Las máquinas pensantes, dice el físico gallego, serán clave en esta pandemia, pero sobre todo ayudarán en futuras. Visualiza una era poscovid con más trabajo automatizado y solo espera que sea en beneficio de todos, no de unos pocos.

Dirige en Galicia el centro tecnológico Citius y pelea por que su centenar de investigadores puedan trasladar sus descubrimientos a la sociedad. Porque, más allá de la mente científica de este catedrático en Inteligencia Artificial y exrector de la Universidad de Santiago, se asoma alguien preocupado por los demás y por el mundo en que vivimos.

Barro llama a los "señores poderosos" a darse cuenta de que, para salir de esta, hay que actuar en conjunto. Porque "ya no hay males locales, los males se globalizan".

Sobre si la la inteligencia artificial conseguirá que superemos antes la pandemia, el experto asegura que "bien utilizada, sí. Por primera vez se está usando como una tecnología madura y de modo intensivo en una circunstancia de este tipo. Pero creo que va a ser más útil para una nueva pandemia que para la actual, porque en general mucho de lo que puede aportar se basa precisamente en técnicas de análisis de datos, de aprendizaje automático. Para eso se necesitan capturar muchos datos de modo fiable y representativos del problema que queremos resolver. En este momento se está empezando a protocolizar cómo recoger los datos, se está empezando a tener datos fiables. La inteligencia artificial está demostrando ya que tiene un potencial brutal para ayudarnos en estas circunstancias inesperadas y calamitosas".

Pero, ¿cómo nos ayudan las máquinas a controlarla?: "hay varias claves para controlar la pandemia. Una son los test fiables y masivos, en lo que estamos empezando, pero lejos de hacerlo de modo masivo. Otra es la reducción de la propagación de contagios, el seguimiento de contactos. Ahí la tecnología es indispensable. A mano se hace intentando construir el mapa de contactos, pero eso es imposible en una pandemia como esta, perdemos mucho tiempo que son vidas. También el distanciamiento físico y la minimización del contacto y, de nuevo, aquí la tecnología existe. Dentro de edificios ahora tendremos que controlar los flujos de personas y, si hay un positivo, saber dónde ha estado. ¿Hay tecnología para eso? Sí. Tenemos una tecnología fantástica que no teníamos hace 5 o 10 años, pero que hay que utilizar bien".

En el caso de privacidad y big data, Barro comenta que "Dejar en la ética el comportamiento de las grandes corporaciones es un brindis al sol, porque la cumplen o no. Si no quiero que mi información no se grabe o no se pueda usar de modo no anónimo, quiero que quien no cumple eso esté incumpliendo una ley", a lo que agrega que hay que reforzar esas leyes de "bigdata", "pero lo que no debemos es hiperregular porque puede suponer atarte las manos, por ejemplo en este caso. Hacer un seguimiento de los contactos de las personas para poder actuar de forma rápida con un contagiado menos tiene enormes beneficios. No hay que negar el uso de la tecnología para eso, lo que hay que hacer es usarla adecuadamente".

Cierto es que lleva mucho tiempo analizando la automatización del trabajo, pero ¿qué ocurrirá en la era poscovid?. "Lo que estamos viviendo va a acelerar lo que se iba a producir a lo largo de una década y, en muchos casos, lo va a comprimir en meses, un año o muy pocos años. La circunstancia que vivimos, extremadamente extraordinarias y graves, son un acelerador de la penetración de la tecnología en nuestras vidas, tanto en lo profesional como en lo personal. La automatización inteligente va a ir sustituyendo muchas de las tareas que desarrollamos en el día a día. ¿Y eso es bueno? Si estamos preparados, sí. Si tenemos la capacidad para ir cediendo ciertas tareas e ir asumiendo otras, que incluso van a ser más gratificantes, con mayor creatividad, menos pesadas y rutinarias, está bien. Si las empresas en lugar de preocuparse en sustituir a personas, se preocupan por innovar alrededor de la tecnología, está bien. Está bien si lo hacemos bien y con anticipación. Pero si todo viene en avalancha, tendremos un desempleo tecnológico enorme sin posibilidad de reciclado de muchísimas personas".

Sobre os posibles escenarios, Barro se plantea que "el mejor escenario es aquel donde vemos el valor de la tecnología y la introducimos para acelerar procesos que todos entendemos que son positivos. La tecnología, y se puede demostrar en esta pandemia, nos puede ayudar enormemente a nivel mundial si compartimos datos. Yo ese futuro lo compro. ¿Cuál es el que no compro? En el que simplemente se evidencie que la tecnología estaba siendo infrautilizada y que se aplique solo para automatizar, lo que crearía más desempleo tecnológico. No nos engañemos, va a haber un mundo cada vez más tecnológico, pero lo podemos usar bien, en beneficio colectivo, o mal, en beneficio de unos pocos. Porque la tecnología puede ser un amplificador de diferencias. Puede concentrar la riqueza en muy pocas manos, lo vemos con los oligopolios tecnológicos. Lo que me preocuparía es que esta situación no haga más que acelerar lo potencialmente dañino desde un punto de vista colectivo. Y lo que me agradaría es que lo que haga es poner en evidencia a los gobiernos, universidades, ongs y empresas que necesitamos un mundo algo distinto".

El experto concluye que "en los países capitalistas necesitamos otro tipo de capitalismo. Más humano, menos intensivo en dinero y más intensivo en el bien común. Eso ya lo sabíamos, lo que pasa es que esto, a quienes quieran entenderlo, lo pone todavía más en evidencia. Vivimos en un mundo global para lo bueno y para lo malo, y ya no hay males locales, los males se globalizan. Señores y señoras poderosos, por su propio bien, el de sus familias, el de sus empresas, el de su entorno y el de sus gobiernos, actuemos con otros parámetros si nos queremos salvar colectivamente para salvarnos individualmente", indicó El Diario España.

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