El uso de la tarjeta de crédito se volvió cotidiano para millones de argentinos. Sin embargo, en los últimos años —y sobre todo en 2025—, el endeudamiento excesivo con plásticos bancarios se consolidó como una de las principales preocupaciones financieras de los hogares.

Más de la mitad de los usuarios solo abona el mínimo mensual, según datos recientes. Aunque esto puede dar un respiro momentáneo, a menudo termina atrapando a los consumidores en una trampa difícil de revertir.

La situación se complica aún más con tasas punitorias que superan el 100% anual con CFTEA (IVA incluido), lo que puede hacer que la deuda se dispare en pocos meses.

Cómo se distribuye el endeudamiento

Un informe reciente muestra que el 65% de los hogares argentinos tiene entre dos y tres deudas, el 23% solo una, y un 12% más de tres. Esto refleja un efecto "bola de nieve": se piden nuevos préstamos o se usan otras tarjetas para cubrir deudas anteriores, sin lograr salir del círculo.

Este patrón se ve reforzado por la inflación, la pérdida de poder adquisitivo y el acceso limitado a créditos más baratos. Así, la tarjeta deja de ser una herramienta útil y se convierte en un enemigo silencioso que erosiona las finanzas familiares.

¿Qué pasa si no pagás la tarjeta?

Muchos se preguntan si la deuda desaparece con el tiempo o si el banco puede iniciar un juicio. La Ley de Tarjetas de Crédito establece plazos claros: una vez vencidos, el acreedor pierde la facultad de reclamar judicialmente. Pero eso no elimina la deuda ni sus efectos:

Aunque el banco ya no pueda demandar, la reputación financiera sigue afectada y puede limitar el acceso a futuros créditos.

En cuanto a los plazos legales para reclamar la deuda, el artículo 47 de la Ley de Tarjetas de Crédito establece:

Cumplidos estos plazos, la entidad pierde la posibilidad de demandar. Sin embargo, muchos consumidores desconocen estos tiempos y enfrentan juicios que podrían haberse evitado.

Mitos sobre la caducidad de la deuda

Uno de los errores más frecuentes es creer que la deuda "desaparece" con el tiempo. En realidad, no existe un vencimiento automático que la elimine.

Lo que ocurre es que, vencidos los plazos legales, el banco pierde la posibilidad de reclamar judicialmente, pero el registro en el historial crediticio continúa vigente.

Pagar voluntariamente después de la prescripción puede ayudar a mejorar tu perfil financiero, aunque el impacto negativo en Veraz seguirá presente por un tiempo.

Consecuencias de no pagar

No abonar la tarjeta puede derivar en varias complicaciones:

Esto último es crítico: el deudor deja de negociar con un banco tradicional y debe lidiar con empresas cuyo único objetivo es cobrar el monto más intereses, sin ofrecer facilidades ni planes razonables.

Por su parte, economistas y asesores recomiendan nunca dejar de pagar la tarjeta sin antes negociar con el banco. Refinanciaciones, planes de pago o consolidaciones de deuda suelen ser opciones que alivian la carga financiera y evitan consecuencias más graves.

Te puede interesar