Desde principios de este año la empresa española Software Delsol es pionera en el mundo al lograr aplicar con éxito la jornada laboral de cuatro días a la semana. Hasta ahora sólo se había probado en Japón y tuvo alguna experiencia piloto en Finlandia, Gran Bretaña y Nueva Zelanda. De fondo, plantea un debate: ¿en el futuro podríamos trabajar menos días y mantener la productividad?

"Esto no es una campaña de marketing, es una decisión meditada", dice Juan Antonio Mallenco, el director de comunicación. La idea surgió en 2019. El problema es que apenas había referentes ya no sólo en España, sino en el mundo. Tras muchas reuniones, las cuentas les salían. Desde el 2 de enero de 2020 es una realidad: los salarios no han bajado (tienen su propio convenio colectivo, según el cual todos los sueldos suben por encima del 3% cada año) y los resultados económicos son favorables.

"Incluso estamos contratando más personal para cubrir los huecos libres", explica Mallenco. Actualmente son 181 trabajadores (casi el 50% mujeres) que atienden a más de 53.000 clientes entre Europa y América Latina. Su especialización es el software de gestión orientado a pymes. Hacen turnos de 36 horas a la semana y 28 en verano con jornada intensiva.

La legislación no contempla beneficios fiscales pero tampoco prohíbe este modelo, sólo fija un número máximo y mínimo de horas trabajadas a la semana por contrato.

El problema era cómo reducir los días trabajados sin repercutir en la calidad del servicio. "Fue complicado, hay mucho trabajo detrás para cuadrar el personal", cuentan. Los departamentos de atención al cliente hacen turnos de cuatro días seguidos que van corriendo cada semana: si descansan el lunes, a la siguiente el martes, y así sucesivamente.

"Hemos contratado a 16 nuevos compañeros en esta área. Todos trabajamos cuatro días por semana pero el cliente tiene servicio sin interrupción de lunes a viernes", asegura el dircom. Los empleados del resto de departamentos (contabilidad, administración, marketing, diseño, comunicación, programación) sólo trabajan de lunes a jueves.

"Para nosotros este cambio no ha supuesto ninguna ruptura, es más bien un avance lógico en el modelo empresarial que arrancamos hace 25 años. De hecho, los viernes por la tarde antes nadie trabajaba, sino que hacíamos reuniones informales para charlar entre el equipo", cuenta Mallenco.

La empresa se encuentra en el parque científico-tecnológico Geolit en Menjíbar (provincia de Jaén, al sur de España), una superficie rodeada de olivares que ha sido bautizada como Olivar Valley. Software Delsol se inspira en el modelo de las puntocom de California. "El objetivo es que el trabajador esté en las mejores condiciones para que pueda desarrollar su actividad", dicen.

Contra los tópicos de la siesta y calentar la silla

Software Delsol parece una empresa del futuro. Un tobogán inmenso conecta las plantas del edificio para que los empleados se deslicen cada día como si fueron niños de excursión el domingo en un parque acuático. Tiene espacios amplios y luminosos, salas de reuniones y de descanso, zonas de juegos con futbolín y sofás.

Entre sus 4.500 metros cuadrados, 1.600 están dedicados a las instalaciones deportivas: piscinas al aire libre (en esta región de España hace calor y sol durante gran parte del año), pistas de pádel y baloncesto, un minigolf, rocódromo para escalar, tenis de mesa y un gimnasio.

Todo es gratis, incluso los menús del comedor. "En verano podemos ir con la familia para hacer deporte y relajarnos en las piscinas. Imagínate ir por voluntad propia al lugar donde trabajas para pasar la tarde. Además de la empresa que nos paga, es nuestro club social", explica Guillermo del Pino, que se encarga del posicionamiento en los buscadores online (SEO).

"Cuando escuché que iban a implantar la jornada laboral de cuatro días me quedé alucinado", reconoce. Desde entonces se ha convertido en la persona más popular de su entorno. "No te puedes creer la cantidad de reacciones positivas de la gente, todos están encantados con la idea. A muchos les encantaría que sus empresas hicieran lo mismo, que esta idea se abra paso", comenta.

En España deberán luchar contra los prejuicios. Habrá quien desconfiará de la viabilidad del experimento. Quien incluso les acusará de ser unos vagos por trabajar menos días. Aún sigue vigente el tópico de la siesta, las dos horas de descanso para comer (que todavía se permite en ciertos sectores) que algunos aprovechan para dormir un rato.

Según los registros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), España supera en horas trabajadas a otros miembros de la Unión Europea como Alemania o los países nórdicos. Sin que por ello aumente la productividad. Aún sigue siendo muy popular la expresión "calentar la silla" para referirse al hábito de quedarse en el puesto de trabajo hasta que el jefe se vaya a casa sólo para dar una buena imagen.

"Es verdad que en España eso sucede todavía pero aquí nunca ha pasado. Cuando llegué hace tres años me sorprendió mucho comprobar que el responsable llegaba puntual y se iba al cumplir su horario. Se trata de aportar todos, de poner lo mejor de ti para no tener que hacer nunca ni una hora de más", cuenta el SEO.

Todos los empleados con los que hablamos coinciden en que el secreto para trabajar un día menos por semana reside en aprovechar mejor el tiempo. Mantener la productividad implica una mayor (auto)exigencia. "Hay que cumplir los objetivos igual que antes", dicen. Los departamentos que están sometidos a mayor estrés cuentan con profesionales que les dan masajes para relajar los músculos.

Los beneficios en su vida personal, aseguran, hacen que el esfuerzo valga la pena. "Ahora que ya ha pasado un tiempo con el nuevo modelo, siento que el cuerpo se va amoldando. Al principio estaba en una nube. El viernes sentía que era sábado, llegaba el día siguiente y volvía a ser sábado. La sensación de descanso es tan grande que llegas el lunes con muchísima energía", dice Guillermo del Pino.

Los que son padres, además, han podido conciliar mejor su vida familiar. "El otro día mi hijo de tres años decía feliz: ‘hoy vienen a recogerme al cole mamá y papa’. Para mí antes era imposible por el horario", explica este trabajador. Igual le sucede a Natividad Gómez, quien trabaja en la empresa desde hace unos pocos meses como desarrolladora. "Tengo dos hijos, de 11 y cuatro años, disfrutar de un día libre más con ellos es genial, vengo mucho más motivada al trabajo".

Más allá de los beneficios personales, los responsables de esta innovadora medida defienden que traerá beneficios medioambientales como consecuencia del menor gasto de energía y la reducción en el uso de los vehículos privados al trabajar un día menos.

Además podría contribuir a reducir el absentismo laboral. Este tema ha generado un debate en España, pues el nuevo gobierno progresista de PSOE y Unidas Podemos quiere derogar la ley que permitía despidos por absentismo laboral al encadenar bajas médicas, impulsada en la reforma laboral del partido conservador PP en 2012.

"Al final resulta rentable porque los trabajadores estamos motivados, el tiempo es más productivo. Hay responsabilidad, sentimos que este esfuerzo que hace la empresa se lo tenemos que devolver", dice Natividad Gómez. Para ella, el futuro del trabajo seguirá este modelo. "Es importante cambiar la manera de pensar: si el empleado está contento va a producir mucho más".

Una de las demandas del estado de bienestar de la socialdemocracia en Europa fue la implantación de las ocho horas diarias de trabajo. Ahora parece que la utopía de trabajar cuatro días a la semana es posible. "Quizá no todas las empresas puedan seguir este modelo, pero nosotros somos el ejemplo de que se puede llevar a cabo con éxito", indicó Infobae.

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