En momentos de incertidumbre económica, saber dónde poner el dinero marca la diferencia entre proteger tu patrimonio. O simplemente navegar con suerte
04.07.2025 • 14:00hs • Columna
Columna
Inversiones para ganar en cuatro escenarios: desde acciones hasta propiedades, por u$s100
Una estrategia que defiendo desde hace años es la de la cartera permanente, que reparte tu capital en cuatro partes iguales: acciones, oro (o Bitcoin), bonos del Tesoro de EE. UU. y liquidez, pues permite blindar el patrimonio ante distintos escenarios económicos: crecimiento, recesión, inflación o deflación.
Por ejemplo, mientras las acciones prosperan en expansión, los bonos protegen en recesión, y el oro o Bitcoin funcionan como refugio ante inflación o crisis sistémicas. Es un modelo estable, pensado para resistir cualquier ciclo.
Pero también sugiero tener una cartera variable (en mi caso el split suele ser 50/50 entre ambas), donde incluir oportunidades concretas que, bien elegidas, en función a tu expertise o conocimiento, puedan generar un retorno superior al promedio.
Aquí te comparto tres opciones poco usuales o que aún no se han masificado, pero que cobran cada vez más relevancia en el contexto actual en el que el inversor informado sustituye al institucional, identificando nuevas oportunidades y activos digitales:
- Inversión inmobiliaria tokenizada: gracias a plataformas como Reental, ya no necesitas comprar una casa entera para invertir en ladrillo. Desde 100 euros puedes participar en propiedades internacionales que generan rentas mensuales. Y si necesitas liquidez, puedes vender tus tokens o incluso pedir un préstamo sobre ellos, sin dejar de recibir rentas. Una forma moderna de invertir en real estate, más ágil y rentable
- Préstamos con garantía real: a través de plataformas P2P puedes prestar dinero a emprendedores o Pymes que dejan un bien como garantía (vehículos, maquinaria, etcétera). Esto te da seguridad y te permite obtener rentabilidades del 8% al 12% anual
- Bonos verdes o sostenibles: invertir en energía, agua o educación puede ser rentable. Algunos bonos ligados a impacto social o ambiental ofrecen ingresos estables y buena protección ante la inflación. Y además, ayudas a financiar causas necesarias.
Diversificar entre activos sólidos y detectar oportunidades reales -antes de que se vuelvan populares- es precisamente lo que permite que una cartera variable complemente la permanente, impactando positivamente nuestro entorno, capturando valor donde otros aún no miran y apalancándonos en las ventajas financiero-fiscales de las inversiones 3.0.
*Por Fernando Ors, presidente de Reental, autor de Impacto 3.0 y experto en inversiones alternativas