Apple confirmó en marzo el lanzamiento por primera vez en su historia de su propia tarjeta de crédito, sin embargo hasta ahora se desconocían los detalles de funcionamiento de misma, llamada Apple Card. Según The Verge, a partir de unos días varios usuarios aleatorios recibirán invitaciones para usar su tarjeta y a la vez descubrir sus puntos fuertes y débiles.

La tarjeta nace de una colaboración entre Apple y el banco Goldman Sachs y para usarla se necesita un iPhone con sistema operativo iOS 12.4. La primera versión (pensada para Estados Unidos y que aún no se sabe cómo llegará al resto de países) pide otros datos tales como la dirección, fecha de nacimiento, nivel de ingresos y los últimos dígitos del número de la Seguridad Social del usuario.

Con esa información el banco decidirá si acepta la solicitud, algo que según Apple no tarda más de un minuto en resolverse. La compañía afirma que no busca competir con las clásicas American Express ni tarjetas similares, sino facilitar un acceso más amplio a todo tipo de usuarios. 

Una vez aceptada la solicitud, el usuario tendrá inmediatamente su tarjeta en el Wallet, y a  través de la interfaz creada específicamente para el producto se pueden consultar todos los movimientos, la información sobre la tarjeta y un resumen con todos los pagos en el que se indica claramente dónde ha comprado el usuario. Otra posibilidad es la de crear gráficos, aplazar compras y comprobar el interés que se cobrará en cada caso, de una forma intuitiva y vistosa.

Una vez configurado el sistema, el usuario tendrá tres números asociados a Apple Card: el número asignado a su teléfono, el número asignado a la tarjeta física y un número virtual al que puede acceder en caso de que compre en webs que no aceptan Apple Pay. Como detalle interesante cabe mencionar que se puede solicitar un nuevo número virtual en cualquier momento.

La tarjeta no tiene fecha de caducidad, código de seguridad, ni número impreso. El usuario puede bloquearla, ya sea durante un tiempo o por completo, desde la app de Wallet.

Las recompensas por su uso son variadas: si el usuario realiza una compra dentro del entorno Apple (Apple Store, App Store o iCloud incluidos) la compañía ofrece un reembolso del 3% en efectivo, si paga con Apple Pay recupera un 2% en todas sus transacciones y si compra con la tarjeta física o con el número de tarjeta virtual recupera el 1%. Ese efectivo llega a la cuenta de Apple Pay Cash todos los días, y se puede usar para varias cosas tales pagar, enviarlo a amigos o transferirlo a un banco.

Para solicitar la tarjeta física se puede hacer a través del teléfono y llega por carta. Una vez que llega se activa y enlaza con la tarjeta virtual a través de una conexión NFC que lleva el propio sobre, así que solo hay que acercar el teléfono al papel.

Algunos de los puntos débiles es que la tarjeta no deja de ser una tarjeta, con un banco detrás. Apple dice que tiene un acuerdo muy importante con Goldman Sachs y trabaja con la firma para respetar al extremo la privacidad de sus usuarios. Pero es el banco el que finalmente mantiene esta tarjeta, como figura en su letra pequeña y ante un problema, es Goldman Sachs la que se encarga de solucionarlo. Otra limitación de esta dependencia del banco es que la tarjeta no puede internacionalizarse sin antes lograr convenios con bancos externos. 

Uno de los aspectos más negativos es que  Apple Card tiene intereses de aplazamiento (APR) que varían, según la persona y el pago, del 12,99% al 24,24%.

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