La autoridad francesa de la competencia (ADLC) ha impuesto a Apple una multa récord de 1.100 millones de euros por comportamiento anticompetitivo en su red de distribución y ventas física, indicó este lunes el diario español El País. 

En concreto, acusan a la compañía de haber firmado acuerdos ilegales dentro de su cadena de distribución y de haberse aprovechado de forma incorrecta de la dependencia económica de sus revendedores independientes premium, para beneficiar a sus propias tiendas y a ciertos mayoristas en detrimento de otros revendedores autorizados.

El organismo francés condena las prácticas del fabricante del iPhone hacia sus distribuidores minoristas y asegura que la multinacional estadounidense actuó para evitar que los minoristas independientes en Francia compitan por el precio y abusó de su poder económico sobre ellos.

Dos de los mayoristas de Apple, Tech Data e Ingram Micro, también han sido multados. El primero, con 62,9 millones, y el segundo, con 76,1 millones por prácticas de cartel.

La ADLC ha determinado tres áreas en las que Apple cometió prácticas contra la competencia. 

Según Silva, la compañía tecnológica acordó no competir con sus mayoristas; después, los minoristas independientes "no podrían sin riesgo emprender promociones o precios más bajos, lo que llevó a una alineación de los precios minoristas". Y, por última, Apple "explotó abusivamente la dependencia económica de estos revendedores Premium y les impuso condiciones económicas injustas que eran peores que las de su red integrada de minoristas".

La investigación antimonopolio francesa comenzó después de que eBizcuss, un revendedor premium de Apple, presentara una queja en 2012, aunque todo apunta a que las prácticas condenadas se iniciaron en 2009. 

La multa impuesta a la compañía de Cupertino es la mayor sanción individual jamás impuesta en Francia, según informa el medio francés Les Echos. El récord hasta ahora lo tenía Orange, que fue condenada a pagar 350 millones de euros en 2015.

eBizcuss, que un socio histórico de Apple, se declaró en quiebra en 2012. Había llegado a tener 15 tiendas en Francia y una plantilla de 130 trabajadores. Esta compañía acusó a la empresa de la manzana de favorecer a las Apple Store al no entregar sus productos a distribuidores autorizados. El director general de eBizcuss, François Prudent, acusó ese año al gigante estadounidense de "abuso de posición dominante", "abuso de dependencia económica" y "competencia desleal". 

En 2013, la autoridad de la competencia francesa realizó por sorpresa búsquedas en las instalaciones de Apple en Francia y en las de varios revendedores.

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