Cathie Wood, la empresaria "favorita" de Wall Street, vuelve a marcar el pulso del mercado. En un contexto donde la volatilidad domina los titulares y la economía global se mueve entre ciclos de entusiasmo y cautela, la fundadora de ARK Invest volvió a redoblar su confianza en tres compañías estrechamente vinculadas al ecosistema financiero digital: Coinbase, Robinhood y Bullish.
Su decisión no pasó inadvertida: para muchos analistas, Wood está delineando lo que puede convertirse en un mapa de oportunidades para 2026. Y lo hace con un enfoque optimista, centrado en la recuperación estructural del mercado cripto, en el crecimiento de la infraestructura de negociación digital y en la maduración de los servicios financieros descentralizados.
La gestora insistió en reforzar posiciones en las tres empresas durante los primeros días de diciembre, justo cuando gran parte del mercado todavía debatía si el rally cripto de fin de año tenía fundamentos sólidos o era apenas un rebote técnico.
Para ARK, la respuesta parece ser inequívoca: la tesis de largo plazo para activos vinculados a la economía digital continúa intacta y, según Wood, los próximos dos años se caracterizarán por una consolidación de empresas que logren capitalizar la demanda institucional, la mejora regulatoria y el avance tecnológico. En este escenario, las que aparecen como protagonistas son:
- Coinbase
- Robinhood
- Bullish
En qué invierte Cathie Wood
El Fintech Innovation ETF de Ark (que gestiona más de u$s400 millones) subió su tenencia total de acciones de Coinbase: adquirió u$s7,5 millones de acciones a dos semanas de haber adquirido u$s58 millones.
El caso de Coinbase es particularmente ilustrativo. La acción cotiza alrededor de los u$s275 aproximadamente, un valor considerablemente inferior a los precios que manejan las estimaciones más optimistas del mercado. Con proyecciones que ubican el precio objetivo de la compañía entre u$s421 y u$s425.
Así, Coinbase puede subir 50% en 2026 si la tendencia actual se mantiene. Este optimismo se fundamenta principalmente en la consolidación de la empresa como un jugador institucional: su plataforma se convirtió en un puente necesario para bancos, fondos de inversión y compañías que buscan operar con criptomonedas de manera regulada y transparente.
Desde la aprobación de los ETF de Bitcoin hasta la expansión acelerada del mercado de derivados cripto, el entorno favorece a Coinbase, que además viene diversificando su estructura de ingresos para reducir la dependencia de las comisiones por trading.
En un clima donde Bitcoin recupera protagonismo y Wall Street enciende motores para nuevas estrategias cripto institucionales, Coinbase aparece como la acción que mejor sintetiza la visión alcista de ARK para 2026.
Ahora bien, el optimismo de Wood no se limita a empresas con una posición dominante en el ecosistema cripto. También se extiende a Robinhood, cuyo rol como plataforma democratizadora del acceso a las finanzas parece revalorizarse en un contexto donde los inversores minoristas volvieron a mostrar un comportamiento más activo.
Así, el fondo cotizado de ARK sumó 1,8 millones de acciones de la firma. La acción de Robinhood se ubica en torno a u$s133 en cotización, un nivel que, según los escenarios más ambiciosos, podría ascender hasta u$s150 o u$s155 durante 2026.
Esto implicaría un incremento potencial de 13% a 17%, un margen moderado en comparación con otras apuestas del sector, pero que cobra sentido dentro de una visión más amplia: Robinhood posee un posicionamiento estratégico que la expone a múltiples motores de crecimiento.
Entre ellos, destacan la expansión de su negocio cripto, la incorporación de productos de inversión de mayor escala y el avance en servicios financieros integrales como tarjetas, cuentas remuneradas y préstamos. Para ARK, Robinhood representa un vehículo para la inclusión financiera y la captura del nuevo ciclo de inversión minorista.
La tercera apuesta de Wood, Bullish, es quizá la más audaz y, en un escenario optimista, también una de las más prometedoras. Ark incorporó u$s1,95 millones en acciones de Bullish.
Con una cotización cercana a los u$s46 actuales, Bullish no cuenta con price targets formales de analistas tradicionales, en parte porque se trata de una compañía joven y de perfil todavía especulativo. Sin embargo, eso no impide que ARK la coloque en el radar de oportunidades significativas.
Bullish es una plataforma de negociación de activos digitales que surgió con una propuesta distinta: liquidez profunda, gobernanza profesional y un enfoque claramente orientado al segmento institucional.
En un futuro cercano, donde las empresas y los grandes fondos demandarán herramientas más robustas para operar en cripto, se perfila como una alternativa competitiva frente a exchanges consolidados.
Para Cathie Wood, esta empresa representa un laboratorio de innovación con potencial para capturar una porción creciente del mercado durante los próximos años. Y si el ciclo cripto vuelve a expandirse como lo hizo en períodos anteriores, no sería extraño que su valor se multiplique con rapidez.
La estrategia inversora de Cathie Wood
Lo que une a estas tres compañías no es solamente el respaldo de ARK, sino una narrativa compartida: todas participan en el mismo fenómeno de transformación financiera global:
- Coinbase lo hace desde el puente regulado entre el sistema tradicional y la economía cripto
- Robinhood, desde la masificación del trading y el acceso financiero
- Bullish, desde la innovación estructural del intercambio de activos digitales
Si el 2026 termina consolidándose como un año de recuperación sostenida del ecosistema cripto, es razonable pensar que estas tres empresas se beneficiarán de manera directa.
Y no solo por un rebote coyuntural en los precios, sino por una combinación de factores estructurales: mejoras tecnológicas, expansión regulatoria, mayor adopción institucional y un público inversor que muestra señales de madurez y sofisticación.
En este sentido, la estrategia optimista de Wood puede interpretarse como una lectura anticipada del nuevo ciclo financiero digital. La gestora suele posicionarse temprano en tendencias que identifica como inevitables: inteligencia artificial, vehículos autónomos, biotecnología y, por supuesto, criptoeconomía. Hoy, esa convicción parece renovarse.