En la Argentina actual, más del 90% de los hogares convive con algún tipo de deuda y los sueldos pierden poder de compra casi en tiempo real, según un relevamiento de Naranja X. Bajo estas condiciones, se esperaría que cada gasto extra esté planificado milimétricamente. Pero no es así.
Existe un terreno que desafía esa lógica: el de los shows en vivo y festivales de música.
Lejos de ser un fenómeno marginal, encuestas recientes indican que 4 de cada 10 argentinos pidieron prestado o usaron crédito para poder asistir a un recital. Y no hablamos solo de entradas populares: muchas cuestan entre $80.000 y $150.000, y se agotan en pocas horas.
La oferta cultural no da respiro. El último año sumó fechas de figuras internacionales como Oasis, Katy Perry o Bad Bunny, junto a clásicos del calendario local como Cosquín Rock o Lollapalooza, y un creciente número de propuestas de artistas emergentes que también llenan salas.
Para muchos jóvenes, la lógica es simple: si la vida es incierta, esperar el "momento correcto" para darse un gusto no tiene sentido. Compartir un recital con amigos y escuchar música en vivo se convierte en un evento prioritario, incluso si implica un esfuerzo económico que se pagará en cuotas.
En esta lógica, el valor está en lo intangible. De hecho, diversos estudios psicológicos muestran que las experiencias generan recuerdos y satisfacción más duraderos que la compra de bienes físicos.
Parte de ese placer aparece antes del evento: la llamada dopamina anticipatoria —la sensación positiva de saber que algo emocionante va a suceder— convierte la compra de la entrada en una recompensa en sí misma.
Por eso, para muchos, la decisión no se mide solo en pesos. La llamada "billetera emocional" —la ganancia subjetiva en bienestar y felicidad— termina inclinando la balanza a favor del sí, aun cuando el resumen de la tarjeta marque lo contrario.
Quienes eligen destinar su dinero (o crédito) a este tipo de experiencias suelen aplicar estrategias muy específicas:
Esta combinación de pasión por la música, planificación creativa y tolerancia al endeudamiento explica por qué, aun en un contexto económico adverso, la venta de entradas para shows en Argentina sigue marcando récords.