Los mercados financieros argentinos continúan mostrando un sólido optimismo, con los bonos en dólares extendiendo su rally en Wall Street.
En este contexto, se impulsó el Riesgo País a perforar la barrera de los 600 puntos básicos, un nivel que no se veía en mucho tiempo y que marca una mejora significativa en la percepción de los inversores sobre la deuda soberana.
La baja histórica del riesgo país
El Riesgo País, el indicador elaborado por J.P. Morgan que mide la diferencia de rendimiento entre los bonos del Tesoro de EE.UU. y la deuda soberana de un país (un spread más bajo indica menor riesgo percibido), tocó un nuevo mínimo al ubicarse por debajo de los 600 puntos.
Esta caída es vista como un termómetro de la confianza creciente de los inversores, ya que un riesgo país más bajo implica que la Argentina podría financiarse a tasas más convenientes en el futuro.
En paralelo, los operadores están valorando positivamente el desempeño de las variables económicas recientes y los planes del gobierno.
Bonos soberanos con vientos de frente
La deuda soberana emitida bajo ley extranjera (bonos Globales, como el GD30D y el AL35D) experimentó una nueva jornada de fuertes alzas.
Estas subas se traducen en una mejora en el precio de los títulos y, consecuentemente, en una baja del riesgo país, ya que la cotización de los bonos es inversamente proporcional al spread de riesgo.
El Global 30 (GD30D) y otros títulos clave mostraron incrementos notables, reflejando una mayor demanda y una menor tasa de retorno implícita para el inversor.
Esta tendencia alcista en los bonos se produce a la par de la estabilidad o retroceso de los dólares financieros, como el Contado con Liquidación (CCL) y el MEP, reforzando el clima de calma en el frente cambiario y financiero.
En resumen, los mercados están descontando una menor probabilidad de default en el corto y mediano plazo, lo que se plasma en la fuerte recuperación del precio de los bonos y la caída del riesgo país a niveles de hace varios años.