Tether vuelve a sorprender al ecosistema tecnológico. La empresa que sostiene USDT, la stablecoin más usada del mundo, decidió avanzar hacia un territorio que hasta hace poco parecía lejano: la robótica humanoide. Su participación en una ronda de financiación de €70 millones para Generative Bionics, un spin-off del Instituto Italiano de Tecnología, marca el paso más ambicioso en su estrategia de diversificación y la conecta con una industria que puede remodelar sectores enteros desde 2026.
Para Tether, advierten desde la compañía, esta inversión forma parte de un plan más amplio. La firma ya impulsa redes de cómputo de alto rendimiento, proyectos de IA abierta e incluso iniciativas de interfaz cerebro-computadora. La apuesta por humanoides encaja en esa visión: infraestructura física y digital unida para reducir dependencias de intermediarios tradicionales y abrir camino a tecnologías que transformen cadenas productivas reales.
Generative Bionics no aparece de la nada. Lo explica a iProUP el experto tecnológico Daniel Pereyra: "el spin-off es considerado el mayor surgido del Instituto Italiano de Tecnología y suma veinte años de investigación aplicada".
"Sus equipos ya construyeron más de sesenta prototipos humanoides que distintos laboratorios del mundo usaron como base para desarrollos propios", agrega Pereyra.
La startup incorporó a unos setenta ingenieros y especialistas del instituto, lo que le permitió reunir más de seiscientos años de experiencia acumulada en robótica, percepción avanzada y control motriz. Su meta es convertir ese conocimiento académico en una plataforma lista para manufactura, certificación y uso en entornos reales.
La tecnología se apoya en el concepto de Physical AI, una visión que combina modelos de IA de gran escala con cuerpos robóticos capaces de operar en espacios creados para humanos.
En lugar de depender de líneas fijas o brazos mecánicos especializados, los humanoides deben adaptarse a situaciones cambiantes y resolver tareas complejas que hoy requieren capacidad cognitiva y motriz humana.
El atractivo para la industria es evidente. Fábricas, centros logísticos, hospitales y comercios sufren falta de personal, tareas físicas agotadoras y procesos que pueden mejorar con automatización flexible.
Los humanoides prometen cubrir actividades pesadas, repetitivas o riesgosas mientras permiten que los trabajadores se concentren en decisiones operativas y mantenimiento.
Con ese trasfondo, las proyecciones del sector son agresivas. Distintos análisis citados por la empresa señalan que el mercado de humanoides podría superar los €200.000 millones hacia 2035 y llegar a varios billones de dólares para 2050.
"Para actores como Tether, involucrarse temprano puede significar acceso preferencial a tecnologías críticas y una posición estratégica en la próxima gran ola de hardware inteligente", asegura Daniel Pereyra.
La apuesta por Generative Bionics no sería un evento aislado. Fuentes del sector señalan que Tether evalúa inversiones aún más grandes en automatización europea, incluida la posibilidad de destinar hasta €1.000 millones a Neura, una firma alemana especializada en robótica avanzada.
Para Europa, atraer capital privado de esta magnitud resulta crucial para competir con Estados Unidos y China en una carrera tecnológica que se acelera cada trimestre.
Tether entiende ese escenario y busca un rol en la infraestructura que sustentará la IA física del futuro. También ofrece algo que muchos fondos tradicionales no pueden igualar: transacciones rápidas, disponibilidad de capital global y estructuras financieras que simplifican operaciones en mercados donde la banca avanza con lentitud.
La combinación entre capital cripto, infraestructura tecnológica y automatización avanzada abre nuevas vías de financiamiento que pueden resultar clave para empresas deep tech que necesitan escalar prototipos sin depender de ciclos financieros tradicionales.
Para América Latina, seguir estos casos permite anticipar hacia dónde se mueve la frontera tecnológica y cómo articulan alianzas los actores globales. También muestra que las sinergias entre IA, hardware y cripto ya no son promesas difusas, sino estrategias que avanzan con inversiones concretas.