Suena como un tratamiento salido de la ciencia ficción: una máquina que extrae la sangre y la oxigena antes de devolverla al cuerpo cuando fallan los pulmones o el corazón. La oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO, por sus siglas en inglés) es una herramienta de la medicina moderna que cada vez se está empleando más por causa de la pandemia de covid-19.

"Es una opción de último recurso", explicó Jordi Riera, médico adjunto de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario Vall d´Hebron de Barcelona. "Pero sin duda esta terapia se va a aplicar con más frecuencia en pacientes con neumonía con covid-19 que en otras situaciones", agregó el doctor en una nota del sitio BBC. 

A la fecha 10 pacientes con covid-19 ya se habían beneficiado de la respiración extracorpórea en el centro de salud. Al momento de publicación de este artículo el registro de la Organización para el Soporte Vital Extracorpóreo (ELSO, por sus siglas en inglés) ya contabilizaba 160 casos de ECMO en pacientes con covid-19 a nivel mundial.

"El covid-19 puede causar dificultad respiratoria en algunos pacientes y la ECMO ha demostrado ser una opción efectiva para apoyar a ciertos pacientes con dificultad respiratoria grave", reconoce en la página web de ELSO su presidente, el doctor Mark Ogino. Y la organización, que cuenta con al menos 55 afiliados en América Latina, está haciendo todo lo posible por agilizar el intercambio de información entre sus miembros para hacer frente a la pandemia del coronavirus.

Aunque como explica el presidente de su capítulo latinoamericano, el doctor Leonardo Salazar, en la región la respiración extracorpórea parece llamada a jugar un rol bastante limitado. "La disponibilidad de atención de pacientes en ECMO depende no solamente de cuántas máquinas hay, sino también de cuántas personas estén entrenadas para atender pacientes con esta tecnología. Y en América Latina ciertamente hay un problema de acceso", declaró.

La ECMO utiliza una máquina equipada con una bomba centrífuga, que se encarga de mover la sangre, y un oxigenador que utiliza una membrana de polimetilpenteno "para separar la sangre del gas, en este caso del oxígeno", explicó Riera. "Y lo que hace es incorporar oxígeno y lavar CO2, retirar dióxido de carbono", resumió el especialista del hospital Vall d´Hebron.

Una máquina ECMO puede prestar tanto asistencia respiratoria como cardiorespiratoria. Para ello el aparato se conecta al individuo a través de dos cánulas: una que se utiliza para extraer la sangre y otra para introducirla de nuevo en el sistema circulatorio después de su paso por el oxigenador.

Y dependiendo de dónde esté conectada esta segunda cánula se puede proporcionar ya sea asistencia respiratoria -si está conectada a una vena- o incluso asistencia cardiorespiratoria, si se la inserta en una arteria. El procedimiento, que empezó utilizándose sobre todo en niños y neonatos, es de hecho un favorito de los cirujanos del corazón. Aunque el facultativo también aclaró que no es un tratamiento que se deba emplear a la desesperada. "Es una asistencia compleja, invasiva y asociada a complicaciones que pueden ser importantes", aseguró.

Salazar destaca que en América Latina la disponibilidad es mucho menor todavía que en Europa. "Hicimos un censo de la disponibilidad de atención de pacientes en ECMO considerando no sólo las máquinas sino la existencia de personal debidamente capacitado", explica el presidente de ELSO-LATAM.

"Y un valor aproximado -porque no fue posible obtener respuesta de todos los centros- es que en América Latina, en estos momentos, pueden ser tratados de forma segura de 160 a 170 pacientes de ECMO", dijo. Para contrastar, el también director del programa ECMO de la Fundación Cardiovascular de Colombia destaca que "Francia, que tiene aproximadamente una décima parte de la población de América Latina, tiene más del doble de capacidad de ECMO".

Te puede interesar