En un pueblo en medio de la España vaciada una persona sufre un paro cardíaco, pero no hay un médico en esa localidad o no cuentan con equipo adecuado para tratarlo. Un dron puede transportar el aparato, pero si además lleva una cámara y se une con una red 5G las posibilidades aumentan al permitir dar instrucciones en tiempo real sobre cómo tratar al paciente. Lo mismo puede ser un desfibrilador, un fármaco o una cámara para rastrear a montañeros extraviados en la sierra. 

Este es uno de los proyectos pilotos de 5G de los 40 que ya se están desarrollando en España. El objetivo de estas pruebas, es probar casos de uso reales para los que son necesarios la mayor velocidad y el menor tiempo de latencia que proporciona esta tecnología según Businessinsider.

Los robots que aprenden a recoger mangos son otra de las aplicaciones que tiene el 5G. Estos necesitan un algoritmo que les dé las instrucciones para saber si un mango por tamaño y color es apto para la recogida. En este caso, explica Montse Beamonte, responsable de pilotos de 5G de Vodafone, el edge computing, una tecnología que permite que los datos que se producen en un dispositivo conectado se procesen sin tener que ser enviados a lejanos data centers o nubes por lo que la respuesta es más rápida, es clave porque es necesaria que esta respuesta sea muy rápida. "Toma las fotos, las procesa y toma decisiones en milisegundos". 

"La principal revolución de la tecnología 5G será la comunicación entre objetos, ya que en la comunicación entre personas aportará poco salvo la mayor velocidad de descarga de contenidos. La tecnología 5G será la base para la conectividad entre objetos (IoT) así como las ciudades Inteligentes y la industria 4.0 o industria conectada", explica José Antonio Morán Moreno, director académico del Grado en Ingeniería de Tecnologías y Servicios de Telecomunicación de la UOC. 

Los pilotos del 5G en esta primera fase se concentran en Galicia donde Telefónica está llevando a cabo 8 casos de uso. Unos pilotos que llegan tiempo después de que a principios de 2018 la operadora desarrollara sus primeras prueba con las ciudades tecnológicas para ir "explorando" las capacidades del 5G en un momento en el que todavía no se hablaba, por ejemplo, del concepto de latencia, cuenta Mercedes Fernández, gerente de Innovación de Telefónica. 

Un ejemplo es el que están desarrollando con Navantia y está enfocado a la construcción de los buques. Dadas las dimensiones de estos grandes barcos su construcción lleva años y es necesario el ensamblaje de una gran cantidad de piezas. Hasta ahora, para ir viendo cómo se colocaban se transponían los diferentes planos técnicos. 

El proyecto del 5G en la construcción de los buques estaría enfocado a reemplazar esto por la realidad aumentada, lo que permitiría ver como si fuera real el ensamblaje de las piezas tras haber realizado un escaneado 3D. Algo que también sería aplicable al mantenimiento de los barcos. 

Otro de las pruebas que está llevando a cabo Telefónica es un proyecto con Adif para la supervisión automatizada de las vías. Actualmente, cuenta Fernández, esta supervisión se hace en varios pasos. Por un lado cada cierto tiempo un tren especialmente dotado para ello recorre las vías, a lo que se suma que dos veces al año hay un equipo de personas que recorren las vías para detectar si hay anomalías.

"Es una tarea que requiere ir hasta un punto cercano a las vías, aparcar donde haya un hueco, recorrer caminos, llegar a la vía y estar pendiente de que no pase ningún tren. Algo que al final conlleva riesgos", desgrana Fernández. La alternativa que propone este proyecto es hacerlo con drones que sobrevolarían las vías a una altura de 50 metros con cámaras 4K que irían enviando la información gracias al 5G a la nube o al edge computing. 

Todas estos proyectos se están realizando en redes no comerciales, una de las condiciones impuestas en los pliegos de las licitaciones, son pruebas que en un futuro podrán trasladarse a la red comercial, pero con unas redes que no formarán parte del despliegue. Para llegar a ver el 5G como algo de la vida cotidiana todavía quedan pasos por dar.

Por un lado, faltan estándares para desarrollar parte de la tecnología a lo que se suma que todavía están pendientes algunas subastas de espectro, por donde viajan las ondas de radio, televisión y telefonía. Además, todavía es necesario que las empresas comercialicen smartphones accesibles al público para poder conectarse al 5G. 

Por el momento, lo que se empieza a ver es que el 5G ya tiene utilidades prácticas y cómo cambiarán el día a día de las personas. La vertiginosa velocidad de los cambios auguran un mundo cada vez más conectado.

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