Blockbuster Video abrió su primer videoclub en Dallas en octubre de 1985, y en su momento de mayor auge llegó a tener 6.000. La competencia del "streaming" lo hirió hasta matarlo.

El pasado 

Casi todo el mundo ha ido alguna vez en su vida a un videoclub. Si lo quiere hacer ahora no podrá. Sentado cómodamente en su casa, aprieta el botón de un control remoto y elige que película ver en su televisor.

Cualquier millennial o de anteriores generaciones recordará pasar la tarde dando vueltas por los pasillos de un videoclub para elegir qué ver esa noche, y no importaba si después veía una película horrible, como nos dice 20 Minutos. El encanto era darse una vuelta por el videoclub.

Pero el surgimiento de esos inmensos catálogos de series y películas en televisión llevó a que los videoclubes comenzaran a decaer. Y así lo demuestra un video en el que se ve el crecimiento y el descenso de los Blockbuster Video que hubo en Estados Unidos entre 1986 y 2019.

Un gigante extinguido

Tal y como explica Fleet Logging, esta franquicia de videoclubes abrió su primer local en Dallas en octubre de 1985 y, aunque no era la primera marca existente, sí tenían la mayor selección de títulos. Para 1990 ya tenían más de 1.000 tiendas en todos el país y continuaron creciendo hasta 2005, cuando alcanzaron más de 5.700 locales.

Pero después, la compañía comenzó a cerrar algunos de sus establecimientos a causa de la gran competencia que suponía no solo Netflix en sus inicios, sino la marca de videoclubes Redbox que tenía máquinas expendedoras en lugar de tiendas.

A finales de 2010 se declararon en bancarrota y el proveedor de televisión Dish Network compró la marca con intención de mantener abiertas unos 1.500 locales para rivalizar con Netflix, pero esto no sucedió, informó Clarín. 

Actualmente, solo queda un Blockbuster Video abierto en el mundo y está en la ciudad de Bend, Oregon, que sigue recibiendo la visita de los clientes locales y de los turistas a los que les encanta disfrutar de la nostálgica experiencia de pasear por un videoclub. El local de alquileres de DVD y Blu-ray lanzó una campaña de marketing muy atractiva, que apela al vínculo social y cinéfilo a distancia, sin algoritmos o engaños virtuales como intermediarios.

El último local funciona como atracción turística

Luego de un cierre temporal ante la cuarentena total en ese estado, la gerente general, Sandi Harding, contó a Vice que reabrió el local y lo adaptó a tono con las medidas sanitarias. Por ejemplo, el piso tiene marcas para distanciar a los clientes, mientras que los trabajadores limpian cada caja del DVD o Blu-ray con toallitas Clorox y usan mascarillas.

Además del envío a domicilio, la empresa instaló un sistema de take away. El cliente pide por teléfono una película o serie, el trabajador coloca el disco en una bolsa Ziplock y lo entrega a través de una ventanilla directamente al cliente que se acerca en su auto, sin necesidad de contacto.

Como el distribuidor local de películas está cerrado por las restricciones, Harding cambió temporalmente el sistema de adquisición: "Normalmente empiezo con 30 copias en DVD y de 12 a 14 en Bluray. Pero ahora voy a Walmart, Target, Fred Meyer, a todos los minoristas que tenemos aquí en la ciudad, y solo obtengo cinco o 10 de cada uno. No les agrado mucho si entro y vacío sus estantes, así que trato de ser consciente de eso y me aseguro de dejarles también películas a sus clientes habituales".

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