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El Gobierno se trazó el objetivo de generar las condiciones para que los dólares "en el colchón" se vuelquen a la economía local. De esta forma, permitirá usar los fondos no declarados en la compra de bienes durables sin que ARCA pida justificativo.
Se estima que fuera del sistema los argentinos poseen unos u$s200.000 millones, casi dos veces la valuación total de Mercado Libre –hoy en u$s115.000 millones– y el 10% del reciente programa firmado con el FMI.
El informe de Pagos Minoristas del BCRA arroja que durante marzo, primer mes de la economía bimonetaria, se registraron:
Sin embargo, este monto es irrisorio frente a los 53 billones de pesos de depósitos sector privado, que equivalen a unos u$s46.000 millones.
Hay dos lecturas el fenómeno. El vaso medio lleno muestra que se duplicaron las operaciones. Pero el que predomina es el medio vacío: todavía no tienen el protagonismo que espera el Gobierno y no hay nada que indique que vaya a subir.
"Todavía es bajo el volumen. Pero vos imaginate que alguien que quiere comprar una heladera, prefiere aprovechar cuotas sin interés que gastar los dólares", grafica un ejecutivo top del sector, quien agrega que sí hay mayor uso en el caso de turismo.
Así, en el ecosistema fintech esperan que el Banco Central desempolve un viejo pedido para que las billeteras no bancarias puedan ofrecer cuentas virtuales (CVU) en dólares.
La normativa había dejado fuera expresamente a las fintech para los pagos "endógenos" en dólares:
De esta forma, tanto el consumidor como el comercio deben tener una cuenta en divisa extranjera y no hay operaciones cambiarias en el medio: los dólares van de una cuenta a la otra.
"El Gobierno debería tener en cuenta que las fintech movemos mucha plata. El 75% de las transferencias y pagos QR tiene como destino u origen una CVU", advierte un directivo del sector.
El otro punto a tener en cuenta es que en el top-5 de volumen de pagos con QR, en cuatro participó una fintech, ya sea como iniciador o procesador de pagos. En el único que no figura es en el segundo lugar, que lidera tanto como pagador y cobrador CuentaDNI.
Pero existe otro dato que muestra la potencia del sector: las billeteras sumaron según el último reporte del Central más de $497.000 millones en saldos y $4,7 billones en fondos.
En total, representaron el 6,3% del total de los $82,5 billones de depósitos del sector privado, incluyendo al sistema financiero "tradicional". Así, la participación casi se duplicó con respecto a un año atrás, cuando registró 3,6%.
El proyecto de CVU en dólares tuvo fuerza el año pasado, pero el BCRA no avanzó y la industria priorizó otros temas, más vinculados con las criptomonedas que anticipó iProUP:
Pero el afán de volcar dólares en la economía doméstica que persigue Luis Caputo ilusiona al sector con que se vuelva a poner en agenda el tema, aunque puede atentar contra el propio roadmap del BCRA.
"Sería una verdadera sorpresa que avancemos con esto ahora", afirma a iProUP el directivo de una importante fintech, quien no lo descarta. Para eso, antes, la autoridad monetaria debe trabajar en otra cuestión que funcione de "filtro".
Según uno de sus colegas, el organismo que lidera Santiago Bausilli no liberó el "bimonetarismo" a las billeteras para evitar un potencial riesgo sistémico, más teniendo en cuenta que el cepo todavía no se había levantado cuando se diseñaron los pagos endógenos.
"Si le abrís la canilla a uno, entran todas. Así como habilitas a Mercado Pago, que tiene una infraestructura de clase mundial y estándares internacionales, también habilitás a otras más chicas que no tienen tecnología acorde. Podés hacer un desastre", remarca la fuente.
Esta habría sido la excusa esgrimida desde Reconquista 266, al tiempo que prometió trabajar en la llamada convergencia regulatoria, una hoja de ruta que busca eliminar la burocracia de bancos y fintech.
Lo definen coloquialmente como "quitar capas de cebolla" del cuerpo normativo del BCRA, una expresión atribuida a Bausilli como reemplazo de la "motosierra", marca registrada de Javier Milei.
Dentro de esa iniciativa, Pedro Inchauspe, director del BCRA, reveló hace un mes que trabajan en un sistema de categorías para que las fintech vayan creciendo desde la startup "monoproducto" hasta sumar nuevos servicios. El caso testigo que usa el organismo es Ualá: comenzó como una app con tarjeta prepaga, pero fue creciendo vertiginosamente para luego sumar una sociedad de Bolsa y un banco.
El proyecto goza de total hermetismo. Un pacto de silencio total entre empresas y el organismo. "Vos querés que te revele la fórmula de la Coca-Cola", responde a iProUP un ejecutivo del ecosistema de pagos.
Un directivo de la industria respeta la discreción, pero regala una pista: "Se está hablando de una escala progresiva de productos según el tamaño de la empresa, pero no te puedo contar más".
Por lo pronto, se espera que el Banco Central cree una lista de "Niveles", en el que según el tamaño, la cantidad de usuarios y solidez técnica otorgará permisos para operar ciertos servicios a las fintech.