El escándalo de Cambridge Analytica de principios de 2018-donde se utilizó información personal de los usuarios de Facebook para torcer la balanza en la elección de Donald Trump- fue un antes y un después para la compañía liderada por Mark Zuckerberg.

Tanto es así que el CEO tuvo que presentarse ante la justicia en repetidas ocasiones para esclarecer su participación y la de su empresa en la venta de información privada.

Sin embargo, desde aquel momento Zuckerberg se intenta mostrar con un perfil más conciliador ante el ojo público. 

"No creo que las compañías privadas deban tomar tantas decisiones por su cuenta cuando afectan a valores democráticos", afirma el fundador y CEO de Facebook en un reciente artículo publicado propio en el Financial Times. 

Zuckerberg asegura que ha estado trabajando en colaboración con algunos gobiernos y cree que los principales desafíos de las grandes tecnológicas que la legislación debe abordar son la transparencia, el contenido político, la portabilidad de los datos y la responsabilidad de las compañías. 

El CEO asegura que Facebook publica informes detallados sobre el contenido perjudicial en la red social y el funcionamiento de su plataforma. También ha revelado que están explorando la posibilidad de someter su "sistema de moderación de contenido a un auditor externo". 

Mark Zuckerberg reconoce la problemática de identificar qué contenido se clasifica como propaganda política, aunque señala que Facebook tiene un sistema que permite saber quién ha pagado por la difusión de un contenido y a cuántos usuarios ha llegado. 

"Tenemos que encontrar un equilibrio entre promover la innovación y la investigación y proteger la privacidad y la seguridad de las personas", asegura. Ante la duda, el CEO señala que "las estrictas leyes de privacidad" apuestan siempre por no compartir los datos del usuario. 

Para Zuckerberg, el último gran desafío tiene que ver con garantizar que las compañías se hacen responsables de lo que ocurre en sus plataformas. El CEO cree que los usuarios necesitan saber que los gigantes tecnológicos responden ante alguien cuando cometen un error.

"Las empresas como la mía también necesitan una mejor supervisión cuando tomamos decisiones, por lo que estamos creando una Junta de Supervisión independiente para que la gente pueda apelar las decisiones de Facebook", revela Zuckerberg.

El CEO admite que la legislación puede afectar a su negocio a corto plazo, pero será beneficioso para todos en el futuro. "En vez de confiar en que las empresas individuales establezcan sus propios criterios, nos beneficiaríamos de un proceso más democrático. Por eso estamos presionando por una nueva legislación", concluye. 

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