En un contexto de altas tasas de interés, volatilidad del tipo de cambio e incertidumbre preelectoral, avanzar en un plan de inversiones se vuelve una misión casi imposible. Frente a la crisis y a un mercado de capitales históricamente pequeño, hay empresas que empiezan a mirar de reojo otros tipos de financiamiento.

Uno de ellos es el leasing, un instrumento en el que un dador aporta un bien para que un tomador lo pueda usar mediante el pago de un canon. Al final del contrato, este último tiene la opción de comprarlo, abonando un precio llamado "residual", que se calcula según:

- La diferencia entre el valor original pactado (más intereses y gastos)

- Los montos ya abonados por quien hizo usufructo del bien

Quizá el caso más común sea el de los autos: una persona puede usarlo aunque no sea el dueño y, mes a mes, va abonando las cuotas que establece el contrato. Al final, tiene la opción de desembolsar el valor residual y quedarse con el vehículo o aplicar ese monto a un nuevo modelo.

Sin embargo, este sistema es utilizado para un universo mucho más amplio, que va desde el financiamiento de una máquina para el campo hasta un panel solar para una planta de energía renovable.

¿Por qué es conveniente para empresas?

Germán Magnoni, de gerencia de Productos y Comunicaciones del banco Supervielle, explica a iProUP que los beneficios más conocidos del leasing para las Pymes son los impositivos y financieros:

- Hacerse de un bien sin inmovilizar capital

- Canon deducible del Impuesto a las Ganancias

- Prorrateo del IVA durante el plazo de la operación

- Pago del canon a partir de la entrega del activo

- Flexibilidad de tasas, fijas o variables

- Plazos que pueden ser más largos que los tradicionales, ya que están asociados a la vida útil del bien  

En la negociación con cada cliente puede pactarse el pago de una menor tasa. Por ejemplo, una empresa que toma el préstamo cede la nómina de sueldos de sus empleados al banco (dador) por lo que reduce la financiación y la entidad aumenta la cantidad de clientes.

"Este tipo de acuerdos pueden sellarse sólo a través del leasing, ya que hay tres partes involucradas: el proveedor del bien, el dador que financia y entrega el activo y el tomador, que paga un canon", explica Magnoni.

También, dependiendo el caso, hay operaciones en dólares que pueden pactarse con una mejor tasa de interés.

Hoy en Argentina, el ranking lo lidera el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), con un saldo de cartera superior a $5.000 millones, monto 30% superior a la compañía ubicada en segundo lugar, según datos de la Asociación de Leasing de Argentina.

La entidad, que preside Francisco Cabrera, también se ubicó en el primer lugar el año pasado, al terminar el 2018 con un saldo de cartera de $4.894 millones y colocaciones que alcanzaron los $3.800 millones.

"Con este tipo de financiamiento potenciamos la competitividad de las empresas, con herramientas para modernizar sus máquinas, equipos y camiones, lo que es fundamental para dinamizar el desarrollo productivo nacional", asegura Cabrera, ex ministro de Producción de la Nación.

El BICE es un banco público de segundo grado. Es decir, su accionista es el Estado nacional y su foco es promover las inversiones y el comercio exterior a través de créditos de mediano y largo plazo.

A paso lento, pero firme

A pesar de que el leasing representa una porción menor del crédito total al sector privado por parte del sector financiero, las estadísticas muestran un aumento constante. Según la Asociación de Leasing de Argentina:

- La cartera casi se duplicó en los últimos tres años. El último saldo actualizado (marzo 2019) ascendió a casi $32.000 millones, cuando en 2016 era de $16.600 millones. Más atrás en el tiempo, la cifra no llegaba a los $4.000 millones

- El rubro del transporte lidera con 32%, seguido por autos (16%), equipos industriales (14%) y maquinarias de construcción (13%)

- Otra novedad es su mayor uso en el rubro de tecnología y telecomunicaciones, que alcanzó el 13% del total, igualando al de maquinarias para la construcción

- Las pequeñas y medianas empresas son las que más lo utilizan (48%), delante de las grandes (42%). Muy detrás se ubican el sector público (8%) y los individuos (2%)

A pesar de su crecimiento en la última década, este instrumento también se vio afectado por la caída de la inversión, ante un contexto de altas tasas de interés, baja del consumo y crisis económica.

Si bien la evolución de las carteras crece sostenidamente desde 2009, el pico se registró a fines de 2018. El último dato, de marzo de este año, muestra una leve baja menor al 1 por ciento.

"En 2017 tuvimos una explosión en el mercado empujada por la maquinaria vial, la obra pública y los procesos más simplificados. Veníamos de años de desinversión por la dificultad para girar dólares al exterior y todos los trámites que había con las DJAI", explica a iProUP Hernán Bernat, presidente de la Asociación de Leasing de Argentina (ALA).

El crecimiento tuvo un freno a mediados de 2018 con la corrida cambiaria y la mega devaluación.

"Hoy el leasing bajó porque hay una correlación directa con la coyuntura económica. Es difícil que una empresa invierta en un escenario de volatilidad del tipo de cambio, altas tasas, demanda en caída, sobrestock de mercadería y una Leliq que ofrece hasta 70%", agrega Bernat.

Sin embargo, el panorama no es del todo desalentador. El directivo cita el caso del banco HSBC, que en junio anunció créditos por $1.800 millones para Pymes destinados al descuento de cheques, pago de aguinaldos y operaciones de leasing.

"Yo era escéptico porque no había demanda de bienes de capital. Pero el cupo voló. Hay demanda", agrega Bernat, que además de presidir ALA, trabaja en el HSBC.

Autos, software y hasta vacas

El 32% que acapara el rubro transporte tiene su explicación: la logística, históricamente, ha tenido una participación alta, por el financiamiento de camiones, autoelevadores y utilitarios. Vehículos y bienes de capital son los otros ítems tradicionales. Sin embargo, en la actualidad, están surgiendo otros más novedosos.

"Con el entorno favorable de 2017, los tomadores querían financiar todo con leasing, por lo que tuvimos que empezar a innovar", asegura el titular de ALA. Entre esas innovaciones, hubo casos de leasing de ganado, barricas para la industria vitivinícola y paneles solares para el sector de la energía renovable.

Bernat destaca el crecimiento que viene experimentando el área de tecnología, ya que es utilizado para la compra de computadoras, sistemas operativos y software. Esto se explica por la necesidad creciente de las empresas de sumar recursos de este tipo pero, una vez añadidos, tener que reemplazarlos por la obsolecencia.

Además, hay jugadores importantes, como la empresa HP, que financian en dólares. Con la devaluación del 100% de 2018, la misma cartera en esa moneda se duplicó en pesos.

Este instrumento registró un crecimiento del 16,6% a nivel global en el volumen de nuevos negocios, acompañado por una ola de innovaciones tecnológicas que está agregando nuevos bienes de capital financiables, según el World Leasing Yearbook 2019.

Las empresas de leasing más sofisticadas comenzaron a utilizar inteligencia artificial, big data, machine learning y chatbots para personalizar la atención al cliente y, a la vez, predecir sus futuras demandas. Además, la tecnología simplifica y automatiza procesos para reducir tiempos de aprobación, mediante el uso de firmas electrónicas y carga de datos digitales.

Una herramienta poco conocida

Más allá de la coyuntura económica actual, el uso de este instrumento es acotado por el desconocimiento que hay. En esto coinciden tanto los expertos en leasing como distintos empresarios de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) consultados por iProUP.

La Ley de Leasing, que detalla el tipo de contrato, garantías y los aspectos impositivos, no tiene ni 20 años, ya que fue sancionada en el 2000.

"Es un producto nuevo y poco difundido. Cuando compartimos cifras con Colombia, Chile o Perú, vemos que en otros países tiene otra penetración", describe Bernat. En el ranking mundial de participación de Leasing sobre PBI, la Argentina ocupa el puesto 48, mientras que, por volumen del mercado, se ubica en el escalón 43.

Desde la CAME afirman que "debe hacerse docencia por el desconocimiento que hay". En este sentido, Pedro Cascales, empresario pyme de la industria ferroviaria y vocero de CAME, señala: "En una situación normal, el leasing es súper valioso, sobre todo desde el punto de vista impositivo. El problema es que con este nivel de tasas las empresas no quieren endeudarse".

"Como no se lo conoce, no se lo demanda tanto", agrega Cascales, quien afirma que desde la entidad tienen un departamento de financiación para asistir a las distintas cámaras sobre las herramientas disponibles.

Lo que notan en ese sector de la Confederación es que las microempresas, en las que todo es resuelto por un contador -tanto la parte financiera, como fiscal y laboral-, es difícil que conozcan cómo funciona esta alternativa. Distinto es el caso de las medianas firmas, donde hay una estructura y un sector a cargo de buscar opciones de financiación.

"Cuando vamos a hacer docencia, las microempresas nos preguntan solamente cuánto es la tasa y, si les cierra, van para adelante. Las medianas, con otra estructura, también consultan por la amortización, el plazo de gracia o si pueden tomar una cuota como desgravación de impuestos nacionales. Pueden considerar otras variables que también tienen beneficios", concluyen desde la CAME.

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