En plena transformación digital, las industrias más tradicionales se vieron obligadas a reconvertir su negocio casi por completo.

La banca no se vio excluida de esta revolución y en los últimos años comenzó a implementar –casi por obligación ante la aparición de jugadores innovadores– nuevas soluciones que transformaron tanto su interior, como la relación con sus clientes.

En este camino, el sector se dio cuenta de que tenía que implementar medidas de seguridad acordes al momento actual. Así apareció la biometría, una tecnología que utiliza los rasgos individuales de cada persona como una "contraseña" biológica.

Este hallazgo no fue casual: cada vez más celulares integran un escáner de huellas digitales, sistemas de reconocimiento facial o, inclusive, lector de iris. No es de extrañar que los bancos decidieran aprovechar este hardware para potenciar la seguridad y comodidad de sus clientes.

En este sentido, el estudio "Mobile Biometrics in Financial Services: A Five Factor Framework", realizado por la Universidad de Oxford en conjunto con Mastercard, revela que más del 90% de los usuarios prefieren estas metodologías frente al uso de claves. Las fallas de seguridad y el robo de información son las causas de esta marcada tendencia.

Sin embargo, al tratarse de una tecnología disruptiva que quiere transformar una industria bien tradicional, existen desafíos. El estudio explica que sólo el 36% de los ejecutivos consideran "tener los conocimientos adecuados para incorporar la biometría en sus bancos".

Experiencia nacional

La Argentina no se queda atrás en esta tendencia. Las entidades ya están implementando sus propias soluciones, principalmente en sus aplicaciones móviles. Y hasta nacieron bancos digitales que tienen estas características desde el minuto cero. ¿Las claves? Seguridad y comodidad.

"El ingreso de usuario y clave en la mayoría de las plataformas suele ser uno de los requisitos de seguridad más problemático para los clientes", explica a iProUP Milagro Medrano, Gerente de Relaciones Institucionales y Atención al Cliente de Banco Macro.

Y completa: "En la actualidad la mayoría de los trámites se realizan de forma digital, lo que lleva a los usuarios a convivir con múltiples credenciales, generando olvidos o confusiones de las mismas".

El primer paso que dio la entidad hacia el uso de la biometría como validador de identidad fue en julio, fue a través de la App Macro, que permitió el alta de nuevos clientes con sólo tomarse una fotografía del documento y una selfie.

Pero no fue el único. Además, desde el pasado viernes 26 de octubre, incorporaron además la posibilidad de acceder a la app de la institución con huella dactilar o reconocimiento facial.

"Nuestro objetivo fue facilitar el acceso de los clientes al Banco Macro, al reducir de forma sustancial los tiempos al ingresar, logrando una experiencia de uso fácil, rápida y sobre todo segura", agrega Medrano.

El ingreso mediante huellas digitales está disponible en todos los celulares que incluyan el lector, tanto en iOS como en Android. En cambio, el reconocimiento facial sólo es compatible para los equipos de última generación del iPhone: X, XR, XS y XS MAX.

Otra de las entidades que apuesta a esta tecnología es el Supervielle, que ya trabaja hace más de cinco años con distintas soluciones biométricas: desde la implementación del escáner de huellas para facilitar los procesos en sucursal, hasta nuevos lectores de rostro para dispositivos móviles.

"Nuestro objetivo es agilizar las operaciones del cliente y mejorar la experiencia en el modelo de atención, mitigando el fraude a partir de su identificación unívoca", explicó Marcelo Abella, gerente de planeamiento comercial y canales electrónicos de la compañía.

Como esta tecnología puede certificar quién es la persona sin usar tarjetas, ni de recordar usuarios y claves, Abella afirma que así logran optimizar "los  tiempos de espera, gracias al direccionamiento de clientes a canales automáticos".

Asimismo, Supervielle cuenta con Supervielle Mobile, una aplicación disponible para iOS y Android, donde la empresa sumó el reconocimiento facial para simplificar el acceso y solidificar su seguridad, además de comenzar a desestimar las ya obsoletas contraseñas alfanuméricas.

"Tenemos que dar el mejor estándar en ambos puntos: simplicidad, con una tecnología accesible y rápida de adoptar, y, en el mismo plano, la seguridad que nos da trabajar con la validación de los clientes con los vectores que traza la aplicación de reconocimiento facial", asegura Eduardo Allende, gerente ejecutivo de la banca digital y transformación de Supervielle.

Estos registros unívocos también están presentes a la hora de abrir nuevas cuentas. Al igual que el Macro, Galicia apuesta fuerte por la autenticación biométrica para acelerar los procesos burocráticos.

Con la reciente apertura de Galicia MOVE la entidad busca picar en punta para posicionarse en este nuevo segmento. Este nuevo servicio pretende digitalizar todos y cada uno de sus trámites como préstamos, inversiones, pagos, entre otros.

De esta forma, se puede abrir una cuenta bancaria con solo tomar una selfie: ya no hace falta sacar un turno, esperar largas horas y esperar a ser llamado por un ejecutivo de cuentas para contratar servicios bancarios.

Por el contrario, un usuario puede tomarse una foto que el sistema de la entidad reconocerá y la asociará a la imagen de su DNI para comprobar que se trata de la misma persona.

Renovación del sector

Con la banca tradicional cada vez más digitalizada, comenzaron a surgir nuevas propuestas que ya buscan innovar desde su concepción.

Una de ellas es WiloBank, el banco digital del empresario Eduardo Eurnekian, que promueve un ecosistema 100% digital y sin sucursales. Por supuesto, la biometría es un pilar de su funcionamiento

Con más de 19.000 clientes, pero con planes de alcanzar los 110 mil para 2019, esta banktech usa las llaves biológicas para captar nuevos clientes.

"Utilizamos la biometría para verificar y comprobar que quien está haciendo el trámite de alta sea la misma persona que el titular", asegura en diálogo con iProUP Juan Ozcoidi, director ejecutivo de WiloBank.

En cinco pasos, que no demoran más de ocho minutos en completarse, los interesados pueden acceder a todas los servicios financieros que ofrece la entidad.

La clave en este proceso es la llamada "prueba de vida". Según el ejecutivo, la biometría le permite comporbar "que la persona está viva y no se está usando una foto", evitando los fraudes.

"Le hacemos mover la cabeza, que sonría y que haga gestos. Ahí tomamos fotos y las cotejamos con la que tiene en el DNI. Al mismo tiempo, hacemos las verificaciones con los entes pertinentes", completa el directivo.

Dependiendo de la versión del documento, el proceso puede tardar algunos minutos más, pero Ozcoidi asegura que "se trabajó en este complejo proceso".

"Nos abrimos a un mercado que demanda estas funcionalidades. La biometría brinda un nivel de seguridad elevado y eso le da un valor agregado a un cliente financiero que se tenía que mover a una sucursal y firmar papeles para ser cliente. Hoy, la tecnología te brinda otros accesos", agrega Fabián Muñoz, gerente de protección de activos de la compañía.

Con un fuerte arraigo a la banca tradicional, Ozcodi asegura que "los trámites presenciales no asegura absolutamente nada". Pero cree que el avance de esta tecnología avance está ligada a un balance entre seguridad y comodidad.

"Para que la banca digital sea sustentable tiene que ser segura. Entre otras cosas, hay que demostrar que hay un respaldo: desde la solidez patrimonial hasta la operatoria del banco. Tenemos que privilegiar los niveles de seguridad y el confort del usuario", remarca.

Las distintas experiencias de los bancos tradicionales y  digitales demuestran cómo estas tecnologías buscan transformar todo el ecosistema. De la poco, la puerta a la revolución digital se rinde ante las llaves biológicas.

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