Las consecuencias económicas que está dejando el combate contra el coronavirus no solo afecta de manera preocupante a miles de industrias y comercios que han frenado su producción y se ven impedidos de ofrecer sus servicios, sino que también está complicando la adopción de tecnologías más eficientes para desarrollar ciudades más innovadoras e "inteligentes".

Proyectos vinculados a facilitar el monitoreo de todo lo que ocurre en una gran urbe –desde patrones de tráfico y estacionamiento hasta la calidad del aire e integridadde la infraestructura -están quedando relegados por la necesidad de los gobiernos de centrar todos los esfuerzos económicos en terminar con la pandemia.

La Ciudad de Buenos Aires no escapa a este escenario. De hecho sus autoridades comenzaron a poner en el freezer algunas iniciativas orientadas a generar una mayor eficiencia y que redundan en un mejor servicio a los ciudadanos.

Plan "parquímetros inteligentes"

Entre las iniciativas que quedaron postergadas, al menos por este año, se destaca la instalación en varias zonas de la Ciudad de los llamados "parquímetros inteligentes", que permiten gestionar el pago y la búsqueda de estacionamientos desde el celular, eliminando los actuales tickets, cospeles y monedas.

Así, cuando se pueda volver a una cierta normalidad social y laboral, la tarea de encontrar un espacio para dejar el auto seguirá siendo tan problemática y tediosa como hasta antes de la llegada del coronavirus, cuando por la Capital se movían a diario seis millones de personas y circulaban 1,6 millones de vehículos particulares, 37.000 taxis y 10.000 colectivos.

Hace dos años, el gobierno porteño aprobó el llamado a licitación para otorgar, bajo el régimen jurídico de Concesión de Servicio Público, la prestación de los servicios relacionados con el Sistema de Estacionamiento Regulado que hoy controlan las empresas Dakota-STO y BRD-SEC, cuyos contratos están vencidos nada menos que desde el 2001.

En ese momento, se pensó el proceso para encarar un nuevo sistema de parking regulado y acarreo que, según los autores, "modernizará un servicio vital para la administración del espacio público y representará un salto de 30 años de tecnología, además de permitir ahorrar 20% del viaje que hoy se destina a la búsqueda de espacio para estacionar".

El objetivo también incluía la ampliación del sistema de parking medido a unas 10.000 (de las 24.400 cuadras) con que cuenta la Ciudad, reemplazando parquímetros por terminales multipropósito y fijando nuevas condiciones para el servicio de acarreo de coches en infracción.

El sistema estaba pensado para que funcione entre las 8 y las 20 los días hábiles y de 8 a 13 los sábados, además de eliminar las monedas y cospeles y reemplazarlos por medios electrónicos de pago, como celulares, tablets o computadoras. 

También iba a "jubilar" el ticket papel y cambiarlo por un comprobante electrónico. Es decir, se pagaría con tarjeta de crédito, débito y SUBE, y se entregaría una factura digital.

El proyecto prevé que se puede hallar lugar disponible, abonar la tarifa y renovarla

Además, se tenía previsto confeccionar un "Mapa de Oferta" para conocer la disponibilidad de espacios libres en la vía pública, agilizando el proceso. También se le iba a avisar al usuario el tiempo que le quedaba disponible con un mensaje en su celular y, de manera instantánea, ofrecerle la chance de ampliar el horario renovando el pago.

Teniendo en cuenta este proceso, la administración que dirige Horacio Rodríguez Larreta abrió también en 2018 una licitación para adjudicar la tecnología y las máquinas que iban a reemplazar a los parquímetros tradicionales por terminales inteligentes.

El proceso fue adjudicado a la empresa francesa Parkeon por un monto total deu$s16 millones y la obligación de instalar 2.200 equipos multipropósito en las calles porteñas antes de que finalizara el 2018 y así modernizar el sistema de estacionamiento medido de la Ciudad.

La empresa se comprometía también a desarrollar un sistema de administración centralizada y su mantenimiento operativo, crear un aplicativo para el Sistema de Pago Móvil (SPM) y otro para el Sistema de Pago por Internet (SPI), y dictar la capacitación individual o grupal para la implementación.

La crisis financiera y la devaluación durante ese año postergó el procedimiento para 2020, cuando el plan era iniciar el recambio de las tickeadoras actuales durante el primer semestre para llegar a los nuevos parquímetros inteligentes ya instalados para fin de año.

El efecto coronavirus

Ante el brote del coronavirus, todo el procedimiento quedó postergado nuevamente. La decisión quedó plasmada en la Resolución N° 276 del Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte porteño que dirige Juan José Méndez, en la que se justifica la suspensión de la llegada de los parquímetros inteligentes en la necesidad de volcar todos los esfuerzos en la lucha contra la pandemia.

El contrato con la empresa Parkeon (que en la actualidad opera bajo la denominación comercial de Flowbird), había sido firmado el 23 de diciembre pasado. Para optimizar el funcionamiento del nuevo sistema se había estimado conveniente reducir la cantidad de terminales multipropósito a 1.500 unidades.

Pero cuando la firma francesa se disponía a iniciar el procedimiento de instalación de estos equipos, la OMS declaró al coronavirus como una pandemia que tornó imprescindible la implementación de medidas de prevención y control tendientes a reducir el riesgo de propagación.

En ese marco, se tomaron varias decisiones a nivel nacional y también locales como la declaración en el ámbito de la Ciudad de la emergencia sanitaria. El gobierno porteño también sancionó un decreto que facultó a las autoridades a "disponer la revisión de la totalidad de los procesos, en trámite o en curso de ejecución, referentes a compras y contrataciones de bienes, de servicios, de suministros, de obra pública (...) celebrados con anterioridad a la entrada en vigencia".

Pero, de manera paralela, la empresa Flowbird había anticipado a las autoridades que, al no haber recibido el anticipo comprometido en la firma del contrato, no era posible continuar con la ejecución del proyecto. También informó que lo iba a reanudar cuando lo reciba y se proporcionara un calendario de trabajo actualizado, teniendo en cuenta el impacto del congelamiento.

Para no posponer el proyecto más de lo necesario, la dirección de Flowbird había autorizado que el equipo central continúe la labor de especificación durante este período de pandemia. Sin embargo, a fines de marzo manifestó que sus operaciones globales habían sido afectadas por el coronavirus.

El uso de app permitirá mejorar el tránsito y reducir el tiempo de búsqueda de lugares para estacionar

"Las medidas de protección que hemos establecido están teniendo impacto inmediato en nuestras actividades y por eso nos vemos obligados a detener inmediatamente toda actividad", aseguró la empresa francesa mediante una carta enviada al Ejecutivo porteño.

Así, el Gobierno porteño terminó de definir la suspensión del proyecto por 90 días. Es decir, hasta fines de agosto, si bien todo indica que el congelamiento se extenderá más allá de esa fecha.

No se descarta tampoco la cancelación definitiva del proceso, teniendo en cuenta el fuerte impacto negativo que el combate contra el virus dejará tanto en las arcas oficiales como en la ecuación económica y financiera de la compañía francesa.

Sin embargo, fuentes oficiales estiman que podría retomarse el año próximo ya que se trata de un proceso considerado fundamental para contribuir al ordenamiento del aparqueo en la Ciudad y a su vez renovar la tecnología con la incorporación de terminales multipropósito, brindando un servicio moderno, transparente y de calidad.

No sólo traerá beneficios para los automovilistas, sino también para las arcas del gobierno porteño, si se tiene en cuenta que, en tiempos normales, las actas por estacionamiento indebido ocupan el segundo lugar en el ranking de las infracciones más comunes en la Ciudad de Buenos Aires.

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