El carry trade vuelve a ganar protagonismo en la Argentina, en un escenario marcado por la búsqueda de rentabilidad en pesos.

Esta estrategia, que consiste en aprovechar la diferencia entre las tasas de interés locales y la evolución del tipo de cambio, seduce nuevamente a inversores que apuestan por activos en moneda nacional con la expectativa de que el dólar se mantenga estable o incluso retroceda.

Tras meses de cautela, la victoria de La Libertad Avanza en las elecciones legislativas de octubre despejó parte del panorama político y reactivó el apetito por esta maniobra especulativa.

Qué es el carry trade y por qué los inversores argentinos vuelven a apostar al peso

El carry trade funciona bajo una lógica simple, pero riesgosa: se ingresan dólares al país, se convierten a pesos y se colocan en instrumentos que pagan altas tasas de interés, como bonos o cauciones.

Si el tipo de cambio se mantiene estable durante el período de inversión, el retorno en pesos se convierte en ganancia neta al recomprar dólares más baratos.

En noviembre de 2025, esta operación volvió a ser considerada por operadores financieros, especialmente tras la baja de las tasas de caución y la mayor liquidez que el Tesoro inyectó al mercado tras la última licitación de deuda.

El carry trade vuelve a ganar protagonismo en Argentina, en medio de un auge en la demanda de pesos

Sin embargo, el resurgimiento del carry trade no está exento de tensiones. La suba del dólar financiero, con el MEP cerca de los $1.500 y el contado con liquidación (CCL), en torno a los $1.521, frenó parte del entusiasmo inicial.

La presión cambiaria, alimentada por la devolución de más de $4 billones al mercado, generó un rebote en las cotizaciones que obligó a recalcular riesgos.

Aun así, el mercado accionario mostró señales de optimismo, con un rally sostenido en acciones argentinas y una demanda selectiva por papeles rezagados.

Desde Wall Street, el fenómeno argentino ha sido observado con atención. J.P. Morgan identificó al país como un "hedge fund con bandera y escudo", en referencia a la ingeniería financiera que se despliega bajo el relato libertario.

La subordinación a los flujos internacionales, coordinada desde Nueva York y bendecida por figuras como Donald Trump, convirtió al carry trade en una herramienta de posicionamiento político y económico. 

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