Uno de los grandes efectos colaterales de la fuerte expansión del coronavirus en Estados Unidos fue el parate total de la industria audiovisual. El confinamiento obligatorio en el estado de California no hizo más que reforzar este panorama, llevando a cientos de producciones a verse interrumpidas por tiempo indeterminado.

Los primeros en cancelarse fueron los populares talk shows. Stephen Colbert y Jimmy Kimmel anunciaron que harían sus programas sin público. Uno se graba en Nueva York y el otro en el mismísimo Hollywood Boulevard. El late show de James Corden directamente fue suspendido.

Poco después, la serie Riverdale anunciaba que suspendía el rodaje de su cuarta temporada porque un miembro del equipo había dado positivo por Covid-19. Los episodios grabados se emitirán, pero faltan al menos los dos últimos, según medios especializados.

Lo que vino después fue un efecto cascada: entre las series de las cadenas generalistas norteamericanas, CBS ha parado la producción de The Amazing Race, la franquicia NCIS, Survivor o Young Sheldon, por citar títulos conocidos. NBC ha parado Chicago Fire, Law & Order, Saturday Night Live, Superstore o New Amsterdam. ABC ha dejado de rodar Anatomía de Grey y The Bachelor.

Entre las cadenas de cable, Atlanta, Euphoria, Fargo y Fear the Walking Dead ya no se ruedan. En los servicios de streaming, Netflix ha tenido que parar el rodaje de Stranger Things, Russian Doll y Grace and Frankie. 

Este parate lo puede costar caro al gigante de la televisión online, ya que tenía previsto gastar en contenido propio hasta 17.000 millones de dólares en este año, según estimaciones de la industria.

El pasado 14 de febrero, Netflix había publicado el tráiler de la cuarta temporada de Stranger Things, uno de los acontecimientos televisivos del año, en el que veíamos que Hopper sigue vivo. La serie no se ha terminado de rodar y la fecha de estreno está en el aire. 

El productor ejecutivo, Shawn Levy, reveló a Variety el momento en el que tuvo que juntar a un centenar de miembros del equipo para comunicarles el cese del rodaje. 

"No había nadie enfermo ni con síntomas, pero era lo que había que hacer", dice Levy. El productor describe la escena como "intensa". "En todos mis años dirigiendo y produciendo, me cuesta mucho encontrar algo con lo que comparar esta situación verdaderamente global".

Apple TV , por su parte, ha parado The Morning Show. Disney , los rodajes de Loki y WandaVision. Amazon tiene en el aire Carnival Row. Básicamente, cualquier serie en la que pueda pensar está en peligro de no emitirse entera o no emitirse este año. En algunos casos, incluso aunque se pueda recuperar el rodaje, no merecerá ya la pena económicamente.

Por su parte, en el comunicado en el que Warner Bros anunciaba el cese de producción, dejaba caer la cifra de que tenía más de 70 series o pilotos en pleno rodaje o a punto de empezar. 

Para NBC Universal son 35 shows, entre series y realities. El sindicato de técnicos de Hollywood, IATSE, reveló que hasta el momento han perdido su trabajo 120.000 personas. 

La administración del sindicato ha aprobado donaciones por 2,5 millones de dólares para tres organizaciones sin ánimo de lucro que ayudan a profesionales del espectáculo en paro.

Los primeros afectados son los trabajadores más bajos de la cadena. Representantes, abogados, guionistas o productores quizá pueden trabajar desde casa, pero no un ayudante de cámara o un electricista. 

Son trabajadores freelance que cobran por horas y normalmente no tienen seguro médico pagado por la productora, según la descripción de The Hollywood Reporter. 

Esto sucede en una época en la que todo Hollywood tiene trabajo debido a la insaciable competencia de material nuevo entre los servicios de cable y de streaming, que ha dado lugar a una época dorada para dedicarse a la televisión. "Este es el primer marzo en cuatro años que no tengo trabajo todo el tiempo", decía una asistente de dirección en esa revista especializada.

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