El gobierno francés está decidido a combatir la polución ambiental. Esta semana, su parlamento aprobó una norma que aplica un impuesto extra de 20 mil euros (unos US$ 22.240) a los SUV y camiones que superen determinados umbrales de contaminación.

La ley aprobada se suma a otras nuevas y estrictas normas europeas que se implementarán en 2020 para reducir las emisiones de los automóviles.

La medida demuestra que los gobiernos y formuladores de políticas públicas de todo el mundo no están encontrando aún la mejor manera de avanzar hacia vehículos más limpios y prueban con diferentes medidas, inconexas y, muchas de ellas, poco efectivas.

El impuesto a los SUV se materializa porque efectivamente estos utilitarios deportivos se encuentran entre los más contaminantes, ya que son más pesados ​​y menos eficientes en el consumo de combustible.

Sin embargo, representan un bajo porcentaje de las ventas en Francia, a diferencia de los Estados Unidos, por ejemplo.

Al mismo tiempo, el gobierno de Emmanuel Macron está considerando una medida contradictoria, dice Bloomberg, "reducir los incentivos y subsidios para la compra de automóviles eléctricos, ya que entiende que los costos de fabricación están bajando". 

Si bien las ventas de los e-cars crecen rápidamente, todavía representan una pequeña proporción del mercado general y la falta de apoyo estatal podría frenar ese avance.

El impuesto a los SUV en Francia se produce cuando la industria automotriz europea se prepara para la introducción en 2020 de más normas contra las emisiones de gases que, entre otras medidas, prevé multar a las fabricantes de automóviles si sus ventas anuales totales de vehículos superan un límite de carbono promedio.

El ministerio de Finanzas francés estima que el impuesto a las SUV podría generar 50 millones de euros anuales en ingresos para el gobierno, que se utilizarán para ayudar a los fabricantes de automóviles a cambiar sus plantas hacia autos más limpios.

Desde el mismo organismo, su titular, Bruno Le Maire, criticó a las fabricantes por impulsar a través de la publicidad la venta de SUV y dijo que deberían advertir a los consumidores sobre los efectos perjudiciales en el medio ambiente.

Las medidas "contra" las SUV y, al mismo tiempo, la posible baja en los subsidios a los autos eléctricos, fueron muy criticadas por la industria automotriz francesa en general.

"El mercado de automóviles eléctricos no despegará sin fuertes incentivos de compra", dijo la asociación que agrupa a las plantas. "Todo el mundo tiene algo que perder: la industria, el medio ambiente y el poder adquisitivo de los franceses".

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