En el marco de la pandemia mundial, los grandes empresarios del mundo tecnológico atraviesan distinto momentos. Y en esta tormenta mediática que rodea al coronavirus, los referentes de las compañías salieron a defender sus posturas.

Elon Musk y Mark Zuckerberg, dos de los hombres más poderosos, innovadores e influyentes del mundo tienen opiniones en extremos completamente opuestos.

En primer lugar, Musk tiene un largo historial de tuiteó desmedido. En las últimas semanas este rasgo se potenció y aprovechó la red social para expresar escepticismo sobre la amenaza del virus. Inclusive condenó las medidas excesivas para combatirlo, al punto de llamarlo "fascismo" y "encarcelamiento forzoso".

Pero fue durante una llamada con los analistas, después de la publicación de resultados que arrojaron una ganancia sorprendente durante el primer trimestre, cuando su ira se desbordó.

En su declaración de apertura, Musk no mencionó el virus. Pero en respuesta a las preguntas, criticó la orden de California de que los residentes se queden en casa: "Decir que no pueden salir de su casa, y que serán arrestados si lo hacen, es fascista. Esto no es democrático. Esto no es libertad. Tienen que devolver a la gente su maldita libertad".

Su lenguaje se volvió aún más intenso en un punto.

Dijo que una extensión del confinamiento era "encarcelar por la fuerza a las personas en sus casas contra todos sus derechos constitucionales".

Añadió: "No respetar las libertades de las personas de esta forma horrible y equivocada no es para lo que la gente vino a Estados Unidos o construyó este país".

Luego usó un fuerte improperio -uno que nunca escuché en una conferencia pública- antes de continuar: "Disculpen. Pero una indignación es una indignación".

Del otro lado, Zuckerberg habló durante los últimos días de los resultados de su compañía, que vio una caída en las ganancias pero logró complacer a los inversores a pesar de la advertencia de que el negocio "enfrentaba un período de incertidumbre sin precedentes".

El lenguaje de Zuckerberg en su conferencia telefónica con analistas no fue tan colorido como el de Musk. Sin embargo, fue bastante franco al presentar una opinión opuesta a la del magnate de Tesla.

La prisa por volver a la normalidad es una muy mala idea tanto para la salud pública como para la economía, afirmó.

"Si bien existen restricciones sociales masivas por las cuarentenas, me preocupa que reabrir ciertos lugares demasiado rápido antes de que las tasas de contagio se hayan reducido a niveles muy mínimos casi garantizará brotes futuros y empeorará los resultados económicos y de salud a largo plazo".

Se podría decir que es más fácil para Zuckerberg adoptar esta postura.

Sus empleados pueden hacer un muy buen trabajo manteniendo Facebook funcionando desde casa, mientras que el personal de Tesla no construirá ningún auto en los patios de sus casas.

A la empresa de redes sociales le puede preocupar una caída en la publicidad, pero está mucho mejor parada que las viejas empresas de medios para resistir la recesión.

El precio de sus acciones, que solo registró una modesta baja desde febrero, así lo refleja.

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