En septiembre, Ren Zhengfei, fundador y CEO de Huawei, aseguró a The Economist que su firma estaba dispuesta a licenciar sus patentes 5G, licencias, códigos y procesos de fabricación a cualquier empresa estadounidense que la quisiera, con la idea de crear un rival en aquel país.

Que Estados Unidos tuviera un competidor a la altura allanaría el camino, al menos en teoría, para que la empresa china pudiera competir sin restricciones. "Una distribución equilibrada de intereses conduce a la supervivencia de Huawei", fue lo que señaló.

Según Ren, "Estados Unidos no tiene actualmente" ninguna compañía comparable con Huawei –que ofrezca sistemas completos de hardware o productos y soluciones "extremo a extremo" a diferencia de lo que sucede con Europa, Japón o Corea del Sur, a pesar de que corporaciones como Qualcomm o Intel son "clave" para el desarrollo de chips 5G.

En base a ese planteamiento este sería el motivo por el que la Casa Blanca no quiere a Huawei operando en su territorio, bajo la acusación de suponer "una amenaza a la seguridad nacional."

Recientemente desde su cuenta de Twitter, la compañía china recordó que la oferta que hizo entonces el ejecutivo nunca se ha retirado, "sigue sobre la mesa".

"Creo que deberíamos dar una licencia exclusiva con una empresa de Estados Unidos y que utilice esa licencia para para competir en el mercado mundial", dijo Ren, incluyendo competir contra la propia Huawei.

De este modo, el despliegue de la tecnología 5G con igualdad de condiciones para todos los jugadores. "Queremos dar a todos el mismo punto de partida", dijo a CNBC, confiando en que Huawei tomaría la delantera a partir de ese punto de partida común.

A pesar del veto norteamericano a Huawei –adoptado por países como Japón y Australia–, el gigante tecnológico chino insiste en que las acusaciones de Donald Trump no tienen "fundamento" y ya suma más de medio centenar contratos con operadoras de todo el mundo para el despliegue de redes 5G.

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