La población mundial aumenta cada año, por lo que la demanda de viviendas seguirá subiendo de manera exponencial. Sin embargo, una empresa constructora parece haber encontrado la solución. 

Los métodos tradicionales de construcción suponen un alto coste en cuanto a materiales y mano de obra, además del tiempo que hay que emplear, factores que repercuten directamente en el bolsillo de los futuros compradores. 

La impresión 3D elimina todos estos contras de un plumazo, reduce a mínimo el tiempo de construcción, el uso de materias primas y la mano de obra necesaria. ¿Precio? Menos de lo que cuesta el último iPhone.

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La empresa italiana Wasp ha sido la encargada de tirar la casa por la ventana en cuanto a costes de producción. Su proyecto Gaia, en colaboración con RiceHouse, se basa en pequeñas casas construidas con una tecnología de impresión modular llamada Crane Wasp. 

La impresora principal del sistema puede configurarse para construir estructuras más grandes y también puede imprimir con hormigón y geopolímeros, pero en el caso de Gaia, el reto también consistía en conseguir un impacto medioambiental mínimo.

La mezcla utilizada se compone en un 25% del suelo extraído en el mismo lugar en donde estará la casa (30% arcilla, 40% limo y 30% arena), más un 40% de arroz cortado con paja, un 25 % de cáscara de arroz y un 10% de cal hidráulica, que se combinan en un molinillo antes de integrarse en el sistema de impresión.

El aislamiento que supone la amalgama de materiales y los techos de madera consiguen que la temperatura en su interior se mantiene sin necesidad de aire acondicionado o calefacción. 

Además, la construcción de cada módulo está pensada para aprovechar el máximo de luz solar gracias a un gran ventanal colocado con una orientación suroeste. Otro dato interesante, señalado por Tiziana Monterisi, CEO de RiceHouse, en su página web sería "su propiedad antisísmica, dado que la paja no tiene problemas de rotura estructural".

Se podría creer que el interior de estas casas de 30 metros cuadrados, construidas en apenas 100 horas, se parece más al de un refugio que al de una vivienda, pero la realidad es que están pensadas como algo tanto temporal como fijo, por lo que el revestimiento interior está sellado con arcilla alisada con aceites de linaza. ¿Su precio? Unos 900 euros.

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