El presidente estadounidense Donald Trump y el primer ministro chino Xi Jinping se encontraron el miércoles en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza. Y con un apretón de manos sellaron un "alto al fuego" diplomático del conflicto que las dos economías más importantes libran desde marzo de 2018.

La disputa, que comenzó como una batalla comercial y una escalada de aranceles y sanciones cruzadas, muy pronto dejó al descubierto uno de los trasfondos de esa pelea: dirimir qué nación impondrá el "modelo" 5G (que luego será replicado por otros países). Y, asociado a ello, otra cuestión más relevante: cuál de los dos controlará la información.

¿Qué es el 5G? 

Es tecnología de red móvil. Por quinta generación se entiende cada una de las etapas que vivió la telefonía celular desde su nacimiento (el 1G analógico, que sólo permitía hablar por teléfono, un 2G que introdujo los SMS, un 3G que aportó Internet y un 4G con el que llegó la banda ancha móvil).

 

Este nuevo estándar ofrece:

- Mayor velocidad

- Menor latencia (tiempo que demoran dos equipos en comunicarse)

- Mayor cantidad de dispositivos que pueden conectarse a una misma base

Potenciará:

- La Internet de las Cosas (IoT)

- Las ciudades inteligentes

- Los autos sin conductor

- Los hogares conectados

- La realidad virtual y aumentada

¿Quién preferís que te espíe?

En este contexto de dura puja competitiva, Trump dispuso una serie de medidas restrictivas para limitar la operación y expansión de Huawei en EE.UU. y aliados estratégicos, bajo el argumento que dejar en sus manos la instalación de la redes 5G conlleva el riesgo de ser espiados y hasta de ser saboteados por China.

Algunas de esas prohibiciones llegaron hasta Google y su sistema operativo para celulares Android, presente en casi el 80% de equipos de todas las marcas, salvo Apple. Huawei debió crear su propia plataforma, a la que irónicamente llamó Harmony OS.

Las medidas también llegaron a proveedores de semiconductores, circuitos integrados y otras partes internas que llevan los celulares, como Intel, Broadcom, Qualcomm y Toshiba, entre otros. No obstante, la empresa asiática lanzó en diciembre un smartphone sin un solo componente estadounidense.

"No es una guerra comercial, sino de acceso a la red como fuente de información y como herramienta de presión comercial y geopolítica para el país fabricante. El debate pasa por terminar eligiendo quién te va a espiar", explica a iProUP Emmanuel Jaffrot, consultor y doctor en telecomunicaciones.

El tema de la desconfianza no es nuevo ni es exclusividad de Trump. Durante el gobierno de Barack Obama ya se advertía sobre el posible espionaje con uso de tecnología oriental.

"El tema es clave en cualquier sociedad moderna y más aún con el 5G, ya que no sólo estamos hablando de personas con celulares, sino de posibilidad de conectar todos los objetos. El planteo de EE.UU. es no ceder infraestructura estratégica y sensible a quien pueda usarla en su contra", dice a iProUP Enrique Carrier, experto en telecomunicaciones.

El capítulo argentino

En diciembre, la Embajada de Estados Unidos en Buenos Aires marcó su posición advirtiendo: "Los proveedores de telecomunicaciones de China pueden ser una amenaza para la seguridad nacional". Dos semanas más tarde, envió un nuevo mensaje exigiendo garantizar el respeto a la libertad individual y privacidad para el buen desarrollo del 5G.

"Está claro que esta guerra es una suerte de repartición del mundo", señala Jafrott. Y añade: "Quien tenga el control de la infraestructura, tendrá acceso a todos los datos y  desarrollos que la nueva tecnología va a posibilitar. A nivel global, Huawei ya firmó más de 60 contratos mientras que Nokia cerró 63 y Ericsson 32.

La compañía asiática posee un interés muy fuerte por entrar con su red de 5G en América Latina. En el caso particular de la Argentina, ya efectuó tres pruebas ambientales reales con Telecom Personal y, durante este año, las repetirá con Claro y Telefónica.

"Nuestra solución, Single Ran, permite la reutilización de buena parte del equipamiento 4G para llegar al 5G de una forma más suave y ahorrar en las primeras fases", explica a iProUP Juan Bonora, director de Relaciones Institucionales de Huawei Argentina.

Si bien las telcos miran el precio, hay cuestiones de alineamiento geopolítico con respecto a China o Estados Unidos que impactarán en sus decisiones.

"EE.UU. está empujando para que no sea China quien gane el mercado local de 5G. No es que esta sea una plaza que deba ganar sí o sí por cuestiones comerciales, hay otras más interesantes", explica Jaffrot.Y añade: "Pero para que el presidente de una nación presione al de otra, claramente hay otra intención, que es la de hacerse de información y controlar las redes de toda América Latina. El famoso patio trasero".

Para Carrier, será una decisión política, pero tendrá más peso la marca de los equipos que los operadores usaron para el despliegue de las redes 4G. "En la etapa inicial, va a ser importante, ya que avanzar a la nueva generación con una marca diferente puede generar problemas. Este es, al menos, el planteo que están haciendo los operadores europeos, donde hay una fuerte presencia de Huawei y no quieren que les aumenten terriblemente los costos", señala el analista.

Según datos de mercado, la tecnológica asiática es responsable del 70% de la red nacional de Telecom y del 100% de la de fibra óptica que el prestador posee en Capital y GBA". "El core de la red de Movistar es 100% Huawei. Claro y Arsat también cuentan con equipamiento de esta compañía.

El entramado de conectividad de Argentina es muy particular y, además de los tres grandes operadores, las pequeñas y medianas empresas -al igual que las cooperativas de telecomunicaciones- cumplen un rol fundamental.

Desde Telecom aseguran a iProUP que mantienen relaciones comerciales con los principales proveedores internacionales, atendiendo exclusivamente atributos de innovación, robustez y vanguardia tecnológica. Huawei es, desde hace más de 15 años, uno de sus partners estratégicos para su infraestructura de redes de nueva generación.

"Con ellos desarrollamos gran parte del proceso de actualización tecnológica de nuestra red móvil y el despliegue de 4G desde 2014, porque sus soluciones cumplen con los estándares de solidez y escalabilidad, no sólo para tener la red más rápida de la Argentina, sino para estar preparados cuando el 5G esté disponible comercialmente", remarcan.

La importancia de 5G

Desde Telecom aseguran que la nueva generación de comunicaciones móviles cambiará radicalmente las posibilidades de las redes actuales. Lo sintetizan en tres ventajas clave:

- Mayor ancho de banda: 1 gigabit por segundo (gbps) y picos de 10, contra los 20 y 200 megabits por segundo del 4G. Es decir, más de 50 veces más rápida

- Extrema confiabilidad de la red con hasta 100 veces más velocidad de respuesta que el 4G

- La posibilidad de aumentar exponencialmente el número de dispositivos conectados, hasta un millón por km2

Esto se traducirá en la aparición de un ecosistema de nuevos servicios, como interactuar en tiempo real con vehículos autónomos, ver un video 4K en el celular y avanzar en la Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés).

"Algo de lo que no se habla mucho y es prometedor, es la interacción entre 5G y el cloud (la nube). Esto permitirá, por ejemplo, que los usuarios sientan que tienen capacidad de almacenamiento y procesamiento ilimitadas en sus dispositivos, cuando en realidad va a estar en la nube", enfatiza Bonora.

En el documento Visión Global de la Industria (GIV), Huawei enumera 10 tendencias que definirán a las sociedades a mediano plazo y para las que 5G será crucial, por ejemplo:

- 2.800 millones de personas usarán esta tecnología

- 15% de los vehículos usarán C-V2X, una tecnología que conecta autos entre sí, con el entorno y los peatones

- Habrá 1 robot cada 100 empleados en las fábricas

- 90% de la población utilizará asistentes personales

- 20.000 millones de electrodomésticos inteligentes estarán en funcionamiento

- 100.000 millones de dispositivos se conectarán a Internet

Detrás del 5G hay una organización colaborativa integrada por siete organizaciones de seis países que desarrolan el estándar: Estados Unidos, China; Europa, India, Corea y Japón.

En este sentido, Jaffrot opina que es urgente que Argentina se organice junto a la región para tener tecnología propia. "5G ya está cocida, pero miremos hacia 8G y trabajemos para que sea latinoamericana", propone.

"No se puede ser únicamente consumidor en esta sociedad de la información. Creamos mucho software y electrónica, pero los estándares y la generación de productos, que son clave, los producen otros. Para no padecer estas guerras, hay que ir en este sentido, sino seguiremos estando a merced de estos gigantes", remarca.

¿Quién ganará esta guerra?

Todavía es temprano para cómo resultará la reciente tregua comercial de EE.UU. y China y Estados Unidos. Es probable que la guerra no termine nunca y que las dos potencias lleguen a un acuerdo para dividirse el mundo sin perder su posición dominante.

Las empresas, obviamente, buscan maximizar sus beneficios. Los productos orientales les resultan de calidad y las tecnológicas de EE.UU. fabrican en territorio asiático porque es más económico, explica Juan Domínguez, presidente de Tecnored.

"Creo que ni las compañías estadounidenses se hacen eco de la idea de ser espiadas con la tecnología china. Quizás se vean presionadas por el gobierno de Trump a tomar una postura que no elegirían. En la Argentina, ninguna de las telcos son de origen estadounidense y no existen políticas restrictivas a proveedores chinos", completa.

Para Carrier, el hecho de que ni Ericsson ni Nokia sean de EE.UU., es una prueba de que no se trata exclusivamente de un tema comercial, con Trump tratando de favorecer a una empresa estadounidense. "La base es la preocupación por el tema de la seguridad y se fue mezclando con el tema comercial. Pero en el fondo tampoco es eso, sino una disputa por la tecnología que manejará todo", señala.

Desde Huawei niegan que la arremetida de la Casa Blanca haya tenido un impacto en lo comercial, aunque reconocen que pudieron verse afectadas en cuanto a su imagen porque son una compañía de bajo perfil.

"Seguimos trabajando, hemos contratado más gente a nivel global y todas las dudas que surgieron sobre qué va a pasar si Huawei no puede contar con partes provistas por EE.UU. se vieron respondidas cuando lanzamos nuestros últimos smartphone: no tienen una sola pieza de ese país. Además, seguimos firmando más contratos de 5G", concluye.

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