El aislamiento social seguirá hasta el 10 de marzo y las clases -según declaraciones del presidente Alberto Fernández- no están próximas a comenzar. Se descuenta que los ciclos lectivos universitarios seguirán como hasta ahora (a distancia y evitando la modalidad presencial) al menos hasta junio.

En este marco, todas las universidades mezclan plataformas tecnológicas propias de la enseñanza -como Moodle, GoSchool o Blackboard, por citar solo tres- con software ad-hoc que van desde Zoom y Google Docs o Microsoft Office 365 hasta WhatsApp, Telegram y el irremplazable correo electrónico.

"Desde lo pedagógico el desafío es muy importante. Hay que enfrentar el desafío que implica no tener a la persona cerca y acompañarla en el proceso educativo", señala Ezequiel Prieto, CEO y cofundador de GoSchool, firma que ofrece gratis su servicio de aula virtual para las instituciones educativas de la Argentina. 

"Hay muchos casos en los Estados Unidos donde las universidades son 100% online. En Argentina, ya hay muchos docentes que están preparados y que vienen dando clases virtuales desde hace muchos años. Tiene que ver más con un cambio cultural de la institución que un desafío técnico", desarrolla.

Las universidades acomodan sus aulas online

La Universidad de Belgrano es una de las decanas de los cursos a distancia: desde hace más de 15 años incorporó la modalidad digital. Se trata de diversas carreras cortas como la tecnicatura en logística, una en comercialización, otra de recursos humanos, una de comercio exterior y un ciclo de licenciatura en hotelería. 

Marcela Porto, su directora ejecutiva, recuerda que se reunieron el domingo anterior a la suspensión de las clases para decidir los pasos a seguir. "Nos hemos guiado por indicaciones de las autoridades de salud y educación, a diferencia de otras organizaciones. Teníamos el know-how, al contar con 18 cursos virtuales, y decidimos que no podíamos dejar sin clases a los alumnos", cuenta. 

Para lograrlo, la UB dividió el trabajo de virtualización en etapas: comenzó con el primer año de las carreras y creó aulas virtuales para todas las materias, de modo tal que el alumnado pueda comenzar a cursar el 13 de abril. "Tenemos como plan de trabajo ir anexando los otros años, de segundo a quinto", reconoce esta abogada  con máster de la Boston University.

Desde el Instituto Tecnológico Buenos Aires (ITBA) informan que las clases se dictan bajo la modalidad presencial. Sin embargo, cada carrera tiene la posibilidad de dictar hasta un 30% de sus materias en forma remota y se está evaluando la posibilidad de incrementar ese porcentaje. 

"En este momento, por la pandemia, se están dictando todos los cursos preparatorios y de grado de manera online. La migración se logró muy rápidamente y de modo exitoso, y la experiencia está arrojando resultados muy positivos", amplía Florencia Moore, Directora del Departamento de Innovación Educativa del establecimiento.

Al respecto, añade: "Sin dudas, servirá para relevar buenas prácticas, dificultades y aspectos a mejorar por sí, a futuro, se desea avanzar con la creación de propuestas formativas a distancia".

En la facultad de Ingeniería de la Universidad de El Salvador, la adopción de la virtualización fue muy veloz y se dio de la mejor manera. Lo mismo sucedió en Económicas, si bien reconocen que el proceso en las carreras relacionadas con las humanidades y la medicina no fue tan sencillo. 

"Se empezó a conversar el 10 de marzo. Desde el año pasado tenemos un equipo a distancia para enseñarle a los profesores cómo producir material y llevar adelante clases virtuales, porque más allá del Covid-19, notábamos una alta demanda de virtualización por parte de los alumnos, así que el proceso fue más rápido", cuenta Marcelo Zanitti, decano de Ingeniería de El Salvador.

 "Las mayores dificultades las tuvimos en materias como química, en la que necesitan el laboratorio para realizar experimentos. Iremos resolviendo estos temas cuando vuelvan la posibilidad de hacer clases presenciales", agrega. 

Una preocupación de este directivo tiene que ver con la cuestión normativa, que exige un régimen de 75% de asistencia y exámenes presenciales, algo que si el aislamiento se extiende deberá cambiar. Por su parte, la Universidad Siglo 21 avanzó en la virtualización a causa del aislamiento social obligatorio. Néstor Vázquez, vicerrector de Posgrado de la institución, aclara que si bien la tecnología otorga múltiples posibilidades, hay que comprender que "la virtualidad no debe confundirse con replicar una clase presencial en un medio digital, porque esas experiencias han fracasado". 

Puntualmente, todas las carreras de esta universidad están en modalidad virtual, con excepción de las de Salud, que por una cuestión ministerial ninguna universidad las puede dictar online.

En el caso de la Universidad de San Andrés, a raíz del COVID-19, tomó la decisión de pasar todas sus carreras de grado y posgrado a la modalidad virtual desde el 16 de marzo pasado. 

Por su parte, desde el 16 de marzo la Universidad Católica Argentina (UCA) pasó a modalidad virtual y utiliza su plataforma EVA (Entornos Virtuales de Aprendizaje) en todas las unidades académicas de las cuatro sedes, Buenos Aires, Mendoza, Paraná y Rosario. En el caso de la Universidad Argentina del Comercio yEmpresa (UADE), todas las carreras se están dictando de forma virtual.

¿Y los posgrados?

Las especializaciones, maestrías y doctorados son del ITBA son presenciales, aunque, en algunos casos, también cuentan con un cierto porcentaje virtual (de hasta un 30%). Al igual que con los cursos de ingreso y carreras de grado, a partir del lunes 13 de abril, empezó a dictar todas las carreras de posgrado de manera virtual. "Será un gran desafío para los docentes, pero desde la institución se han desarrollado diversos materiales, instructivos y capacitaciones para acompañarlos en este proceso de digitalización de las propuestas académicas", señala Moore.

En el caso de los Programas Ejecutivos In Company, desde ya hace un tiempo que se vienen dictando algunos de los programas en la modalidad virtual. Antes de la situación actual, algunos de ellos que se dictaban en formato blended, es decir, 50% presencial y 50% online, y ahora el ITBA direccionó su propuesta a esta última modalidad. 

El caso de la Universidad de Belgrano es diferente, dado que sus posgrados comienzan recién el 20 de abril pero, apunta Porto, "las circunstancias serán las mismas" y por esto prevé incorporarlos gradualmente a la plataforma virtual, siempre manteniendo el foco en que la prioridad la tienen las carreras de grado. Algo similar sucede en la Universidad de El Salvador.

La Universidad Siglo 21 ofrece 12 programas de posgrados que incluyen certificaciones, especializaciones y maestrías, siendo muchos de ellos 100% virtual, brindando flexibilidad, apoyo personalizado y aprendizaje colaborativo. En la Universidad de San Andrés los posgrados se virtualizaron y lo mismo ocurre en la UADE, que desde hace cuatro años se dictan 100% a distancia.

Clases virtuales: el detrás de escena

¿Se puede virtualizar 100% la enseñanza? Más allá de las prácticas personalizadas, que son irremplazables en muchas carreras (como medicina, por citar el ejemplo más evidente), desde lo técnico la posibilidad de brindar clases virtuales completamente existe, aunque desde ya que cambia la dinámica de la enseñanza. 

Desde lo estrictamente normativo, explica Moore, hay que tener aprobado previamente el SIED (Sistema Institucional de Educación a Distancia), que es lo que habilita a las instituciones a dictar carreras oficiales (tanto de grado como de posgrado) completamente a distancia o con un porcentaje mayor al 30%. 

Esto, tal vez, es más complicado de implementar en las carreras pertenecientes al artículo 43 de la Ley de Educación Superior -consideradas de interés público por parte del Estado Nacional- porque ponen en riesgo la vida y salud de todos los habitantes y eso implica una gran responsabilidad a la hora de formar profesionales (por ejemplo: medicina, ingeniería, etcétera).

"Es necesario aclarar que la virtualidad y la presencialidad tienen lógicas, dinámicas y modos de estructurar las propuestas de enseñanza muy diferentes. Cada una con fortalezas y debilidades a la hora de pensar las ofertas académicas, independientemente del nivel", se explaya la vocera del ITBA. 

Para Vázquez, de la Siglo 21, la forma de educar debe cambiar acorde a las modificaciones que ocurrieron alrededor de las distintas formas de aprender. "La modalidad virtual resulta superadora debido a que permite gran flexibilidad y autorregulación de los tiempos de estudio. La existencia de diferentes recursos tecnológicos dentro de la plataforma virtual (lecturas interactivas, foros, conferencias en línea, mensajería, entre otros) permite la utilización de diferentes estrategias pedagógicas". 

"En nuestra experiencia, la mediación tecnológica permite un modelo educativo personalizado en donde el avance, las competencias particulares y el desarrollo de cada alumno en el proceso de aprendizaje le permita a los docentes y a la institución conocer con trazabilidad en el tiempo, oportunidades, dificultades y potencialidades de cada uno de los alumnos", concluyen desde USAL. 

El corolario de este proceso forzado de virtualización, en cualquier caso, será "ir a un esquema más blended, con más clases virtuales y menos clases presenciales.

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