Cargar nafta y pagar la compra directamente desde la computadora del auto, a través de una transferencia. Estacionar y que el parquímetro debite al instante el importe a abonar desde una cuenta no bancaria.

A casi un año y medio de la creación del CVU (Clave Virtual Uniforme), las fintech locales ya sueñan con masificar el uso de esta clave y que exceda al mundo de las finanzas.

En el marco de la Mesa de Innovación Financiera que lidera el Banco Central, uno de los equipos de trabajo desarrolló la idea y presentó el plan para hacer un "CVU de las cosas", parafraseando al concepto "Internet de las cosas", que refiere a la conexión de cualquier objeto a la web, como electrodomésticos, ropa, maquinaria y otros equipos "inteligentes".

 

El documento final que presentó en el BCRA el grupo "Medios e Infraestructuras de Pagos" señala el motivo que lo llevó a estudiar este plan y los cambios para llevarlo a cabo. "El CVU hoy sirve para hacer transferencias a cuentas en fintech o entidades no bancarias. Lo que vemos es que su uso puede extenderse muchísimo más allá, en infinidad de operaciones", confía a iProUP uno de los profesionales que participó de este grupo de trabajo.

Según revela la fuente, "la idea es interrelacionar las cosas -que ya van a tener chips e Internet- con cada una de las cuentas virtuales para que tengan interoperabilidad con el sistema financiero".

En el proyecto, al que accedió iProUP en forma exclusiva, se definieron inicialmente los objetivos propuestos por el grupo para encarar el tema, resumidos en tres aspectos:

- Identificar los múltiples usos del CVU que permitan dotar de calidad tanto a servicios existentes como a posibles nuevas prestaciones, en materia de acceso y utilización

- Priorizar las iniciativas cuyas implementaciones tienen más chances de lograr un salto sustancial respecto del uso de la CVU por parte del sistema

- Identificar necesidades, cambios y restricciones para que sea viable la implementación de cualquier avance

La Mesa de Innovación Financiera funciona con grupos especializados y ejes cuyos intereses dependen de los participantes y del Banco Central. Además de esta propuesta, también participan "Soluciones Blockchain", "Tecnologías y Sistemas Transversales" y "Canales Alternativos de Crédito y Ahorro".

CVU hasta en la sopa

"Se propuso una dinámica de votación en base a dos ejes prioritarios: nivel de masividad y grado de innovación", señalan los participantes del grupo, quienes además dieron cuenta de las distintas ideas o proyectos: depósitos y extracciones en cajero; portabilidad; débito inmediato (Debin); cupones de tarjetas de crédito y CVU de las cosas.

Este último es, precisamente, el que ofrece mayor innovación y un buen grado de masividad, combinación que justificó su análisis y posterior presentación ante el BCRA. El objetivo es claro: asociar el CVU a "cosas" para cursar pagos inmediatos a esas "cosas" a través de transferencias desde otra CVU o una CBU. Los ejemplos de "cosas" son:

- Parquímetros

- Máquinas expendedoras

- Caja registradora de supermercados

- Línea de teléfono celular

- Tarjeta de Crédito

- Número de abonado de un servicio

Las principales ventajas de esta iniciativa son la inmediatez de los fondos, facilidad de la conciliación bancaria y bajo costo transaccional. "En ciudades de EE.UU. todos los parquímetros son digitales. Disponen de un posnet al lado del reloj y se usa tarjeta de crédito", explica el número uno de una fintech que participó de las discusiones de la Mesa.

Y agrega: "Lo que vemos en Argentina, en general, es que la tarjeta de crédito tiene muchos costos asociados, que entre tasas e impuestos del Gobierno terminan siendo como 5 puntos". Por eso mismo, la ventaja del CVU es que no tiene ese cargo adicional y el dinero pasa directamente de la cuenta, por ejemplo, al parquímetro.

"Otra idea bajo análisis es ponerle un CVU a un auto o a un camión que tengan chip para que cuando cargue nafta directamente realice la transferencia y se descuente de la cuenta virtual", comenta el directivo.

La idea puede contribuir a empresas -grandes, medianas y pequeñas- con flota de vehículos que deseen identificar el gasto de combustible de cada unidad, sin tener que darle una tarjeta a cada uno.

La visión del regulador

En el Central destacaron la idea innovadora que presentó el grupo, aunque ponen ciertos reparos a llevar al CVU a cuestiones que exceden el mundo financiero.

"Está bien en materia de trazabilidad, en cuanto a que si uno tiene línea de cajas y quiere codificar para después identificar de dónde surgen los saldos. Pero el CVU no es ni más ni menos que la identificación de una cuenta, que en vez de ser de una entidad financiera es de una no financiera", comentan en los pasillos de Reconquista 266.

En otro orden, el grupo de trabajo hace mención a las restricciones y distinguen entre aspectos normativos y los operativos o tecnológicos. En la parte normativa consideran que hay que realizar "adaptaciones menores para facilidad de identificación de la cosa asociada al CVU". 

Asimismo, entre las cuestiones operativas que pueden ser una traba para el desarrollo de esta idea enumeran distintos factores:

- Se utilizaría una subclave CVU de una clave CVU principal del comercio propietario de la "cosa" (el parquímetro, por ejemplo)

- Adaptaciones en protocolo de mensajería para tener la confirmación de transacción finalizada con éxito (o solicitar la vuelta atrás en caso de exceso de tiempo sin confirmación)

- La gestión de las subclaves sería realizada por el proveedor de servicios de pagos (PSP). Un comercio podría ser su propio PSP

Por último, la recomendación que hace la Mesa de Innovación al BCRA es evaluar la conveniencia de establecer tasas de intercambio para fomentar el medio de pago en ambos extremos.

Otros usos para la clave virtual

Más allá del CVU de las cosas, otros dos puntos analizados para el uso de esta herramienta son el Debin (Débito Directo contra CVU) y el depósito y extracción en cajeros, sin tarjeta de débito.

En el primer caso, lo que se buscó fue tratar de brindar a aquellos recaudadores que hoy usan los productos "Débito Directo" o "Debin" la posibilidad de recaudar desde CVU, ya que por el momento sólo se puede debitar desde CBU.

A la hora de analizar restricciones en lo normativo, ven "adaptaciones menores" para habilitar estas transacciones, mientras que en la parte operativa creen que resulta necesario hacer modificaciones en las interfaces para permitir la incorporación de una figura intermediaria adicional (PSP).

Al respecto, también recomiendan evaluar la conveniencia de establecer tasas de intercambio que puedan fomentar el medio de pago en ambos extremos, tal como sugirieron con el CVU de las cosas.

Por último, con relación a la propuesta de que puedan hacerse depósitos y extracciones contra CVU sin usar tarjeta destacan que a los bancos no les resulta atractivo aceptar depósitos por cajeros propios que luego terminen acreditándose en cuentas de otras entidades, por lo cual analizaron la posibilidad de hacer únicamente extracción de fondos.

Aquí también creen que –desde el punto de vista normativo– las restricciones son mínimas, solucionables con adaptaciones menores que habiliten las transacciones. En la parte operativa, la clave pasa por las adaptaciones en el proceso y las interfaces actuales entre los PSP, las entidades bancarias y COELSA, la cámara compensadora.

La Mesa de Innovación Financiera busca generar un ámbito de debate entre el sistema financiero, las fintech y los distintos jugadores del mercado para analizar inquietudes y tratar de aportar una solución a los usuarios financieros.

Entre las innovaciones que realizó el BCRA que surgieron en este ámbito se destaca la interoperabilidad entre billeteras electrónicas y cuentas bancarias; las mejoras funcionales en el Debin y el estándar para pagos con códigos QR.

También se facilitó el onboarding digital al sistema financiero, algo que la mayoría de los bancos comenzó a aplicar para captar clientes sin que tengan que pisar una sucursal.

Lo que esto demuestra es que si bien hoy parece lejano que el chip de un auto tenga incorporado un número de CVU, o que con esa clave virtual se pague el parquímetro, una máquina expendedora o las compras del supermercado, en unos meses se puede convertir en realidad.

Por lo pronto, las fintech y bancos ya dieron el primer paso al trabajar esta iniciativa durante todo el año y presentarla ahora ante los técnicos del BCRA. Ahora, es el turno del organismo y sus nuevas autoridades, quienes tienen por delante la tarea de realizar los cambios normativos necesarios para autorizar la operatoria.

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