  a lo que pasa en otros servicios, el streaming pasó a la categoría de utility y antes de dar de baja Netflix o alguna otra aplicación similar los usuarios van a aplicar la tijera por otro lado", describió sin vueltas otra experimentada fuente del sector que prefirió el off.

Esta es la producción de películas y series originales de parte de los diversos proveedores de servicios de streaming en América latina.

La modalidad del consumo, atada sólo a las preferencias de los usuarios, es lo que termina de inclinar la balanza a favor de las distintas plataformas, cada vez más integradas, a su vez, en los servicios que ofrecen los tradicionales jugadores de televisión paga.

"La desuscripción de estas aplicaciones no tiene sentido. Ya en el estudio de consumos culturales se advirtió que el 60% de los usuarios que están abonados a una plataforma digital no sabe cuánto paga. El hecho de pagar por medios electrónicos o por débito automático hace que uno pierda el sentido de ese concepto. Netflix es más barato que una hamburguesa y, además, se puede compartir", detalló, por su parte, Ezequiel Rivero, becario del Conicet e integrante del grupo de investigadores de medios de la Universidad Nacional de Quilmes (Unqui).

El valor de las apps de streaming ha sido un factor fundamental para el crecimiento de estas plataformas en países de alta inestabilidad como la Argentina. Netflix informó el último aumento en el país en enero pasado, a implementarse entre febrero y marzo, según el corte de facturación de cada cliente. El servicio más económico cuesta $199, a lo que debe agregar el 21% de IVA y luego el 8% del impuesto digital. Son, al final del camino entre $259 y $260 por mes.

En los últimos días la compañía anunció que aumentará la tarifa en Colombia, Chile y México, en este último país por la aplicación del IVA a estos servicios.

Por el contrario, Amazon Prime Video, que promete erigirse como uno de sus competidores más fuertes, no lo hará en este último país, lo que muestra la estrategia de las distintas empresas por hacerse más valiosas para los consumidores en un contexto bien particular. La compañía de entretenimiento de Jeff Bezos está explorando las mejores maneras de llegar al público latino.

Esos mayores consumos de video no son exclusivos a las plataformas. También se ven vislumbrados en lo que circula en mensajes de Whatsapp, Telegram y otros sistemas que conectan a las personas de manera individual o grupal. Y aunque algunos de ellos puedan ser más caseros que otros o más "tiktokeros" que otros, lo cierto es que hay un consumo que también se ve impactado a través de estos espacios.

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