La nube llegó hace algo más de una década para revolucionar la forma de hacer negocios, comunicarnos, aprender y pensar el mundo. Como toda innovación, trajo cambio, evolución, mejoras. Y también generó grandes desafíos, sobre todo en el plano de la cultura organizacional. La nube invita a anticiparnos al cambio, controlarlo, adaptarnos con rapidez. Disfrutar del cambio y cambiar con él.

Allá por el año 2006, los servicios de la nube fueron una revelación para los desarrolladores de software: la increíble capacidad de almacenamiento que ofrecía se convirtió en una opción mucho más rentable y de utilidad para ellos. Sin embargo, con los avances en esta tecnología también se incrementaron los riesgos, por lo cual hoy la nube de primera generación ya no es lo suficientemente segura.

Entonces, ¿Cómo se llega a una nube de segunda generación? A través de la automatización y niveles Star Wars de seguridad - en palabras del propio Larry Ellison, fundador de Oracle. Con sistemas que se autogestionan, actualizan y reparan por sí solos gracias a la inteligencia artificial. 

Con esta evolución las empresas ganan niveles mucho más altos de confiabilidad y control operativo para cualquier clase de base de datos, entendiendo que la nube de primera generación que depende de hardware y software anticuado no cuenta con la capacidad para proteger y ejecutar los datos de la manera segura y confiable que exige el mundo hoy. 

¿Cuáles son las ventajas que ofrece la nube de segunda generación?

Esencialmente, contar con una nube más autónoma significa menos trabajo manual, menos errores y mayor seguridad. Con la nube de primera generación, los equipos de IT aún tienen que hacer todo el trabajo operativo de configuración, monitoreo y mantenimiento de los sistemas. Para cualquier empresa que ejecute miles de cargas de trabajo, ese modelo no es rentable (y mucho menos para los pequeños y medianos). Asimismo, mayor automatización significa menos posibilidades de errores humanos que crean vulnerabilidades de seguridad. La nube de primera generación es compleja y el error humano es inevitable.

La verdadera transformación nunca termina

En la actualidad un negocio no puede darse el lujo de desperdiciar recursos, duplicar o sub-optimizar sus esfuerzos. La disponibilidad constante de nuevas tecnologías y nuevas funcionalidades permite a las organizaciones aprovecharlas para ganar potencia, un mayor entendimiento del cliente y la capacidad de tomar las mejores decisiones. La parte más difícil de la transformación pasa por tener que repensar cómo operar un negocio en entornos modernos y globales, porque, como sabemos, lo único constante es el cambio.

*Responsable del Customer Innovation Lab de Oracle Argentina

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